Los 10 personajes de tu cena navideña y algunas estrategias mamarrachas de supervivencia
- “La Norma VS. Las Desviadas”: Un divertido juego de mesa que compartir con tu familia en estas días tan señalados
Nos encontramos listas para la llegada de Navidad, ya anunciada hace un mes a través de esas luces que irradian testosterona boomer para ver quién tiene las luces más grandes y luminosas. A la luz de este panorama y después del éxito de las compañeras de Sangre Fucsia de “Feminismos reunidos”, os traemos “La Norma VS. Las Desviadas”. Un divertido juego de mesa que compartir con tu familia en estas días tan señalados y de tanta cena navideña.
"La Norma VS. Las Desviadas" se desarrolla en cualquier comida y cena familiar navideña. Contamos con dos equipos que dan nombre al juego. ¿La finalidad? para La Norma es mantenerse, para Las Desviadas, sobrevivir. Después de una descripción exhaustiva de los personajes que nos acompañarán durante el juego encontraremos un kit de supervivencia navideña a modo de comodín.
¡Suerte a todes!
PERSONAJES DE "LA NORMA"
- El primo lejano
Ese primo lejano que más quisieras que fuera de Murcia para que estuviera lejos, pero no, él es de esa urbanización donde vivían tus compañeres del cole que por Reyes tenían de regalo un caballo, UN CABALLO. Ese primo que te explica que la performance (él lo llama “canción”) de “un violador en tu camino” es lo mismo que el machismo pero al revés. Ese primo que quisieras que fuera aún más lejano.
- El regalo inapropiado
Ahí está, envuelto, mirándote directamente a los ojos. A su vez, los ojos de quien te lo ofrece están clavados en tu rostro, a la espera de un profundo análisis de tu reacción. Un año más, a pesar de los pesares y de las múltiples ocasiones en que has intentado aclarar que, para regalarte cosas sin sentido, mejor que no te regalen nada, ahí está: el regalo que persigue convertirte en lo que no eres pero tu familia desea que seas. Ya sea tanto el maquillaje o el sujetador que jamás has llevado ni llevarás como el libro de autoayuda que te enseña a controlar el estrés ficticio que experimentas. Tus tres trabajos precarios no deberían quitarte las ganas de vivir, que no sabemos cómo te quedan ganas y tiempo para quejarte, chica. “Todo está en el control de la mente”, y por ese motivo lo único que deseas en ese instante es tener los poderes de Matilda y arrojar esos regalos por la ventana.
- El acérrimo buscador de la ideología de género
Fachaleco y naúticos, el uniforme del explorador más aguerrido curtido en los parajes más verdes (guiño-guiño). Cualquier cosa es un síntoma evidente de la borrachera de ideología progre del resto. Pedir la sal en el momento inapropiado es contemplado como posible adoctrinamiento en la sal(ida) del armario. Querer repetir postre como una tendencia peligrosa a lo post(¿potorro?), aunque esto también lo opina Lidia Falcón y su “Mein Feminismo: uno, grande y tránsfobo”. En resumen, si a Leia no le hicieron falta ni cuotas ni listas paritarias, será porque eso del feminismo es una invención de otra galaxia. Que la fuerza te acompañe en estas, nuestras fiestas.
- El moderador
El tío cabrón que enciende la conversación con #lostemasquenodebensernombrados. Va tanteando el terreno, incrementando la tensión hasta que se te hincha la vena y estás a punto de estallar. En ese preciso instante, te llama histérica y añade “no se te puede decir nada” desde una aparente calma bien ensayada en las mejores escuelas de cutremasculinidad.
- El femilisto adherido al asiento
Igualdad sí, pero él va a mesa puesta. Y en el vaivén de uno de los cincuenta viajes realizados por las mujeres de la familia a la mesa, resulta que se cae una copa y no falta la broma de lo patosas que son todas. De abrir la botella de champán ya se encarga nuestro personaje más falsamente deconstruido, mientras explica cómo arreglar el mundo y la necesidad de un compromiso real desde la masculinidad. Porque not all men, pero sí many men dan grandes discursos desde su trono haciendo que saben mucho de feminismo, pero sabiendo poco sobre dónde está la puerta de la cocina.
PERSONAJES DE LAS DESVIADAS
- La bibollera
Ay, la bibollera, ella somos nosotras. A ratos dentro, a ratos fuera del armario, son distintos lo comentarios que podemos escuchar durante de la partida. Cuando eres peque te preguntan si tienes novio. Adaptando el personaje de Yolanda Ramos en Paquita Salas querríamos contestar: "mira, te lo voy a decir, el novio soy yo" . Ya fuera del armario siguen surgiendo reacciones lesbófobas: ”qué guapa estás cuando te maquillas y te arreglas”, que te siguen diciendo año tras año. No llevar chándal ni el pelo recogido por un día se transforma en halagos de tu familia. Ya sabiendo que tienes pareja y es una tía, te preguntan por ella fingiendo que su lesbofobia ha desaparecido de un año a otro, cuando el siguiente comentario es sobre el hijo maricón de la vecina del quinto.
- La madre
El rol de cualquier mujer que ha sido madre es ese: madre. No hay más. Lo hemos oído centenares de veces en los medios de comunicación, en el colegio, entre los amigos. La madre cuenta con múltiples funciones. Preparar la cena junto al resto de mujeres de la familia: tías, primas, hermanas, hijas. La Madre tiene que ultimar todos los preparativos, poner la mesa contando cada una de las servilletas que pondrá a cada invitado, que los cubiertos estén colocados con una verticalidad perfecta. Llevar los aperitivos a la mesa y, mientras son degustados por los comensales, preparar el plato principal. Una vez finalizado todo el repertorio navideño, queda llevar la bandeja de los postres con sus polvorones y mazapán.
Pero el rol no tiene que ver únicamente con el de la comida o cena. ¡Ni mucho menos! Una vez sentada en la mesa, con la comida ya fría, tendrá que escuchar a los personajes de "La Norma" explicarle cómo debe ser madre. Que si eres muy permisiva, que si mira qué estricta eres, la llaman exagerada, después pasota, por supuesto histérica... Desde antes de ser madre ya la cansinean con cuándo va a serlo y, una vez que lo es, ¡le preguntan constantemente que para cuán el segundo! Y así van pasando los años, las nochebuenas y nocheviejas, escuchando comentarios que nadie ha pedido y preguntas que no quiere responder. Pero La Madre sabe que es más que este personaje; es la bibollera, la fracasada, la feminista aguafiestas, la soltera sin hijes.
- La fracasada
Los personajes de "La Norma" no entienden el trabajo al cual se dedica, por lo que tienden a despreciar o ignorar durante la cena haciéndole saber, eso sí, que tendría que haber hecho esa carrera exitosa que hace el primo que tiene enfrente. Un trabajo que además de incomprendido no cuenta con un sueldo decente. Por eso tiene nervios a la hora de abrir regalos, ya que, ¡SPOILER!, no lleva regalos porque no tiene suficiente dinero para pagar el alquiler del piso compartido, comer, el transporte de ir a la ciudad o pueblo donde la familia celebra la Navidad y, además, llevar regalos.
- La soltera sin hijes
Y sin ganas de tener ninguna de las dos cosas. Lleva escuchando hablar de ese futuro hipotético en el que va a hacer abuelos a sus padres cuando tenga un buen mozo que la acompañe desde antes de que le salieran los dientes. Parece imposible hacer comprender esto en su entorno, donde el discurso de la media naranja sigue presente y quién sabe si la chiquilla encuentra el amor en su próxima visita a la frutería. Pero lo único que quiere la soltera sin hijes es fluir como un zumo recién exprimido y mandar a pastar a toda la reunión.
- La feminista aguafiestas
Si no falta el aguardiente para soportar el sopor fiestil, tampoco puede faltar la aguafiestas en nuestro juego. Es el personaje que incomoda y que antes de empezar siquiera los entrantes ya cuenta con la censura previa de no tocar, POR FAVOR, temas relacionados con política, que eso solo consigue separar a la familia. Pero la advertencia resulta un poquito difusa cuando ella sabe que esto toca prácticamente todos los campos de su vida. A pesar de la forzada performance de la “normalidad”, cualquier pregunta que le hagan desemboca en la hecatombe esperada, qué le vamos a hacer. Así que, entre perlas como “no hay que ser tan, tan, tan radical…” o joyas del estilo “hay que llevarse bien con los hombres y relacionarse con todo tipo de personas” (como apreciación sobre sus entornos tan poco heterogéneos a ojos de sus familiares), ella es ese personaje que haga lo que haga, tenga o no tenga ganas de hacer pedagogía, siempre terminará jodiendo la reunión. A su vez, ella se promete cada año que esa será su última cena, pero no sabe muy bien por qué siempre termina de nuevo en el mismo escenario en una especie de acto de masoquismo invernal.
EL COMODÍN DESVIADO
O cómo sobrevivir a "La Norma". Si te sale esta carta, claramente has ganado, porque podrás poner en práctica el kit de supervivencia que te detallamos a continuación para salir airosa de estas, nuestras fiestas del terror:
Lugar: tu bar de confianza, que en nuestro caso es “Como vaca sin cencerro”, o cualquier okupa cercana a tu casa (si es que todavía queda alguna sin desalojar).
Aguinaldo: hogar por hogar, recorrer las calles más hostiles de la ciudad al más puro estilo Fachitour para rescatar a la desviación presa en las cenas más indeseadas.
Outfit: vestimenta de mamarracha acompañada de su hije unicornie y actuar desde una aparente normalidad. “Perdonad, ¿me pasáis el agua? Es que mi unicornie tiene sed”. Lleváis veinte años preguntándome por mi futura maternidad, ¿verdad? Pues aquí tenéis a mi hije con cuerno y alas, ¡es fantástique!
Compañía: ¿aburrida de todos los personajes de "La Norma"? No desesperes, ¡con este comodín podrás intercambiar a todos esos personajes por tus amigas y amantes! Y presentar, por fin, a tu familia, a tus parejas, amantes y metamores. ¿Qué mejor que pasar las navidades con tus seres queridos y los seres queridos de tus seres queridos?
Villancico: lejos de aquellos hits navideños como Campana sobre campana, Los peces en el río o Noche de paz, les entregas a tus familiares las adaptaciones de villancicos tradicionales para cantar todes juntes “hacia Belén va la Butler, rin, rin, yo me remendaba…”, hit navideño de este 2019 que termina.
Regalo: tranquiles, tenemos uno de los regalos de moda de este año: ¡el Satisfyer! Para cualquier persona de tu familia o, qué coño, para ti.
Lo has conseguido, ¡has ganado la partida! Y contigo, nosotras. Al puro estilo Jumanji y diciendo frente al espejo tres veces "desviadas", has aparecido en tu lugar preferido. Estás con tu red afectiva cantando "disputa sobre disputa, y sobre disputa el gééénero..." mientras pensáis cómo hacer la revolución pidiendo el aguinaldo montades sobre el Satisfayer cual unicornie.
¡Felices fiestas desviadas!