MEDIO AMBIENTE

La empresa pública como promotora de la sostenibilidad

  • "La empresa pública es la herramienta fundamental que nos permite dar resultados y liderar la transición ecológica bajo coordenadas que garanticen la justicia social"
  • "La vida en comunidad es la alternativa real a formas consumistas individualizadas que son incompatibles con la sostenibilidad de nuestro planeta"
  • "Es necesario modernizar todo el sistema de gestión de residuos en la Comunidad de Madrid para aprovechar las oportunidades"

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Durante estos días, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (conocida como COP25) ocupa los principales titulares, portadas y temas de conversación. Por desgracia, la mayoría de los debates sobre cómo enfrentar los retos ecológicos de nuestro tiempo llegan con más fuerza a la academia y a los foros especializados que a la vida cotidiana de la gente.

¿Cómo podemos conciliar el creciente compromiso ecológico de la ciudadanía, el impulso de las iniciativas de economía circular y el cumplimiento de los objetivos en esta materia que hoy se marcan las instituciones en forma de resultados concretos y tangibles para la gente? En mi opinión, la empresa pública es la herramienta fundamental que nos permite dar resultados y liderar la transición ecológica bajo coordenadas que garanticen la justicia social.

Aproveché mi participación en la COP25, a raíz del espacio cedido por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para reflexionar sobre estas cuestiones.

El diagnóstico: estamos en emergencia climática

Comencé mi intervención recordando que nos encontrábamos en emergencia climática. Esto significa reconocer que el cambio climático es una realidad ineludible y que toca actuar inmediatamente.

En España lo estamos experimentando, además, en un año que está siendo especialmente complicado con el julio más caluroso de la historia, el incendio sufrido en Gran Canaria o los peores efectos de la gota fría

Sin embargo, existe una solución: la transición ecológica. Transitar desde nuestro actual modo de vida a uno en el que la producción, el consumo, nuestros hábitos de vida y nuestras costumbres sean compatibles con la supervivencia del planeta.

¿Cómo podemos ser capaces de llevar a cabo un proceso de esta envergadura ganando el apoyo ciudadano y, a la vez, garantizando que se haga cumpliendo estándares de justicia social?

La empresa pública como motor de la transición ecológica: el caso de la gestión de residuos

Reflexionaba, a raíz del caso particular de nuestra gestión en Alcorcón, que tener empresas públicas siempre supone una ventaja estratégica para lograr estos objetivos.

Por ejemplo, la existencia de una empresa pública que gestiona todos los residuos del municipio, aunque puede ser considerado por muchos como un problema de gestión supone, en realidad, una enorme oportunidad para toda la sociedad.

En un tiempo donde el residuo puede considerarse materia prima gracias a los procesos de reciclaje y recuperación, las posibilidades para promover la economía circular se amplían sustancialmente al contar con una entidad de “músculo público” que permite intervenir directamente sobre estos procesos.

Señalaba que esto se veía mejor con ejemplos y por eso expliqué el proyecto que habíamos puesto en marcha durante estos meses.

En Alcorcón lanzamos una iniciativa titulada: “Con tu plástico, reciclamos un banco”. La misma consistía en pedirle a las vecinas y vecinos que redoblaran su esfuerzo para depositar el plástico en el contenedor amarillo y que, a cambio, la empresa pública se comprometía, gracias a un acuerdo con la empresa CM Plastik, a transformarlo en bancos de plástico 100% reciclados para que las vecinas y vecinos pudieran disfrutar en sus plazas, parques y espacios públicos.

Actualmente ya contamos con 50 bancos de plástico 100% reciclados, los 20 primeros instalados, además, con motivo de la lucha contra la violencia machista.

Este proceso tiene dos aspectos. El primero, el fortalecimiento de la economía circular y las prácticas sostenibles. El segundo, el fortalecimiento de la vida en comunidad mediante mobiliario urbano para enriquecer nuestros espacios públicos. Este último es vital.

¿Por qué fabricamos bancos y no un producto de uso individual? Porque consideramos que la vida en comunidad es la alternativa real a formas consumistas individualizadas que son incompatibles con la sostenibilidad de nuestro planeta.

El banco democratiza el espacio público y ofrece alternativas fuera de los grandes recintos de consumo o la soledad de la individualización digital. Fortalece los valores de solidaridad, compañerismo y encuentro vecinal. Y lo hace, además, desde una perspectiva justa, en la que no se discrimina, por ejemplo, por razón de renta, como sí puede hacerlo una terraza comercial.

Si hemos sido capaces de lograr esto a nivel municipal en tan solo 6 meses con una empresa pública de gestión de residuos, ¿de qué seríamos capaces con empresas públicas de este tipo en todos los grandes municipios?, ¿y si lo ampliáramos a otros sectores estratégicos para la transición ecológica como la movilidad sostenible o las energías limpias?, ¿y si lo eleváramos a nivel autonómico o estatal?

Un efecto multiplicador: la empresa pública como líder de la transición ecológica

Porque el efecto de estas iniciativas públicas es multiplicador.

En primer lugar, porque, al ser capaz de ofrecer resultados concretos, redobla el entusiasmo de todas aquellas personas que tienen un compromiso con la sostenibilidad de nuestro planeta.

En segundo lugar, porque daría músculo a unas instituciones que decretan objetivos ambiciosos y bienintencionados, pero luego tienen serias dificultades para cumplirlos.

Y, en tercer lugar, porque generaría sinergias con todas las iniciativas empresariales encuadradas en el campo de la economía circular.

Actualmente hay un gran número de iniciativas sociales, privadas o mixtas de sostenibilidad que encuentran muchos obstáculos para arrancar. La existencia de una red de empresas públicas en sectores clave de la transición ecológica fortalecería estos proyectos, desplazando el peso de muchos lobbies empresariales que hoy están poniendo serios obstáculos a la transición ecológica.

La Comunidad de Madrid, responsable del atraso en la gestión de residuos en nuestra región

No quería terminar estas reflexiones sin señalar al principal responsable del atraso en el ámbito de la gestión de residuos en nuestra región: más de dos décadas de abandono, inacción y ruina del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Los gobiernos de la Comunidad de Madrid, presididos por el Partido Popular, han desatendido su responsabilidad y han hipotecado la gestión regional de los residuos al interés de un puñado de empresas que, una vez agotado el negocio de la construcción, se han dedicado a vivir de los servicios públicos.

Y nuevamente vuelvo a los ejemplos. Dos, en este caso.

En primer lugar, recuerdo que al entrar en la mancomunidad del sur me sorprendió que, en las conversaciones informales, muchas personas reconocían con total naturalidad que no se iba a cumplir el objetivo europeo de reducir un 10% la reducción de residuos llevados al vertedero.

¿Cómo es posible que se haya normalizado un incumplimiento de la norma de esta manera? Sólo la apatía, la dejadez y la desidia durante un largo periodo de tiempo pueden explicarlo.

En segundo lugar, me gustaría señalar que durante estos meses me he reunido con muchas iniciativas verdaderamente innovadoras en el campo de la sostenibilidad y la economía circular, pero muchas de ellas no se podían poner en práctica porque el sistema de gestión de residuos se encontraba todavía anclado en el siglo pasado. (Me refiero a vertederos, convertidos en dantescos cementerios contemporáneos o ausencia de plantas de separación con tecnología a la altura de las necesidades de nuestro tiempo)

¿Cuántas oportunidades estamos perdiendo todos los días por no tener nuestro sistema de gestión de residuos al día? En una reunión con Innova, una empresa tecnológica muy arraigada al sector, comentábamos que estábamos perdiendo, semana tras semana y mes tras mes enormes oportunidades para que la gestión de residuos se convierta en un campo que empuje en favor de la transición ecológica

Creo que esto señala un objetivo claro: es necesario modernizar todo el sistema de gestión de residuos en la Comunidad de Madrid para aprovechar las oportunidades.

Pero no sólo eso. También es necesario una implicación activa por parte del Gobierno autonómico para que haga apuestas ambiciosas, desde lo público, para promover formas de economía circular, producción de energías limpias o alternativas de movilidad sostenible.

Se nos acaba el tiempo, pero el horizonte, si es verde, está lleno de posibilidades. Si nos ponemos manos a la obra, todavía podemos lograrlo. Pero para ello, hay que actuar en base al interés general, y eso sólo puede hacerlo lo público.

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