Querides: Franco ha muerto, Sánchez es de izquierdas y no son presos políticos
- "Nos obligan a ir a votar una vez cada cuatro años porque entre los políticos no se ponen de acuerdo. Y al mismo tiempo castigan a quienes sí quieren hacerlo"
- "Nuestra mirada está puesta en las movilizaciones que se están produciendo en América Latina"
Os preguntaréis, amigues, quién es toda esta gente de la que os hablamos…. Franco fue un señoro que murió hace más de cuarenta años pero que parece que sigue vivo. Franco fue enterrado al fallecer entre vítores de su gente y su familia. Y fue resucitado (ay, no perdonad, exhumado) hace unos días también entre vítores y followers porque paralelamente crece el franquismo manifestándose en las calles y en las urnas. La exhumación de Franco se hizo por todo lo alto, casi tanto como la muerte de Carrero Blanco.
Como dijo nuestra querida María Patiño, voz antifascista junto a la de Belén Esteban en Telecinco, en Sálvame (ese programa que a los progres tanto les disgusta y dicen que no ven porque eso es cosa de la masa) no se exhumaba a un padre o a un abuelo sino a un dictador. Por eso esta exhumación no ha sido una reparación a todos los asesinatos propiciados por su dictadura, sino más bien el inicio de un largo proceso. Porque exhumado Franco no se acabó la rabia… Nos preguntamos por la memoria histórica: el reconocimiento del franquismo, la retirada de los símbolos franquistas, la resignificación del Valle de los Caídos....
¿Y Pedro? Ay Pedro… Pedro es el Presidente de gobierno en funciones (que un día se recorrió los pueblos a modo Che Guevara) y que hoy nos cuenta que no puede dormir mientras nosotras os escribimos, querides amigues, desde Inglaterra buscándonos una vida que aquí se nos prometió y nunca llegó, desde nuestro escritorio lleno de apuntes que leer después de volver del trabajo. Dormimos entre diazepanes porque Pedro nos dice que no votamos bien.
Nuestros calendars nos avisan de una próxima cita con las urnas a la que no podemos faltar, aunque ganas nos dan. Pero tememos no ir y poder seguir sin dormir. Este encuentro no es un First Date (como ocurre en nuestro programa favorito). Ni la segunda, ni la tercera, sino la cuarta cita en cuatro años… Parece el día de la marmota, podrían fijar la fecha en el calendario de festividades estatales junto a la nochevieja. El día que volvemos a salir a votar ilusas, nos iremos a tomar un vermú con el resto de aliades postpotorras. Porque nada, amigues, que no les gustamos aunque ellos no paren de decir que les encantamos. Menudo gaslighting. En esta ocasión, contamos con Más País, Más Partidos, Más Señoros y Menos Postpotorro. Poco puede ya sorprendernos, ni siquiera esperamos un efímero crush…
Nos tememos que habrá más desamores con la izquierda (sí Más). Debido a la falta de responsabilidad que han mostrado los políticos que dicen situarse en este espectro ideológico, evidenciando una vez más que la política se hace desde el sofá, porque fuera y lejos, continúa la violencia contra los cuerpos y el machismo, el racismo, el capacitismo, la lgtbifobia, tomando distintas formas y expresiones. Donde los asesinatos en el mar y en las fronteras siguen siendo sistemáticos, y no cesan ni los feminicidios ni los desahucios. Pero esto parece importarles poco a quienes gobiernan, y persisten en sus falacias de las mayorías parlamentarias y la democracia a la vieja usanza…
Una democracia en la que los presos políticos no existen pero sí un estado que legitima y ejerce la violencia porque la gente quiere votar. Nos obligan a ir a votar una vez cada cuatro años porque entre los políticos no se ponen de acuerdo. Y al mismo tiempo castigan a quienes sí quieren hacerlo, usándoles para sacar rédito electoral (algo así, jajajaj). Se ha desplegado sin miramientos una represión policial atroz y se han criminalizando todas las formas de desobediencia. Y a nosotras como buenas feministas con perspectiva interseccional lo que más nos ha preocupado ha sido que las barricadas han dejado el asfalto lleno de cera y de adoquines dificultando el paseo de las personas con diversidad funcional usuarias de sillas de ruedas. Por eso, necesitamos una revolución más inclusiva, un tsunami más democrático en el que se reprima al fascismo y no a la inversa… Porque, como hemos visto, las expresiones de la ultraderecha se han expandido más allá de Cataluña y los neonazis (al ritmo del cara al sol) han hecho alarde de todas sus fobias. Sí, queremos que el estado español sea la tumba del fascismo, pero tumbas, no mausoleos…
Para terminar, deciros que ante este panorama político, las postpotorras nos estamos quedando sin existencias de plumas y purpurinas… Estamos cambiando el atuendo por mecheros y botes de gasolina (sí, porque a ella le gusta la gasolina).Y no, no es una amenaza, sino un primer aviso. Nuestra mirada está puesta en las movilizaciones que se están produciendo en América Latina. El pueblo chileno expresa su fuerza e indignación devolviéndonos la esperanza de que haciendo las cosas de otro modo, la situación política y, por tanto, social puede cambiar. Las movilizaciones al otro lado del charco son nuestra aspiración.