TIRO AL MUÑECO // Aires de cambio
- Tercer relato de la serie 'Tiro al muñeco'
Una bochornosa tarde de agosto en la sala del Consejo de Ministros del Palacio de la Moncloa. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha convocado una reunión secreta de su gabinete antes de abordar la segunda ronda de contactos para negociar la investidura. Toma la palabra el ministro de Innovación, Ciencia y Universidades, Pedro Duque.
—Tipotidetimos tihatiblar tiatisí tipor tisi tinos tiestipítian.
—Pero ¿qué te pasa en la boca, Pedro? —interviene presto José Luis Ábalos, clavando su mirada en la del astronauta como lo haría el mismísimo William Munny.
—He pensado que podríamos hablar con la “ti” para encriptarnos por si nos espían… En la NASA lo hacíamos y funcionaba…
—Bien —tercia el presidente—. Bajemos a la tierra y centrémonos en el asunto que nos ha tenido ocupados y preocupados los últimos cuatro meses: el gobierno.
—El gobierno, claro… El gobierno, por supuesto —asienten la totalidad de los presentes.
—¿Y quién es el único responsable de esta situación de parálisis que tensiona los mercados, amenaza la cohesión social y territorial y paraliza las inversiones, Carmen? —prosigue el candidato.
—El de la coleta —responde como un resorte la vicepresidenta.
—¡Coooorrecto! ¿Y cuál es la obligación de un líder europeo responsable y de buena planta como yo cuando tropieza con una piedra en el camino, Carmen?
—Darle una patada en el culo y apartarla…
—“Rodar y rodar. Rodar y rodar…” —se arranca inopinadamente Josep Borrell, que aparece, como si de un fantasma se tratara, desde detrás de unas cortinas de terciopelo amarillo que engalanan la estancia.
—Joder, Pepe —tercia el presidente en funciones tras llevarse la mano a la altura del pecho—. Un día de estos nos vas a matar a todos… Pero ¿qué haces escondido ahí? —añade tras recuperar el resuello—… Anda, no seas chiquillo... Ocupa tu silla y sigamos… A lo que íbamos… ¿Y cómo apartamos a nuestro socio preferente del camino? ¿Cómo nos lo quitamos de encima, Carmen?
—Ofreciéndole algo con lo que no cuenta y aguardando a que él solito caiga de “Maduro”, dicho sea sin retranca, por supuesto —se ríe la vice, como si de una novicia traviesa se tratara.
—Exactamente, Carmen. Exactamente.
—“Carmen, Carmen, Carmen; te quiero y tú lo sabes…” — se anima de nuevo Borrell.
—Mira que estás ‘pesao’, Josep. Ya te hemos dicho una y mil veces que sí, que tienes más tirón popular que Iceta en Cataluña y que no hace falta que te tomes los Consejos de Ministros como si fueran un puto karaoke —sentencia Ábalos desde su silla, que, por un instante, parece incluso más alta que la del propio presidente.
—Gracias, José Luis —asiente Sánchez tras secarse el sudor de la frente con unos pañuelos de papel personalizados con sus iniciales—… A veces me lo comería a besos… Y sin embargo otras… —añade mirando a Borrell con expresión taciturna.
—“El beso, el beso; el beso en España… —se levanta este de la silla haciendo requiebros con las manos como si se tratara de doña Concha Piquer en pleno alarde interpretativo.
—Pedro, haz el favor —comenta Ábalos al heredero de Neil Armstrong en Hispania—… Llévatelo a la cocina a ver si conseguimos avanzar.
—“Siempre que vuelves a casa, me encuentras en la cocina, embadurnada de harina, con las manos en la masa” —entona el todavía ministro de Exteriores, mientras abandona la sala.
—Ya se pueden ir preparando en Europa —susurra Sánchez para sus adentros—… El caso es que os he reunido hoy aquí porque José Luis tiene una idea que podría solucionarnos la papeleta…
—Por cierto —se anima a intervenir esta vez el ministro del Interior—. ¿Por qué no ha venido Margarita?
—“Margarita se llama mi amor” —se escucha todavía la voz risueña de Borrell desde el otro lado de la puerta.
—José Luis. Explícales tu propuesta y, de paso, por qué Margarita no está con nosotros.
—El plan es sencillo. Estamos hartos de escuchar que solo le ofrecemos migajas, que está preparado para contribuir a la gobernabilidad de España y no sé cuántas sandeces más. Pues bien. Vamos a poner punto y final a esa maldita farsa con una oferta que no podrá rechazar.
—¿Y cuál es? —vuelve a terciar Grande-Marlaska.
—El Ministerio de Defensa, por eso no hemos convocado a Margarita.
—Vaya. ¿Y es así como acabaremos con él? —insiste el jefe de la Policía Nacional.
—Está todo diseñado al milímetro. Le haremos firmar que antes de acceder al cargo tendrá que asistir a un curso intensivo sobre la OTAN que le propinará Javier Solana durante no menos de quince días. Los dos solos, a ser posible en un cuarto incómodo y sin ventanas. Nueve horitas diarias; siete días a la semana a solas con Solana… No sé si me explico —sonríe Ábalos.
—Eso podría resultar letal —apunta la ministra de Educación.
—Sin duda —confirma la titular de Sanidad.
—¿Y si no fuera suficiente? —sigue tocando las pelotas Grande-Marlaska.
—El próximo 20 de septiembre se celebra el Día de La Legión y José Luis ha pensado —explica el futurible Sánchez— que este año habría que hacer algo especial. Ya está todo dispuesto para levantar una gran carpa en el islote de Perejil, donde trasladaríamos una imagen a tamaño real del Cristo de la Buena Muerte, además de la cabra, y organizaríamos un desfile con presencia de los tres ejércitos que, por supuesto, presidiría nuestro querido amigo. La ceremonia, que contará con un seguimiento mediático sin precedentes, concluirá con una Comida de Hermandad en la que compartirá mesa y mantel con predecesores en el cargo como Pepe Bono, Federico Trillo o María Dolores de Cospedal. La sobremesa, que será larga, estará regada con el mejor orujo de hierbas y amenizada, sin descanso, con un popurrí de pasodobles interpretados por la propia banda de los “lejías”… Nuestros asesores en el CNI dan por hecho que no podrá sobrevivir a eso… ¿Qué? ¿Nos tiramos a la piscina? —pregunta Sánchez al resto de la concurrencia—… Perfecto, pues vamos a ello—sentencia ante el silencio de sus interlocutores.
—“Allons enfants de la Patrie…” —resuena como un enjambre de dulzainas la voz atiplada de Borrell desde la sala contigua.
—Ya está el bueno de Pepe ensayando el discurso para su toma de posesión como nuevo Mr. PESC… Es incansable —comenta en tono emocionado el presidente en funciones—… Vivir para servir a España es lo que tiene… Se levanta la sesión…
Una ocurrencia que será verdad Pascual. Una deriva de tal magnitud solo se le puede ocurrir al PsoE actual, está fuera del eje social; porqué de los otros ejes: ¡ Fáctico, mediático, económico está cumpliendo su cometido desde el año 78 !. El bipartidismo traidor a la base y clase trabajadora, su alineación con las derechas y su filosofía de no hacer nada, pero buscando desgastar al enemigo tan especial que le ayudó, enseñó cómo se hace una moción de censura a una de las patas del tinglao este… ¡ Están en el relato, que bien podría el Villarejo hacer unas horas extras demás con cargos a los fondos reservados… Mira que se descolocaron los «descolocaus». Una lección política, del SG de Podemos Pablo Iglesias, al no entorpecer tamaña «ocurrencia». Pascual, trabajan para el PP de Rajoy. Mira como sean valido de Carmena, e Iñigo Perón y en comandita han aprobado la «Operación Chamartín» (actual MNN). La vergüenza confluye y fluye entre camaradas del ramo… ¡ Vaya pandilla de truanes sociales y sociolistos !. Vaya sorpresa con otras elecciones Pascual !.