Izquierda Unida, gobernar para la mayoría
- La justicia social, la transformación ecológica y una acción netamente feminista resultan imprescindibles para volver a crear comunidad
Sol Sánchez, coportavoz de IU Madrid y candidata autonómica de Unidas Podemos Izquierda Unida Madrid En Pie
En esta campaña me estoy recorriendo la Comunidad de Madrid con el objetivo prioritario de sacar por fin al Partido Popular del gobierno. Al mismo tiempo, junto a mis compañeros y compañeras de candidatura, arropada por una militancia infatigable y con simpatizantes que nos animan, nos preguntan y nos complementan en cada pueblo y barrio que visitamos, estamos exponiendo un programa que lleva inscrito una forma de vida alternativa a la que nos quieren imponer desde hace demasiado tiempo. La justicia social, la transformación ecológica y una acción netamente feminista resultan imprescindibles para volver a crear comunidad frente a la soledad donde nos quieren los adalides del egoísmo, el sálvese quien pueda y las jerarquías patriarcales que gobiernan nuestro presente neoliberal.
Allí dónde voy, me encuentro a personas de Izquierda Unida cuyo trabajo es reconocido con cariño y admiración por sus vecinos y vecinas. Su mera presencia, las arrugas que rodean sus sonrisas cuando nos ven, que acentúan su determinación cuando hablan, recuerdan luchas que hunden sus raíces en décadas de trabajo y sin las cuales no se puede entender la historia de esos pueblos. La defensa contra viento y marea de servicios públicos como la educación o la sanidad, su infatigable insistencia en lo crucial que resulta el transporte público para la equidad y el medio ambiente, peleando para que los autobuses lleguen a barrios y lugares abandonados por los poderosos, sus movilizaciones en defensa de nuestros espacios naturales o su incansable vigilancia, no exenta de riesgos fuera de los focos, contra la corrupción, hacen que la lista de héroes y heroínas anónimos que voy apuntando en mi memoria sea cada vez más numerosa.
Durante la larga noche que para tanta gente y para tantos espacios naturales ha supuesto el turnismo de este régimen, nunca faltó la militancia de Izquierda Unida. Ni su trabajo ni su tesón. Es preciso en esta campaña formularlo como una clara declaración de intenciones para recordar que hemos demostrado que, vengan duras o maduras, Izquierda Unida siempre está ahí a la hora de defender los derechos de la mayoría social, de quienes nos votan y de quienes no lo hacen, porque a la hora de defender lo que es justo no le preguntamos a nadie qué papeleta metió en la urna, sino que le pedimos que se una a la lucha. Eso sí, donde nunca nos verán será defendiendo los intereses del 1% cuya codicia cabalga esta última fase capitalista con las luces más cortas que nunca. Con ellos nunca habrá consenso.
A Izquierda Unida se nos reconoce el rigor en nuestras propuestas prácticamente desde que nacimos, hace ya más de 30 años. No es porque tengamos los mejores expertos o brillantes talentos con másteres y cinco idiomas, no. Estos perfiles ayudan, como lo hacen otros. La razón de nuestra solvencia se encuentra sin embargo en nuestro esfuerzo por conocer la realidad cotidiana, reuniéndonos con las asociaciones vecinales, con quienes conocen sus calles de verdad, con las plataformas, con las organizaciones sindicales y ecologistas. También porque recorremos los mercados, las plazas y los parques, para escuchar allí a vecinos y vecinas de a pie que no están organizadas. Y finalmente porque mantenemos nuestras sedes abiertas, tratando a nuestra militancia con respeto y dignidad.
Sumemos a esto una práctica procedente de nuestro hilo rojo, una vieja enseñanza que nos dice que cuando naces sin nada en las manos el cultivo de la inteligencia colectiva es lo que nos ayudará en la emancipación. Y por eso estudiamos, debatimos y reflexionamos con otros compañeros y compañeras, sin líderes ni tribunos, pugnando por respetar la crítica constructiva frente a la asfixia de las jerarquías. Esforzándonos siempre por exponer propuestas firmes que representen una verdadera alternativa, pues quienes nos conocen de verdad saben que las ocurrencias, el populismo o los espectáculos circenses no van con nuestra forma de trabajar.
Tenemos un programa para transformar la Comunidad de Madrid y sus municipios, para implantar un modelo productivo que nos traiga empleo estable y de calidad, a la par que la profunda transición ecológica que necesitamos ya. Un modelo que no solo suponga un dique para la defensa de servicios públicos como la sanidad, la educación o la dependencia, sino su expansión. Crear comunidad es también conectarnos mediante un transporte público que va a ser prioritario en nuestra acción de gobierno. Hablamos de servicios esenciales para nuestra vida cotidiana, como la limpieza viaria o la recogida de residuos, en los que muchas veces no pensamos.
A lo largo y ancho de esta Comunidad de Madrid, Izquierda Unida va a estar presente en las elecciones a la Asamblea y en más de un centenar de pueblos con un proyecto nítido que, como avanzábamos, no busca gobernar para todos, sí para la mayoría. No vamos a gobernar para todos porque hay intereses que son contrapuestos: los intereses de los bancos y los fondos buitres son opuestos a los de los inquilinos e inquilinas de viviendas cuyos precios se tornan impagables por la especulación; los de las multinacionales depredadoras son contrarios a los de sus trabajadores y trabajadoras, sometidos a la precariedad y la explotación; los de quienes pretenden contaminar para seguir haciendo negocio ahogan los de quienes nos va literalmente la vida y el futuro más inmediato en tener unas condiciones medioambientales saludables en nuestro entorno.
Rigor, solvencia, firmeza en las convicciones y un programa para la mayoría es lo que Izquierda Unida representa. Por eso te solicito que votes nuestras candidaturas el próximo 26 de mayo. A fin de cuentas somos tu izquierda, aquella que sabe que la responsabilidad no es nada sin los principios y valores. Por eso esta campaña frente a la resignación, el posibilismo o la vuelta al bipartidismo, te estamos recordando que te mereces más. Que merecemos una vida y un mundo mejor.