Aguirre se despide apuñalando a Cupido

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Nino Olmeda *

Esperanza Aguirre, esta mañana, a su llegada a la rueda de prensa que ha ofrecido después de la reunión con los concejales de su grupo municipal. / Emilio Naranjo (Efe)
Esperanza Aguirre, esta mañana, a su llegada a la rueda de prensa que ha ofrecido después de la reunión con los concejales de su grupo municipal. / Emilio Naranjo (Efe)

Esperanza Aguirre, después de tener casi todo el poder en la Comunidad de Madrid y en el PP madrileño, decidió celebrar el Día de los Enamorados de una manera muy particular. Apuñaló a Cupido,  dios del deseo amoroso  e hijo de Venus (diosa del amor) y de Marte (dios de la guerra). Anunció el 14 de febrero que ya no es la presidenta del PP de Madrid y que seguirá al frente de los 'populares' en el Ayuntamiento de la capital, lo que ha originado críticas de todos porque ella dijo lo contrario cuando 'dimitieron' al edil de Podemos Guillermo Zapata de Cultura y le colocaron en otro departamento.

¿Por qué deja el cargo en el PP en día tan señalado? Sólo lo sabe ella ¿Tiene que ver con el registro policial de la sede de Génova, en las dependencias de su exgerente Beltrán Gutiérrez, imputado en el caso de las ‘tarjetas negras’ de Cajamadrid? A lo mejor. Dice que se va porque se ha dado cuenta que su exsecretario general Francisco Granados, en la cárcel desde hace muchos meses, puede haber cometido muchos y graves delitos de corrupción. Se podía haber dado cuenta de eso cuando entró en prisión como jefe de la mafia Púnica o cuando protegidos suyos como Alberto López Viejo o Benjamín Martín Vasco entraron en el listado de golfos gurtelianos. ¿Financiación ilegal? Qué sabe nadie.

En fin, que se va porque le da la gana y porque se ha dado cuenta que el amor sin cargos, mi amor, es menos amor. Cuando tenía para dar y tomar, todos querían a la lideresa y le reían sus gracias. Ahora pinta menos que la Tomasa en los títeres y a muy pocos les interesa lo que dice o hace y pensó que antes de que lo suyo pase totalmente desapercibido para todos, lo mejor era coger a Cupido por los cuernos y retorcer el recuerdo de algunos de sus amores, políticos, por supuesto.

Dijo que ella no se enteraba de nada porque esas cosas del dinero corrían a cargo del secretario general, el tesorero o el gerente. El secretario general, Ignacio González, que entregó el 15 de enero su carta de dimisión, quería haberse ido después de las elecciones autonómicas de mayo, pero se quedó porque ella le  pidió que aguantase hasta los comicios generales de diciembre. Su tesorero, Carlos Izquierdo, es ahora consejero de Asuntos Sociales del Gobierno presidido por Cristina Cifuentes, que espera ser la sustituta de Aguirre en el próximo Congreso del PP de Madrid.

La dimisión de Aguirre sirve también para que el partido de Mariano Rajoy vuelva a estar conectado con Madrid y dirigiendo la salida a esta crisis colocando una gestora que presidirá Cifuentes y tendrá como secretario general a Juan Carlos Vera, que dirigió la última campaña de la propia Cifuentes y antes alguna otra de Aguirre, que ahora se va a medias pero dejando claro que la flecha de Cupido no le ha llegado al corazón porque ella misma la cogió a tiempo para desviarla y clavarla en la espalda de algunos de sus amores de antaño.

(*) Nino Olmeda es periodista.

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