Unidad en situaciones límite. En la China invadida por Japón en diciembre de 1936 los generales nacionalistas conminaron a Chiang Kai-shek a firmar una tregua con los comunistas. Es el incidente de Xi'an por el que los dos partidos acordaron suspender la guerra civil y formar un Frente Unido que concentrase todas sus energías contra los japoneses. En la España corrupta y decadente de 1930 el Pacto de San Sebastián unió a toda la oposición de cara a unas elecciones municipales que permitieron que el país se levantara republicano el 14 de abril.
Hay ejemplos en la historia que nos enseñan que hay que hacer un esfuerzo de inteligencia y generosidad en favor de la unidad. Y la situación que vivimos aquí y ahora es pavorosa. Analizando el desempleo, según la EPA del IV trimestre de 2013 se han destruido 198.900 empleos en 2013, España tiene 622.700 parados más desde que Rajoy gobierna, hay 700.000 hogares sin ningún ingreso, 3,5 millones de parados llevan más de un año sin trabajar y 1,8 millones familias tienen a todos sus miembros en paro. Con la reforma laboral, la devaluación de salarios y la precariedad han conseguido que tener un empleo no asegure poder vivir de él. Se está desmantelando el débil estado de bienestar con recortes y privatizaciones. Y la derecha en el poder quiere instaurar un estado policial ajeno a la democracia.
Las elecciones europeas en clave interna. En mayo de 2014 hay elecciones al Parlamento europeo. Pero la Unión Europea es un proyecto caduco y sin credibilidad ante los ciudadanos y los pueblos por muchas cosas y, más recientemente, por su incapacidad para buscar soluciones a la crisis fuera del ajuste permanente, el empobrecimiento de la población y el desmantelamiento del estado social. Más allá de los discursos huecos y grandilocuentes, poco cabe esperar de estas elecciones en términos reales que no sea la utilización del Parlamento Europeo como caja de resonancia. Pero tienen más importancia de lo que parece: podrían significar la derrota de las posiciones neoliberales y del bipartidismo, desencadenar una crisis interna importante en la derecha y, en el supuesto más óptimo, crear las condiciones para el inicio de un proceso constituyente.
Pero hablemos claro. Hay dos escenarios posibles:
a) Un escenario de división de la izquierda, muy baja participación y triunfo del PP (o del PSOE) con menos de un cuarta parte del electorado y una abstención de más del 50%.
b) Un escenario de unidad y de victoria de una amplia coalición de la izquierda y los movimientos sociales que derrotase claramente a la derecha y forzase un anticipo de elecciones generales, ante la constatación de que les falta legitimidad para seguir hundiendo el país.
La derecha busca poder seguir presentándose como “ganadores” de las elecciones para justificar su brutal política económica y el recorte de libertades. La experiencia de la izquierda es que pierde con la división; ahí están las movilizaciones separadas del 23 de noviembre de 2013 por los mismos objetivos, que hizo que fueran un relativo fracaso.
La locura de la fragmentación y sus consecuencias. Si nos dirigimos hacia el primer escenario de falta de unidad, sería una ocasión histórica perdida que disuadiría de ir a votar a muchas personas. Hay muchas fuerzas que buscan el apoyo y el voto de la izquierda, de la indignación y del rechazo al PP: IU-Izquierda Plural, Suma-La gente primero, las izquierdas nacionalistas, Equo-Compromís, Frente Cívico Somos Mayoría, Podemos de Pablo Iglesias-Izquierda Anticapitalista, asambleas del 15-M, Partido X, Unidad Ciudadana de Juan Torres y todo tipo de plataformas ciudadanas, fuerzas republicanas, etc. Un tremendo batiburrillo condenado a la impotencia y a la frustración de los electores si no hay unidad. Aunque no todas cristalizarán en candidaturas electorales y algunas se fundirán, estamos hablando de entre cuatro y media docena de propuestas que atomizarían el voto de la izquierda. Claro que es legítimo el derecho a presentar candidaturas que tiene todo el mundo y que siempre defenderé. Pero los votantes deben saber que, a pesar del colegio electoral único, los que no saquen un número suficiente de votos no rentabilizan los apoyos en términos de representación.
La competencia entre las candidaturas de izquierda en vez de sumar y empujar todos en la misma dirección, es división, enfrentamiento, echar la culpa a los otros, con la consiguiente abstención entre los votantes. Supone un balón de oxígeno para la derecha y la continuidad de los ajustes y políticas autoritarias. Y sobre todo es la pérdida de una gran oportunidad de acelerar plazos para el desalojo de la derecha del poder y tener que esperar a 2015 a ver si cunde el sentido común ante las elecciones municipales y autonómicas y generales. Las gentes de la izquierda no quieren programas brillantes o candidatos de relumbrón si van separados; priorizan la unidad para derrotar las posiciones liberarles que están acabando con todo. La división nos hace pasar del “Somos Mayoría” a somos un porcentaje relativamente pequeño. Del “Sí se puede” al vamos a esperar a 2015 a ver si somos capaces. Y hay una grave pregunta a hacerse: ¿si no se ponen de acuerdo los diferentes sectores de la izquierda, se merecerían el voto de los perjudicados de la crisis?
¿Es posible la unidad de la izquierda? Sí. No es difícil configurar un programa de mínimos, y tendría una base política y electoral importante que recibiría con alivio y entusiasmo la buena nueva. Pero hay que evitar varios elementos negativos:
1. Priorizar la autoconstrucción de los partidos antes que la unidad. Esa es la tentación de algunos que creen que primero hay que obtener alguna representación para consolidarse como organización para negociar después pactos electorales en 2015 desde posiciones de fuerza. Es un error estratégico sobre qué es hoy lo fundamental, porque aún en el caso de que obtener un eurodiputado ello no va a mejorar sustancialmente la situación de la gente.
2. La pugna por estar en las candidaturas que hace que aparezca muchas veces lo más mezquino de la condición humana, barnizado de diferencias ideológicas y programáticas para justificar que no ha sido posible el acuerdo. Y esto debe de ser algo totalmente ajeno a las gentes y electores de izquierda. Las primarias pueden ser estupendas siempre que no dificulten la unidad, que es lo realmente importante. Estoy seguro de que muchos votantes de la izquierda se sentirían a gusto, hasta con un sistema como la insaculación (meter nombres de personas capaces de las diferentes fuerzas de izquierda en una bolsa e ir sacándolos para ordenar la lista electoral). Lo importante es que la gente se ilusione, salga de su casa el domingo 25 de Mayo y vaya a votar para derrotar a la derecha. Más que los nombres de las personas concretas
3. El fatalismo de que la izquierda no tiene arreglo. Las ideas tienen un gran peso para crear escenarios de cambio. Porque cuando se dice que algo es imposible, lo convierte en una profecía que se cumple. Es buen momento para acabar con viejas maldiciones y prejuicios. Claro que podemos y debemos cambiar las experiencias negativas del pasado. Las condiciones no deben ser muchas. Yo propongo estas dos condiciones para la unidad:
- Generosidad y prudencia. No se puede dejar pasar una gran oportunidad, no cabe escudarse en críticas al oportunismo, al afán de protagonismo, a las viejas descalificaciones a los "picos de oro". No se puede ignorar la realidad. Y esta realidad es la siguiente: IU no ha sido capaz de cubrir todo el espacio existente en la izquierda, de avanzar hacia una convergencia muy amplia. Por eso, junto con otras razones, ha surgido Podemos y demás iniciativas que me parecen muy interesantes en la medida en que busquen sinceramente la unidad. Lo cierto es que han agitado las aguas de la izquierda real y son un referente para muchos activistas de las mareas y del 15-M, y son bien vistos por sectores de IU.
Sería fundamental conseguir una candidatura única y potente y disputar al PP y al PSOE la mayoría el 25-M. Plasmar de esta manera una gran convergencia de la izquierda. No tendría ninguna explicación ir separados a las elecciones teniendo un programa prácticamente idéntico. La unidad de IU-Izquierda Plural, Podemos, asambleas del 15-M, Frente Cívico y todas aquellas organizaciones y plataformas que quieran sumarse, puede y debe ser la Syriza española. Y aquellos que no quieran estar, que opten por su autoconstrucción como fuerza política: recibirán la sanción de los electores. El acuerdo no es fácil, pero no es en absoluto imposible. Habrá que poner encima de la mesa la generosidad de los grandes y la prudencia de los pequeños, engrasada con la participación de los militantes y la conciencia de la trascendencia histórica del acuerdo.
He escrito en otras ocasiones que este país no tiene un gobierno a su altura. Tampoco la izquierda estará a la altura de las necesidades de los trabajadores y de la ciudadanía si tira la toalla y va separada a montar cada uno su pequeño chiringuito. Sería una irresponsabilidad y les pasaría factura. Todavía confío en la inteligencia colectiva y el sentido común de la supervivencia. Lo contrario sería seguir jugando a La vida de Brian o a la izquierda sin arreglo.
Podemos no busca sinceramente la unidad.
Es un proyecto tacticista de una fuerza que ya sabe que «de frente» es insignificante.
Y además tiene el defecto de secuestrar la voluntad de los activistas de las «mareas» y de otros movimientos sociales.
¡¡¡Estamos ya hasta los c….es!!!
Siempre pasa lo mismo!
Siempre que iu se recupera, siempre!!
sale alguien a jo..r la marrana.
Mucho blablabla y mucho profesor tertuliano, muy razonable, muy coherente pero, la consecuencia será la de siempre, hundir y atomizar la izquierda en este país.
¿Qué podemos pensar de estas personas que dividen, si el resultado siempre es el mismo?
Estoy completamente de acuerdo con el artículo. MENOS MI VERDAD Y MÁS UNIDAD.
Tengo tantas ganas de tener una opción clara para votar en las próximas elecciones… Ahora votaría IU o no votaría. Quiero una opción que nos saque, a mí y a tantos otros, de la disyuntiva.
Y dále con Iu. Hay un montón de organizaciones de la izquierda a las que pablete tambièn ha ninguneado: bng, cha, equo, los valencianos… ¿Por qué no habló antes con ellos ? ¿ Por qué no les invitó a estar con él en la presentación a lo Steve Jobs ? ¿ Por qué la generosidad tiene que ser sólo de iu ? ¿ Por qué no de podemos ? ¿Adivináis qué pasaría si iu aceptase las primarias y volcase el peso de su organización en otros candidatos ? ¿En serio pensáis que éstos lo aceptarían? Por no hablar de los análisis que hacen…Como si el voto no fuese algo más complejo que las necesidades objetivas. Qué póco han aprendido algunos desde la HGR (Huelga General Revolucionaria para los de la LOGSE) de la transición…
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Ahora es el momento
Si se consigue superar los dimes y diretes y clarificar que las primarias es una opción que no devoción. Se podrá hablar de propuestas políticas, de una o unas candidaturas capaces de aglutinar el proceso rupturista que este País clama. Pregunto.
Sólo con la unidad es posible ganar.
Aunque las fuerzas de oposición salgan reforzadas en las proximas convocatorias electorales y crezcan mucho en votos, si siguen gobernando ellos la mayoría de las personas estarán perdidas. Hay que derrotarlos y sólo es posible unidos y, aunque joda, aceptando que el PSOE seguramente será imprescindible para derrotar a la actual mayoría. Sólo nos vale quitarles el gobierno. ! UNIDAD !
La única unión que puede llegar a algo es la que le de a la ciudadania herramientas para vigilar y participar directamente en democracia.
Podemos, lo que van a poder es jo.er la unidad de la izquierda,que les pagarán «socialistas» cuando lleguen de nuevo al poder. Y podrán ser los futuros Diegos Garridos y Curieles- este al final se arrepintió.
La ciudadanía ha tomado la calle en el denostado espacio del fondo, a la izquierda. Es ahí donde debe estar la izquierda, escuchando y hablando a la calle. http://wp.me/p2v1L3-s0
Me temo que los nuevos PEDINES a lo Almeida Garrido, no son Podemos o Suma si no los aparachis de IU como estamos viendo en Andalucía. Si lo único que puede ofrecer el viejo aparato de IU es un pacto de mínimos al rebufo del PSOE siguiendo sus políticas neoliberales de baja intensidad, cualquier otra candidatura sería mejor. Los Garridines deseosos de un carguillo están ya en la Junta de Andalucía, o llevan años como incombustibles Willys Meyers o el amigote de Gallardón en Madrid si sacar el culo del escaño sin que se note su política de izquierdas, como no se notó en Bankia, bueno sí pero para favorecer a Blesa, la infame presencia de Moral Sandín en su consejo de dirección. Si la unidad de la izquierda es esta vieja vendida IU de Andalucía o Bankia, bienvenidos sean los SUMAS, PODEMOS o Gordillo para sacudir la apoltronada modorra de esta gente.
Primero ¿ámbito ideológico de la izquierda? ¿es izquierda el PSOE renunciando a la reforma constitucional? ¿La coalición que se pide en el articulo es para ganar y ser los editores del BOE o es para ser el referente de la izquierda pura, purista?.
Después ser testigo de muchas campañas electorales, al final, todo se reduce a que puesto me dais, eso si, adornado con apelaciones a la lucha y a Marx.
Que casualidad, cuando una fuerza de izquierda tiene la posibilidad de influir políticamente y dejar de ser residual, aparecen en su espectro ideológico otras diez, que la restan votos y la impiden el sorpasso.
De acuerda Agustín. Llevo muchos días diciendo algo parecido.
http://apuigsole.blogspot.com.es/2014/02/la-unidad-en-la-coyuntura-actual.html