ENTREVISTA

Henar Álvarez: “La etiqueta de humor feminista nos pone en una subcategoría”

  • Entrevista con la cómica y guionista Henar Álvarez sobre humor feminista, los límites del humor y la situación política

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La primera vez que Henar Álvarez (Madrid, 1984) se subió al escenario para hacer un monólogo fue el año pasado en el programa de Buenafuente, y arrasó. El vídeo se convirtió en una catapulta para su carrera, esa que la ha llevado a ser presentadora de Días de Cine, directora del programa feminista de cine Tramas maestras (La Ser), guionista en Las que faltaban (Movistar +), guionista de Hoy por Hoy o columnista de El Confidencial.

Ahora es una de las cómicas más relevantes del ámbito del humor feminista aunque al mismo tiempo tenga una pelea interna con esa etiqueta. ¿Hablaríamos de humor masculinista? De momento, Henar hace humor desde su perspectiva de mujer y se carga estereotipos. Se siente “muy libre”, nos cuenta, armando gresca en Buenismo Bien (La Ser) junto a sus compañeros Manuel Burque y Quique Peinado.

-En marzo del año pasado hiciste el monólogo 'la puta de la clase' en Late Motiv, el programa de Buenafuente, y se volvió viral. ¿Qué significó para ti?

– Para mí fue importantísimo. Era el primer monologo que hacía. Ya había hecho otras cosas de humor pero era la primera vez que lo hacía subiéndome al escenario. Que funcionara y tuviera esa acogida tan guay, la verdad es que está muy bien. Empezaron a darme oportunidades que estoy 100% segura de que, si el monólogo no hubiera tenido la repercusión, no me habrían salido.

- ¿Por qué crees que tuvo tanto éxito?

– Con este monólogo me han pasado cosas muy curiosas porque en realidad no va sobre ser la puta de la clase, sino sobre cómo se juzga en la sociedad a la sexualidad femenina y la masculina. Hay muchísima ficción en el texto que hice. Pensaba que lo dejaba claro, pero no. Lo guay de este monólogo es que funciona igual si no se pillan los chistes. Me dio rabia porque salieron algunos artículos diciendo que no era feminista, que hablaba de sexo igual que lo hacen los tíos.

Lo primero es que podemos hablar de sexo como lo hacen los tíos porque nosotras también follamos, tenemos genitales en las piernas y sentimos deseo. Si no, estás haciendo conmigo lo mismo que ya hacían antes: decirnos que hablar de sexo no es algo adecuado para una mujer o una señorita decente. Por otro lado, me decían que no era un monólogo feminista... ¿Cómo que no lo es? ¡Si digo que solo por enseñar el ombligo me pusieron un 'san benito'! Hay una reivindicación clara. Cuando escribí este monólogo buscaba algo común a todas las mujeres del mundo: cis, trans... Lo único que me salía es que a todas nos habían llamado 'puta' alguna vez por cualquier razón ajena a la prostitución.

¿Ha llegado el momento del humor feminista en España? ¿Está empezando a haber hueco para la comedia hecho por mujeres?

"Las mujeres podemos hablar de sexo como lo hacen los tíos porque nosotras también follamos"

– Quedan muchas cosas por avanzar y resolver. Ha habido un cambio porque en 2019 ha habido un montón de espacios para que las mujeres hagan comedia: la Riot Comedy, el Calladitas Show, Las que faltaban en Movistar... Estoy de acuerdo con ponerle la etiqueta feminista al humor porque es evidente que hay cierto tipo de discursos que llevan una carga feminista, pero por otro lado nos limita y nos pone en una subcategoría. Nadie nos diría que es humor masculinista el que habla de los tíos o las pajas que se hacen. Yo creo que nosotras hacemos humor y punto. Es inevitable que yo, mujer, madre de 35 años hable desde un punto de vista determinado de mi vida, diferente al de un hombre blanco de 40 años a un señor negro que vive en Michigan o a una lesbiana de 40. Nuestros puntos de vista, nuestra experiencia vital son diferentes.

– En cuanto a las etiquetas, podemos hablar de humor que hacen mujeres, no feminista...

– No te puedo decir si me gusta poner la etiqueta o no. Es un tema que me genera muchísimo conflicto porque pienso que es importante. A mi me gusta mucho el cine, cuando quiero ver una película de directora la busco en Filmin y luego pienso: ¿por qué cojones hay una etiqueta de directoras si no habría jamas una etiqueta de directores? Tengo la sensación de que no quiero ser una subcategoría, pero hasta que la cosa se iguale lo soy y es algo que me cuesta aceptar.

A menudo haces humor sobre cuestiones políticas o cuestiones que nos afectan a las mujeres. ¿Te preocupa que alguna vez el chiste, por tener un trasfondo serio, haga menos gracia?

– Cuando he actuado no he tenido ningún problema de que no haya hecho gracia. Tampoco tengo la sensación de que yo haga un humor superpolítico de forma clara. En el programa de radio que tengo con Quique Peinado y Manuel Burque, Buenismo Bien, me preocupo de que los temas y las secciones vayan variando. Un día te hablo de sexo, otro día de las cabras que se caen del campanario y otro día de cuadros del Renacimiento. Me importa eso, no tanto por no encasillarme, sino porque me gusta tocar muchísimos temas.

La argentina Malena Pichot dice que el enojo es uno de sus motores del humor. ¿Se está haciendo este humor más punki desde el feminismo aquí en España? ¿Se dan las condiciones?

"Siento que hago un humor muy punki y en La Ser no nos ponen ningún tipo de reparo"

– Hemos llegado a ese humor en España, por ejemplo, es el de Isa Calderon en Deforme Semanal. Yo lo intento hacer de vez en cuando, pero creo que es se hace de manera muy underground en España y creo que a Malena también le pasa. Es un tipo de humor que aún a los medios mainstream les molesta, pero en otros sitios seria más complicado. Yo, la verdad, no me puedo quejar porque sí que siento que hago un humor muy punki y en La Ser no nos ponen ningún tipo de reparo. Hago lo que me da la gana. Lo único que a veces me han dicho que no diga palabrotas y aún así las digo todas. La gente no está preparada para que una tía se suba al escenario y diga: “es que a mí me gusta más que me llamen feminazi que feminista”. Cuesta, pero se llegará.

Ahora se ha cancelado Las que faltaban, que era un programa de humor hecho solo por mujeres. ¿Sabes cuál ha sido el motivo?

– No te puedo contestar a esa pregunta. Tendrías que preguntar a los que han tomado la decisión. Nosotras sí que estamos muy agradecidas por las dos temporadas que hemos hecho porque nadie lo había hecho antes y los que nos han dado la oportunidad han sido ellos. Han sido dos años maravillosos. Estamos supercontentas y superorgullosas del trabajo que hicimos. Los programas están ahí para quien los quiera ver. También es cierto que los medios de comunicación son así. Yo llevo casi ocho años trabajando en medios y he cerrado cuatro programas ya.

¿Qué opinas sobre el famoso debate de los límites del humor? ¿Se puede hacer humor con colectivos desfavorecidos u oprimidos?

– Esta es otra cosa que también me genera muchísimos conflictos internos. Yo creo que se tiene que poder hacer humor y que no se puede equiparar la palabra con la acción. También tengo claro cuál es el tipo de humor que yo quiero hacer y con el que me siento cómoda. Cualquier persona puede hacer el humor que le salga. El problema de los límites del humor o de la libertad de expresión va por otro lado. A mí por algún chiste ha estado echándome humo el teléfono sin parar. Igual que yo tengo la libertad para hacer los chistes que me dé la gana, la gente también tiene la libertad de decirme que mi chiste es una mierda. Me parece que es una cosa que va con la profesión. El problema me parece que llega cuando estas polémicas traspasan las redes sociales y una persona pierde el trabajo o se le cuestiona de una manera muy salvaje por algo que ha podido ser un fallo se convierte en algo más grave. Eso es lo que me parece más peligroso, que de repente hacer un chiste de gordos te salga más caro que pegar a un gordo. Si criticas chistes que legitiman la gordofobia, me parece bien, igual que si quieres hacer chistes con eso. Forma parte de una sociedad sana, que practica de verdad la libertad de expresión.

¿Lo que más te preocupan son los límites legales?

– Exactamente. Los límites legales y las consecuencias. De repente tengo la sensación de que no puedes fallar y yo tengo clarísimo el humor que quiero hacer, pero a veces me equivoco. El otro día, por ejemplo, hice un vídeo cuando dije que a mi abuelo le habían utilizado de negro. Y alguien me dijo: “Joder, Henar no digas eso”. Y yo dije, “tienes razón”. A mí me gusta que me corrijan, pero me preocupa que un traspiés pueda mandar tu carrera al desastre.

¿Y has sufrido alguna vez ese linchamiento digital del que hablamos?

"En un artículo mío se tuvieron que cerrar los comentarios porque había amenazas de muerte contra mi hijo"

– Me ha pasado con algunos chistes, pero sobre todo cuando escribía artículos en El Confidencial. Ahí sufrí cada abuso... Hubo un artículo en el que se tuvieron que cerrar los comentarios porque había hasta amenazas de muerte contra mi hijo. Otro que era de humor contando mi parto para denunciar la violencia obstétrica. Estuve cuatro días con médicos deseándome que cayera en sus quirófanos, escribiéndose entre ellos qué tendrían que cortarme para que sintiera mucho dolor sin matarme. Empezó a parar porque otros médicos intervinieron para decirles que si eran gilipollas porque lo que hacían iba contra el juramento hipocrático. Aquello fue horrible. No paraba de mirar el móvil. Hubo un momento que estallé a llorar porque le decía: “no nos podemos poner malos porque nos van a matar”. En realidad creo que cuando pasan cosas así hay que dejar de mirar el móvil y volver tres días después.

¿Has notado diferencias en el proceso creativo entre trabajar con mujeres, en Las que Faltaban, y en Buenismo Bien, con hombres?

– Realmente no veo diferencias entre Las que faltaban y Buenismo Bien. Las que Faltaban ha sido un sueño pero porque nunca había trabajado en un equipo en el que fuéramos todo mujeres. Y Buenismo Bien es un programa en el que siento que mis compañeros me apoyan a muerte. Quique y Burque me dan una libertad total. Yo llego y el director, Burque, muchas veces ni siquiera sabe lo que voy a hacer. Ya tiene la coña de que se quita las gafas. Cuando he visto comedia en la que había mujer con hombres al lado, sobre todo en tiempos pasados, veía muy claros cuáles eran los roles: ella jugaba a ser la tonta o la lista y, en cuanto la mujer se intentaba salir del rol, ellos se reían un poco de ella. Sin embargo, en Buenísmo Bien es lo contrario. Yo no hago el papel ni de la lista ni de la tonta. Burque es más el esterotipo de la mujer, tenemos la coña. Y el papel ese de levantarse y decir lo que te da la gana lo tengo más yo. En ese sentido también hemos roto estereotipos.

¿Como feminista que eres, qué principales retos crees que hay ahora mismo?

– No sé si es el principal reto porque no me dedico a la política, pero a mí lo que más me preocupa es la venta del cuerpo de la mujer, porque creo que es el principal reto para que termine de caer una sociedad patriarcal. Cerrar por dios la posibilidad de que los vientres de alquiler no se legalicen en España –estuvo Pablo Iglesias en Buenismo Bien y se lo dije-- y el tema de la prostitución. Siempre se dice que tenemos que acabar con el machismo desde la educación, y yo estoy de acuerdo, pero es que ahora que tengo un niño que tiene tres años me doy mucha cuenta cuando voy paseando por la calle. En frente de La Ser hay un puticlub, que él ya está viendo. Nosotros lo hemos integrado, lo vemos como si fueran Zaras. Él ya con tres años está aprendiendo que el cuerpo de la mujer se vende, porque lo que ve en los neones no es el cuerpo de un hombre. Es irremediable que él vaya generando una idea de lo que es una mujer en una sociedad. ¿Cómo le voy a enseñar a él que tiene que relacionarse con las mujeres como iguales, que tiene que tener relaciones sexuales sanas cuando está viendo que en cada calle hay lugares para que él pueda comprar el cuerpo de una mujer si lo necesita? A mí no me molesta que haya prostitutas para nada si es que hay mujeres que quieren hacerlo, pero me duele muchísimo es el tema de la trata. Hay mujeres que están esclavas en la ciudad, a las que han metido en un prostíbulo para ser violadas reiteradamente. Me parece una locura que eso exista en 2020. Hay que acabar con ello, pero hay que perseguir al putero, no a ellas.

Hablabas de Pablo Iglesias. Por un lado, tenemos nuevo gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, por otro la extrema derecha ha tomado posiciones y Vox tiene 52 diputados. ¿Cómo lo ves?

"Yo tengo muchísima fe en este gobierno porque si no me tiro por la ventana"

– Yo tengo muchísima fe en este gobierno porque si no me tiro por la ventana. Ya no me quedaría nadie en quien creer. Me parece que una coalición entre ellos dos está genial. Pienso que esto se podría haber conseguido antes y evitar que Vox consiguiera 52 escaños, pero qué le vamos a hacer, habrá que quererles así. Es una lección que se habrá aprendido para la próxima vez pero si. Me preocupa el ascenso de la derecha no solo en España sino en todo el mundo y tengo fe en que sea algo pasajero. Cuando se pase la crispación, después de tanta campaña electoral, esperemos que la oposición se quede en su sitio y que todos estos radicales acaben cayendo en el olvido.

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