El PCE decide su estrategia para construir un movimiento que aglutine a las izquierdas

El PCE se propone terminar la Conferencia Política demorada desde marzo por la pandemia. Un total de 236 personas delegadas (la mitad de ellas integrantes del Comité Central) podrán votar, enmendar y transaccionar el documento titulado La reorganización del espacio de la izquierda transformadora, al que ha tenido acceso cuartopoder. Las votaciones serán desde el viernes 2 a las 17 horas, hasta el lunes 5 a las 12 horas. La estrategia del partido se centra en tres fases: la superación de IU con el reto de construir un movimiento político y social más amplio; la convocatoria social y política hacia la unidad popular; y la propuesta para un nuevo bloque social y alternativo.

La clásica discusión de hace años del PCE se actualiza estos días: cómo conseguir aglutinar fuerzas en base a la unidad popular en un movimiento político y social que lleve a un bloque alternativo mayoritario para la superación del capitalismo. El debate, en muchas ocasiones, ha pasado a algunos medios de comunicación como la desaparición de IU o la absorción de esta en Podemos. Sin embargo, es mucho más complejo.

El documento que presenta la dirección comunista, que ya ha incorporado propuestas de distintas discusiones, habla de “la superación de IU”, pero también de que “IU sigue siendo el instrumento político a través del cual el PCE plasma y realiza su política de convergencia”. “La opción no es la destrucción o arrinconamiento de la actual IU para empezar desde cero, sino la generación de espacios de convergencia junto a todos los actores que buscan la ruptura con el Estado del 78, para conseguir la mayor unidad popular posible y el incremento de nuestra capacidad de influencia hacia un horizonte socialista”, esta es la estrategia del PCE, en debate estos días.

Los dirigentes comunistas analizan que en 2008, cuando “se produjo la desafección generalizada al PSOE, IU ya no estaba en condiciones de recoger esa desafección”. Por ello, hablan de “la necesidad de superación de la actual IU, ya que los problemas y límites que se detectaron en los anteriores procesos asamblearios y congresuales siguen vigentes”. “Sin embargo, hay que dar una solución a IU que no pasa por disolverla, sino por tratar de superar su modo actual de funcionamiento”, para convertirla en “instrumento válido para crear el bloque social alternativo capaz de impulsar la ruptura democrática”.

Algunos deberes concretos que se ponen desde el PCE son superar la dualidad territorial-sectorial en su funcionamiento interno, así como, mejorar el discurso sobre la política institucional, a la cual consideran “una de las patas de la política del partido” necesaria para “disputar recursos públicos al poder del capital”. Por otro lado, se ponen también como tarea “visibilizar los límites de las instituciones de los diferentes ámbitos territoriales en el marco del capitalismo financiero global”. La dicotomía Plaza-Palacio que siempre vuelve.

El PCE define su postura de cara a la Asamblea Federal de IU de enero. Defenderán, si así lo deciden en su Conferencia Política de los próximos días, que IU sea “un instrumento de participación popular en las políticas del Estado a través de las representaciones institucionales, diferenciándose de nuestra participación en el conflicto social como militantes del PCE, que busca la transformación social sin pasar esta necesariamente por políticas institucionales”, “una instancia de elaboración de propuestas programáticas concretas y de rendición de cuentas ante el pueblo” y “de control popular sobre los representantes”. “IU debe seguir avanzando en la construcción de un Movimiento Político y Social, para lo que es necesario continuar desmontando la IU conformada en la práctica como partido político”.

Valoran muy positivamente de IU que “puede presentarse como una organización abierta a colectivos y personas”, algo importante para su estrategia de caminar “hacia una convocatoria social y política para la unidad popular”. Buscan, los comunistas, una “consolidación estratégica de la unidad popular, como apuntalamiento de nuestra alternativa”. Un reto que abordan “desde el reconocimiento de que no somos el actor hegemónico”. Esto ha de servirles para “llevar al PCE a ser la vanguardia” de esa alternativa.

Apuestan también por “una clara y unitaria referencia institucional basada en alianzas estables y organizadas democráticamente en todos los niveles”, es decir, Unidas Podemos. Pero, para “construir un bloque político y social alternativo, de unidad popular, con el objetivo de forzar la ruptura democrática con el régimen del 78, abrir un proceso constituyente y realizar las transformaciones que necesita nuestro país”. “Este bloque de unidad popular se construye desde la movilización y sobre acuerdos programáticos”, añaden, fieles a la máxima de Julio Anguita: “Programa, programa, programa”. Para la construcción de ese bloque, no solo valen “alianzas con otras organizaciones políticas”, también aspiran a encontrarse con “los sectores más avanzados del movimiento sindical, de los movimientos sociales, el ecologismo y del feminismo”.

No se niegan, sin embargo, en lo coyuntural a sumar, “en torno a programas, y a las luchas sociales que contribuyen a ellos, tanto a componentes rupturistas como reformistas siempre que todos ellos estén comprometidos a poner en marcha medidas concretas”. Y advierte la dirección del PCE: “No puede ser ajeno a la existencia de un Gobierno de coalición de UP con el PSOE, que condiciona en gran medida nuestra realidad interna y externa”. “Este Gobierno no tiene ante sí una perspectiva fácil, tanto por la oposición, cuantitativamente importante, de las derechas y los límites que impone la UE, como por las reservas del PSOE a las políticas más avanzadas o por las propias diferencias que puedan surgir en el seno de UP”, analizan, por lo que llaman a “organizar el respaldo popular al Gobierno frente a una derecha que sería su única alternativa”. Un apoyo que no ha de ser, según el documento, “una simple justificación acrítica, sino que debe significar un impulso para lograr resultados, empezando por asegurar el cumplimiento efectivo y puntual del programa pactado”.

El PCE “mantiene la apuesta por la unidad actual en torno al espacio de Unidas Podemos y propone su ampliación, trascendiéndolo de una mera alianza electoral a un proyecto de convergencia política que se dote de procedimientos democráticos propios, autónomos, participativos”. En este espacio, no solo IU, también “el PCE participará como un sujeto político con perfil y propuestas propias”.

El objetivo final

Como horizonte, “un bloque social y alternativo” para “trascender el proyecto de unidad electoral que es Unidas Podemos”. Para ello, aspiran a que las distintas organizaciones y militancias lancen “un proceso de encuentro y coordinación del trabajo por la base”. Y, sobre todo: “Comprometerse a evitar por todos los medios las constantes rupturas y creaciones de nuevas marcas electorales que destrozan la credibilidad ante la clase trabajadora”. Para ello, apuestan por el consenso y, si no, por mecanismos democráticos para la toma de decisiones y por portavocías colegiadas. “En distintos niveles territoriales se establecerán asambleas abiertas en las que, de forma periódica, se rinda cuenta de la acción institucional”, reclaman.

Profundizan en “una coordinación interna de Unidas Podemos similar a la de una coalición, con funcionamiento realmente democrático, para después plantearnos la posibilidad de espacios más extensos de participación que, para empezar, ni siquiera tendrían por qué denominarse como el actual grupo parlamentario”. Así, llegar a un “nuevo movimiento político y social” compuesto “no solo por militantes y simpatizantes del entorno político de Unidas Podemos, sino también de otros sujetos a la izquierda del PSOE, así como de aquellos movimientos nacionalistas con interés en la democratización del Estado y el avance de los derechos sociales”.