Juan Carlos Monedero: “Cuando las fuerzas de la izquierda se enrocan, han ganado los adversarios”

El recién nombrado director del Instituto 25M, Juan Carlos Monedero (Madrid, 1963) conversa con cuartopoder y expone sus ideas para esta nueva etapa. El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense coge el mando del think tank de Podemos en un momento contradictorio para la formación morada. A la interna, su III Asamblea Ciudadana, celebrada en mayo, demostró un bajón en la participación de las bases a la hora de elegir a la dirección y los documentos que han de guiar el partido los próximos años. Por otro lado, los resultados de Euskadi y Galicia han encendido las alarmas, desastre electoral en los comicios de julio, la primera prueba desde que están en el Gobierno. Al mismo tiempo, Unidas Podemos, por primera vez desde el Consejo de Ministros, impulsa medidas de carácter social para reaccionar a una crisis económica y social de enorme calado derivada de la pandemia de covid-19. En la entrevista, Monedero explica las líneas de trabajo que tiene en la cabeza para impulsar desde el 25M.

- ¿Cuáles son los retos del Instituto 25M en esta nueva etapa?

- Formación, formación y formación como objetivo central. Vivimos en sociedades saturadas audiovisualmente donde las mentiras acaban cuajando. Necesitamos construir ciudadanos con capacidad para guiarse por la verdad, no dejarse influir por las mentiras y tener el coraje de luchar por la verdad desde un principio que pronunciaba Ferdinand Lassalle y que recogió Antonio Gramsci: la verdad es revolucionaria. Para hacer una buena formación, necesitaremos un buen diagnóstico.

- A ver, diagnostique, diagnostique...

"Necesitamos una idea clara de España"

- Hay varios elementos. Primero, necesitamos una idea clara de España. Aznar lo hizo, FAES, con ayuda de algunos historiadores conservadores que establecieron una relación de la España canovista con pretensiones imperiales, recogiendo parte de la historiografía del S.XIX, especialmente de Menéndez Pidal. Esto tuvo efectos tan terribles como la entrada de España en la Guerra de Irak por esa subordinación a Estados Unidos por ese afán de recuperar cierta presencia internacional. Necesitamos una idea de España alternativa, compartida, que evite esta fragmentación que tenemos en las fuerzas progresistas y que se ha verificado recientemente en Galicia y Euskadi.

Necesitamos, también, una idea de Europa para evitar que crezca el antieuropeísmo y evitar, al mismo tiempo, que se imponga esta Europa neoliberal, fábrica de crear ultraderechistas. Necesitamos, obligatoriamente, pensar en empleo en una época de robotización de la economía. Hay que conceptualizar la actual fase del capitalismo, que es de servicios, principalmente financieros, con capacidad de arrodillar a cualquier democracia. La amenaza del cambio climático, olvidada por la covid-19, sigue ahí. Y en el corto plazo, es más que probable que regresemos al intento tras cada shock de desmantelar más las regulaciones sociales, laborales y ambientales. El modelo nos lleva a la catástrofe medioambiental y social. Y la culpa sigue siendo de la economía capitalista, capaz de enormes desarrollos productivos y capaz de acabar con el planeta y con la concordia. También es necesario pensar las ciudades. Como profesor de Teoría del Estado, pienso que siempre le hemos dado mucha relevancia al Estado y, de ahí, saltamos al ámbito supranacional. También le hemos dedicado cierta atención a las regiones. Los grandes ausentes han sido los municipios. En un mundo complejo y global, tienen un enorme potencial aún pendiente.

Quiero prestarle mucha atención, también, a otro de los elementos más fallidos de la izquierda: el partido-movimiento. Es decir, evitar que los partidos se conviertan solo en correa de transmisión institucional, bien sea en los parlamentos, en los ayuntamientos o, como es el caso ahora, desde el Gobierno central. Tenemos que repensar esa necesidad de estructura con los elementos de verticalidad que tiene esa estructura, pero también de horizontalidad, que son los elementos de participación y de ganas de trabajar de más que otorga una estructura horizontal. La alternativa, si no, son estructuras militarizadas, propias del leninismo. Solo sirven, como en el caso del PNV, para crear unos cuadros muy funcionarizados. En el peor de los casos, el PP, cuadros vinculados con la corrupción, lo que explica esas 1.000 personas vinculadas al PP implicadas en casos de corrupción. Por otro lado, nos encontramos con la renuncia a los partidos y al trabajo institucional que implican los movimientos sociales. Los movimientos tienen semejanza con las olas del mar, solo existen cuando hay viento.

Habría un último elemento esencial que debemos trabajar, la relación con el mundo de la cultura. La batalla de la democracia actualmente es cultural y a la cultura solo le atendemos en las campañas electorales para que los famosos firmen manifiestos o ahora, en la pandemia, para que nos entregasen libros, música y películas gratis. Este sector tan precario es el que tiene la capacidad de dibujar el escenario democrático alternativo, necesitamos soñar escenarios para escoger cuál será el que nos depare en un futuro tan confuso que tenemos por delante. La cultura es capaz de generar consciencia, arrojo y ganas de atreverse a construir mundos; otorga trascendencia, conecta con cosas que son más grandes que uno mismo. Le ocurre como a la religión o la nación, pero de una manera más ecuménica y repartida. Las religiones y naciones necesitan de los que no son de esa religión o nación para encontrarse a sí mismas. La cultura tiene una capacidad de generosidad que permite construir relatos, como dice Yuval Harari, que nos hagan encontrarnos de una manera compartida a millones de seres humanos que en otros momentos de la historia se mataban entre ellos.

- Habla mucho de la necesidad del partido-movimiento. Ahora mismo, Podemos está en una tendencia de empequeñecimiento. No solo por los resultados electorales, también a la interna, en la III Asamblea Ciudadana el interés y la participación de las bases bajó ostensiblemente. ¿Qué ha pasado?

“Ningún partido ha sufrido ataques como Podemos desde el principio”

- Uno de los efectos de los ataques furibundos a las izquierdas, se ve en la Revolución Francesa o la Revolución Rusa, es que llega un momento en el que los revolucionarios se enrocan. Es decir, se encierran en sí mismos para defenderse de los ataques, que nunca son menores. Cuando las fuerzas de la izquierda se enrocan, han ganado los adversarios. Entonces, estás regresando a un grupo cerrado muy compacto, que comparte invariablemente las lecturas, que no tolera ninguna disidencia y que te va dejando muy solo.

Podemos nace con este asedio desde el comienzo. Lo contaba desde el principio Jesús Cintora y, por eso, le cortaron la cabeza. Ningún partido ha sufrido ataques como Podemos desde el principio. Desde el presidente del Banco Sabadell, animando a crear un Podemos de derechas, a la creación de una policía política para inventar pruebas falsas, pasando por medios como la SER o El País dando pábulo al Informe Pisa, un informe creado con recortes de OK Diario y 13TV azuzado, incluso, por periodistas serias como Ana Terradillos en prime time en los medios, supuestamente, más respetados de nuestro país. Todos esos asedios fueron creando enroque en Podemos.

El sistema acertó también, una constante que ha hecho siempre, con fomentar divisiones. Si uno mira la película de Elia Kazan, ¡Viva Zapata!, el gran éxito es cuando captan al número dos de Zapata y lo pasan a las fuerzas de la reacción. Las divisiones aumentan aún más esa sensación de acoso y asedio y terminan militarizando a los partidos. Si a todo esto se añade que Podemos no ha pedido dinero a los bancos y, por tanto, no ha abierto sedes en los municipios; si añadimos que no se presentó a las primeras elecciones municipales por no conocer a 8.100 personas que podían ser cabezas de lista sin que te saliera gente rara; si añadimos el haber brindado todas las energías a la consecución del Gobierno de España...

Todo esto ha debilitado la implantación territorial y los espacios de deliberación. A fuerza de ser ejecutivo, se va debilitando la otra pata que diseñó Podemos en el principio, la horizontal, más demorada, más tranquila, que reclama tiempo y tiene que escuchar más voces. Y siempre es una constante en la lucha democrática la dicotomía entre la eficiencia en el corto plazo y la democracia, que tiene efectos en el medio y largo plazo.

La III Asamblea de Podemos se dio cuenta de que se había sido muy eficaz: una fuerza política que en seis años había llegado al Gobierno de España contra todos los adversarios, sin pedir dinero a los bancos... Sin embargo, ha sacrificado la territorialidad, el funcionamiento de los círculos, los espacios de deliberación, la reflexión teórica, que es una gran ausente en Podemos. Claro, el PSOE tiene más de 100 años, el PP viene del año 36, el PNV tiene más de 100 años... Los partidos con mucho tiempo tienen capilaridad a nivel municipal y son muy resilientes porque tienen esa red construida que Podemos no tiene y la tiene que construir.

- Ha hecho mención a la necesidad de tener una idea de España. Viendo los resultados de Euskadi y Galicia, parece que la idea de España de Podemos no gusta en las periferias.  

"Las respuestas populares españolas suelen ser muy espasmódicas"

- España está mal enseñada y mal aprendida. Somos un país de tradición católica, eso nos lleva a ser muy irreverentes pero muy obedientes. El caso más emblemático lo vemos en Andalucía, donde tenemos ese prodigio de ironía y desobediencia e inteligencia colectiva que son las murgas y los carnavales de Cádiz, pero en la Junta está gobernando Vox. Las respuestas populares españolas suelen ser muy espasmódicas: el Motín de Esquilache, 1808, la respuesta popular al Golpe del 36 o el 15M.

España arrastra varias heridas. Una herida colonial, fuimos muy pronto imperio y lo perdimos, lo que genera que, en política internacional, nos echemos constantemente migas de pan en las barbas para que parezca que hemos cenado, como en el Lazarillo de Tormes. Tenemos, también, una herida territorial que arrastramos desde los Reyes Católicos, que construyeron imperio pero no nación, lo que hizo que se desarrollaran naciones dentro de la Península Ibérica, con el ejemplo más evidente de Portugal. Podría haber ocurrido lo mismo con Catalunya o País Vasco que con Portugal. La construcción no fue nacional, fue imperial, los territorios quedaron muy sueltos, la lealtad imperial no es igual que la lealtad nacional, que es un rodillo que apaga cualquier tipo de identidad alternativa y construye algo homogéneo, con el ejemplo emblemático de Francia.

Tenemos una herida social. La construcción en Europa de los estados sociales, a partir de la II Guerra Mundial con el Informe Beveridge, aquí nos pilla con una dictadura militar, una dictadura de clase. Esto, en buena parte, explica por qué somos el país más desigual de nuestro entorno. Y tenemos una última herida, una herida ciudadana que tiene que ver con que no hemos terminado de construir un Estado que sintamos propio. Los arquetipos que aporta España al mundo son arquetipos rotos. Don Juan mantiene una lucha constante con la religión que le hace querer hacer el amor con la propia muerte, una salida espasmódica. Don Quijote, un hombre que no termina de entender su propio tiempo y lucha contra molinos de viento. Molinos que, en realidad, eran el símbolo de los banqueros Fugger, que habían subido los aranceles para la harina. Ahí hay una bonita metáfora de Cervantes donde ya los banqueros están jodiendo. El tercer gran arquetipo es el pícaro, alguien al que le exigen que vaya a morir, que vaya a pasar hambre y penurias. Esa figura del pícaro, la arrastramos.

Todas esas heridas no cerradas de nuestro país explican por qué nuestra literatura es negra, esperpéntica, socarrona, sarcástica. Quevedo, la literatura picaresca, las pinturas de Solana, Valle-Inclán, Eduardo Mendoza... Si a esto le añadimos que la referencia de la derecha española es el 18 de julio del 1936, entendemos que por eso dicen que el Gobierno de Sánchez es ilegítimo, lo dijeron del de Zapatero, antes del de González y se cargaron el de Adolfo Suárez, quien había sido secretario del Movimiento, el fascismo español.

Esto explica la debilidad de nuestra democracia, esa idea de España donde no hay un acuerdo colectivo, nunca hemos firmado un gran contrato social. La Ley para la Reforma Política, la ley franquista que da paso a la democracia, ya tiene al rey impuesto, lo explicó Suárez en una entrevista con Victoria Prego, la cual la reputada periodista tuvo a bien ocultar al resto de los españoles. Decía que había metido tres veces la palabra 'rey' para decir en Europa que había habido un referéndum sobre la monarquía, cosa que era mentira.

"En España no hemos tenido nunca un debate constitucional"

Luego vino la Constitución del 78, como un pack. En España no hemos tenido nunca un debate constitucional. Eso hace que en la democracia española haya un ánimo golpista constante. Por la izquierda, de manera espasmódica cuando no aguanta más. Por parte de la derecha, cuando no están en el Gobierno, constantemente. Desde su perspectiva, no entienden que puedan perder ese poder a no ser que pierdan una guerra. Por eso ese ánimo golpista constante, están dispuestos a prenderle fuego al país si no tienen el Gobierno. Hay una constante histórica en nuestro país por parte de la derecha en torno a dos elementos. En el siglo XIX, la burguesía era débil y, cada vez que tenía un problema con la clase obrera, llamaba al ejército. Por eso, nos encontramos a Vox llamando al golpe de estado en pleno siglo XXI, igual que Pavía entró en el Parlamento. Cuando Cánovas del Castillo le entrega al rey el control del ejército, la monarquía se convierte en militar, mientras que en otros países es más civil. Ese papel histórico de monarquía, ejército e Iglesia explica también ese machismo imperecedero de la derecha española que nos persigue hasta hoy.

- ¿Y qué modelo para España propone?

"La respuesta habría sido la España federal, la solución más integradora"

- O definimos un modelo de España que dé respuesta a estos interrogantes o estamos jodidos. La respuesta habría sido la España federal, la solución más integradora. No tiene sentido, por ejemplo, que Catalunya sea un país diferente a España, que los padres y abuelos de mucha gente de Catalunya pasen a ser extranjeros en Catalunya. Hay una con-pasión construida por los lazos que hemos ido armando. La España federal tendría que respetar la condición nacional de diferentes territorios de España para que estos territorios, a su vez, fueran leales con el conjunto. Esto es una asignatura pendiente.

Nos encontramos con que los territorios no han sido leales, el caso más claro ha sido la condición rupturista de Catalunya. Pero el centro tampoco ha respetado los territorios. Esperanza Aguirre prefirió vender una empresa madrileña a italianos antes que a catalanes, es un maldito disparate. Además, se mezclan más cosas, como que parte de la izquierda catalana entiende que la manera de romper este entramado histórico que se articula en el Régimen del 78, con un rey que sigue teniendo el poder sobre las Fuerzas Armadas, era a través de las tensiones independentistas. Creo que se equivocan, que las tensiones independentistas han rearmado a las fuerzas reaccionarias. En ese debate estamos.

- Pero los resultados de Galicia y Euskadi están ahí. ¿Hasta qué punto ha renunciado la izquierda española a seducir en estos territorios nacionalmente diferenciados? ¿Hasta qué punto es Madrid el problema territorial actual?

"Eso de que España es irreformable no se sostiene y es muy insultante para la izquierda española"

- Tenemos que aprender y enseñar España de manera diferente. Hay que trasladarlo a los libros de texto. Recuerdo a un tipo siniestro, Cristóbal Montoro, gritándole a Juan Carlos Girauta en el Parlamento que Ciudadanos no entendía España. Montoro estaba defendiendo el cupo vasco y Ciudadanos planteando su anulación. Que alguien tan intrigante y poco respetuoso con el Estado de Derecho como Montoro tenga que recordar a Girauta, devenido en extrema derecha, que España es nacionalmente compleja es una señal de todo lo que queda por enseñar y aprender.

Necesitamos una España que sea federal de verdad, aunque la palabra la haya gastado la falta de consistencia del federalismo del PSOE. Uno escucha a Alfonso Guerra y no diferencia su discurso del de Inés Arrimadas. Una España federal, como Alemania, que ha permitido que la capital esté en Bonn, la city financiera en Frankfurt, que los periódicos se hagan en Berlin, que el Tribunal Constitucional estuviera en Karlsruhe... Un modelo federal implica esto. No se puede no entender que se tienen que repartir las estructuras federales en toda la federación, y como eso no se hace, llegamos a callejones sin salida.

Una de las cosas que desde el principio planteaba Podemos y que rompía con el mantra independentista es que España es reformable. Lo es: Urdangarin está en la cárcel, se va a juzgar al rey emérito por sus presuntas felonías, Rato está en la cárcel, hemos conseguido entrar en el Gobierno de España y, a su vez, cambiar el rumbo de la Unión Europea. Eso de que España es irreformable no se sostiene y es muy insultante para la izquierda española. Yo he estado con independentistas catalanes en Madrid y, al final de la noche, reconocían que no pensaban que Madrid era así. Pensaban, cuando menos, que había bandas de cabezas rapadas en cada esquina y que España la explicabas sin más con folclóricas, guardias civiles vestidos de Tejero y energúmenos gritando ¡Arriba España!. Esa caricatura es mentira y además no sirve. ¿Qué es eso? ¡El 15M nace en Madrid!

- ¿La Monarquía es una de las cuestiones que profundizan esa idea de que España es irreformable?

"Para las derechas, España es el sitio en el que hacen lo que les da la gana y lo justifican y legitiman con un rey"

- Claro, porque es el tapón, como dice Pérez Royo, de todo este entramado. La Monarquía encaja con la Iglesia Católica y el Ejército. Necesitan presentar a Don Pelayo como el que hace la Reconquista, es católico y lo emparentan con el primer visigodo que abraza el catolicismo... Hay un elemento militarizado para construir un entramado sólido, la Monarquía viene de la noche de los tiempos, tiene el brazo militar por ser el jefe de las Fuerzas Armadas, encima religiosamente está en la lucha contra los infieles. Si a esto le añadimos que a este capitalismo corrupto de amiguetes lo ha sostenido el rey Juan Carlos, que ha estado en esos entramados clientelares, incluso, parece demostrado, de corrupción... Este capitalismo, en vez de competitivo, ha funcionado a través de redes clientelares.

La Monarquía ha impedido una España federal. Una España federal implicaría que las zonas más industrializadas, como Catalunya y el País Vasco, hubieran tenido más presencia en el conjunto. Por lo tanto, son zonas más progresistas, la derecha prácticamente ha desaparecido del País Vasco y en Catalunya también tiene sus dificultades. La burguesía española nunca ha tenido problemas con la burguesía vasca o catalana, tiene problemas con la clase obrera vasca y catalana.

El rey conseguía todas estas cosas. De ahí la defensa cerrada de los defensores del statu quo de un rey más que presuntamente corrupto. De ahí que veamos a Casado y Abascal gritando "¡viva el rey"!... Oiga, que este señor se ha comportado de una manera muy poco edificante. Les da igual, ellos están defendiendo un entramado que pondría en peligro su manera de estar en el mundo. Para ellos, España es el sitio en el que hacen lo que les da la gana y lo justifican y legitiman con un rey que a su vez es Fuerzas Armadas... Tengamos en cuenta cómo la derecha montaba en cólera cuando la Guardia Civil empezaba a perseguir la corrupción. Cospedal entraba en cólera, esta Guardia Civil no era la de toda la vida, no perseguía a gitanos, izquierdistas y maleantes...

- ¿Qué opina de esa campaña que está llevando a cabo el Gobierno de intentar separa la figura de Felipe VI de la de Juan Carlos I?

"Si Felipe VI renuncia a la herencia de su padre, ha de renunciar a la Corona"

- Felipe VI es rey porque es hijo de Juan Carlos I. Si renuncia a la herencia de su padre, ha de renunciar a la Corona. Esto formará parte de la gran conversación pendiente que tenemos. Entiendo que el Gobierno, como defensor de la institucionalidad, no puede ser el que haga palanca para que salten las costuras institucionales, pero creo que el PSOE no puede seguir con la mentira con la que lleva cuarenta años de decir que era republicano pero juancarlista y ahora decir que es republicano pero felipista y comerse la corrupción.

Decía Talleyrand que es costumbre monárquica el robar, pero que los borbones exageran. Por otro lado, desde el punto de vista de Podemos, es evidente que es una fuerza política que cree que la Jefatura del Estado no puede ser hereditaria, tiene que ser votada por el conjunto de los españoles.

- Este Gobierno de coalición no se entiende sin el compromiso con otras fuerzas políticas que reclaman un diálogo territorial y un diálogo social. ¿Teme que el PSOE trate el abrazo del oso a Unidas Podemos e intente pactar los presupuestos con las derechas?

"Sánchez se ha dado cuenta de que gobierna porque ha pactado con Unidas Podemos"

- Eso siempre es una posibilidad, aritméticamente es posible. Creo que Sánchez entendió que lo que le ha permitido ser presidente del Gobierno es romper con esa tradición del PSOE de hacer política como se toca el violín: se agarra con la izquierda y se toca con la derecha. Se ha dado cuenta de que gobierna porque ha pactado con Unidas Podemos, una fuerza que es leal al Gobierno y que ha permitido cosas que ensanchan el corazón rojo de los socialistas.

Lo decía Zapatero en El Escorial esta semana. El logro del acuerdo europeo es espectacular. Eso ha sido gracias a la presión de los países del sur y la de España ha sido fundamental. Si no hubiera estado Unidas Podemos en el Gobierno y Sánchez hubiera gobernado con Ciudadanos, no habría defendido lo que ha defendido. Ciudadanos y el PP han estado en Europa impidiendo este acuerdo. Creo que, como decía también Zapatero, el acuerdo europeo consolida la legislatura. No nos olvidemos que entre PSOE y Unidas Podemos hay un acuerdo de Gobierno, y los acuerdos se cumplen.

- Son muy grandilocuentes las frases que se utilizan para definir el acuerdo europeo. ¿Qué hay de propaganda y qué hay de verdad?

"Necesitamos asentar esa idea de 'países del sur de Europa'"

- Cuando se empezó a construir Europa, explicábamos en la universidad que esta construcción empezaba por compartir la nevera, después se podía compartir el comedor e, incluso, el dormitorio. Tal y como ha ocurrido ahora, incluso al final compartimos las deudas. Es decir, te pones en régimen de gananciales con tus socios europeos. Es verdad que cuando compartes las deudas, compartes tu destino, y eso no es retórica, es real. Europa acaba de asumir compartir conjuntamente las deudas, es una realidad.

Ahora bien, Europa sigue estando atravesada de una lógica capitalista y neoliberal. No han cambiado ideológicamente ni los partidos europeos ni los gobiernos europeos, lo que ha habido es una reflexión sobre que lo que se hizo en 2008 no funcionaba y resultó un desastre. Por tanto, se ha hecho una lectura ayudada por el empuje de los países del sur que han emergido con potencialidad. En mi concepción del Instituto 25M, este será uno de los focos principales, necesitamos asentar esa idea de 'países del sur de Europa' para frenar esta estupidez de los frugales, que solo son los beneficiarios de los fraudes fiscales que permite la actual Europa.

Hay que tener en cuenta la mezcla de la comprensión de lo errores del 2008 con otros elementos, como que se haya ido Inglaterra, lo que seguramente sea positivo para este tipo de cuestiones, pues Inglaterra siempre era un freno a cualquier medida social del continente. También la presión de los países del sur y la lectura de que el malestar que generaban las políticas de austeridad producía un crecimiento de la extrema derecha. Una derecha como Angela Merkel, ojalá tuviéramos en España una derecha así, una mujer conservadora, de orden, que trabaja para los grandes capitales, pero que no tolera a la extrema derecha a diferencia de lo que ocurre aquí con el PP y Ciudadanos.

Por todo esto, es verdad que se ha roto un principio central que operaba en Europa desde el 92 y el Tratado de Maastricht. También, por su cuenta lo ha roto Boris Johnson dándole a la maquinita de hacer dinero. El postcovid-19 ha abierto una gran conversación en la que los argumentos que ha defendido Podemos como nueva izquierda son argumentos sólidos para defender lo público. Eso explica también la desesperación de una derecha que ve que fracasó cuando apostó por tumbar al Gobierno con el 8M, que apostó por que fracasara la ayuda europea y también le ha salido mal, que apostó por hacer dimitir a Marlaska y no le ha salido... Ahora recupera 2016 para sacarle a Iglesias lo de Irán, una cosa ridícula que no hace más que demostrar el bochorno que tenemos de derecha y de medios de comunicación.