CATALUNYA
Eulàlia Reguant: “El ‘sit and talk’ tenía dos premisas: amnistía y autodeterminación”
- Entrevista con la exdiputada de la CUP
- Reguant declara por su negativa a responder a Vox en el juicio del Procés en el Tribunal Supremo
El pasado 27 de febrero del 2019, la exdiputada de la CUP, Eulàlia Reguant (Barcelona, 1979), testificaba en el Tribunal Supremo en el juicio a los dirigentes independentistas del Procés. "Quería hacer dos cosas, una es que me gustaría declarar en catalán, si es posible. Después, expresar, asumiendo las consecuencias que, frente a la extrema derecha, frente a un partido machista y xenófobo, no aceptaré responder las preguntas, asumiendo las consecuencias", comentó ante el tribunal.
El presidente del mismo, el juez Manuel Marchena, le advirtió de que podría tener consecuencias legales y de que si no respondía a las preguntas de la acusación popular de Vox, que le había requerido, tampoco podría hacerlo a las de la defensa de Jordi Cuixart. De este modo, Reguant no declaró y hoy tendrá que hacerlo ante el Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid por aquella decisión. Por este motivo, le entrevistamos en cuartopoder. Y también habla sobre la actualidad política catalana, la semana en la que comienza la mesa de diálogo entre Gobierno y Govern.
- Hoy declara por su negativa a responder las preguntas de Vox en el juicio del Procés. ¿Qué va a argumentar?
- Lo que ya dije. En cierta manera, frente al fascismo, la mejor vía es negarse a contestar como forma de señalar lo que significaba Vox en ese juicio. La presencia de Vox no era una anomalía judicial. Hay quien ha intentado argumentar basándose en el derecho que tenían posibilidad de presentarse como acusación popular. Pero es que la presencia de Vox ya formaba parte del engranaje del Estado en ese proceso represivo, en este juicio político.
Ya en las previas, Òmnium había argumentado y pedido que se expulsara a Vox de este proceso, pues la presencia de un partido que niega derechos fundamentales lo que hacía es girar hacia la derecha el proceso. Que el Supremo aceptara a Vox como parte del proceso hacía que el Supremo se inhibiera de su supuesta neutralidad y de ser garantía de derecho. El derecho a disentir existe. Frente a la extrema derecha consideramos que había que disentir y retar un poco a la autoridad competente. En ese caso, el tribunal.
- Después de la sentencia de este juicio, el otoño pasado, vivimos una gran movilización de protesta en Catalunya. ¿Ha parado? ¿En qué momento se encuentra la movilización independentista?
"La mejor vía es negarse a contestar como forma de señalar lo que significaba Vox en ese juicio"
- En una fase de desorientación, partiendo de que la famosa mesa de diálogo o negociación ya no sé qué es, pues son cosas distintas y cada cual usa nombres distintos. Es un acuerdo entre partidos para garantizar la gobernabilidad del Estado y que ha puesto muchas expectativas en que esta es la vía de resolución del conflicto, y no lo será. Por tanto, el independentismo está en una fase de desorientación y frustración. La necesidad de nos ser solo reactivos a la represión y de volver a coger la iniciativa, está en ese momento.
- El Govern de Torra está casi finiquitado, ya anunció que convocaría elecciones en Catalunya. ¿Qué ha supuesto este gobierno, esta legislatura? ¿Ha sido un avance o un retroceso para el movimiento independentista?
- Este Govern hace mucho que estaba agotado. Ya no es que desde hace unos meses las peleas entre JxCat y ERC pusieran sobre la mesa que el Govern estaba acabado, es que además no ha respondido a ninguna de sus ideas ni de las necesidades de la gente. Ni en clave de autodeterminación o independentista, ni en clave social. No ha puesto encima de la mesa ninguna propuesta política para solucionar las desigualdades, ni para generar políticas públicas que estuvieran al servicio de la gente. Diría que ha intentado aguantar la sensación de desorientación de la gente y ha ido para atrás. Además, la represión de los Mossos no ha parado, es un continuo.
- Este miércoles se reúne la mesa de partidos a la que ha hecho referencia. De alguna manera, ¿no supone un paso adelante? ¿No está relacionado con eso que se pedía: "Sit and talk"?
"Ahora, la gente no está intentando desbordar al Estado"
- La gente pedía el "sit and talk" en base a dos premisas: autodeterminación y amnistía. El Gobierno español se niega a hablar de esto, porque esto no es lo que está encima de la mesa. Para que se resuelva realmente el conflicto, las condiciones tienen que ser distintas. Ahora mismo, las condiciones, por la parte catalana al menos, no son las mejores. Ni JxCat ni ERC llevan una misma propuesta. Además, la gente no está pensando o intentando desbordar al Estado para que no solo reconozca en un papel que existe un conflicto político, sino para que entienda que es un conflicto político que tiene como base que se reconozca el derecho a la autodeterminación.
Por otro lado, la otra pata, la amnistía, tampoco está encima de la mesa. Cuando se habla de que la mejor solución es una reforma del Código Penal contraponiéndolo a una amnistía, eso es hacer trampas. Eso es poner solo encima de la mesa que hay nueve presos políticos, que existen y queremos una solución para ellos, pero es que hay más de 2.000 personas en procesos judiciales o administrativos y también requieren una solución política.
- Se ha llegado a plantear una celebración de algún tipo de consulta...
- ¿Una consulta sobre los acuerdos a los que lleguen en la mesa? No es el ejercicio del derecho a la autodeterminación. Eso se parece más a las propuestas de Zapatero de hace 16 años que al proceso y evolución del pueblo catalán que tiene unas demandas que siguen sin estar contempladas ni por el PSOE ni por el Gobierno español.
- También ha hecho referencia a la amnistía y a la propuesta de reforma del Código Penal para modificar el delito de sedición.
"El problema no es que la pena sea muy alta, es que no debería existir la sentencia"
- Que se modifique el delito de sedición partiendo de la experiencia de estos meses, de qué ha pasado con los presos políticos catalanes y con las posibles causas que se abran en base a este delito está bien. Pero el problema con los presos políticos catalanes o con el juicio y todo el proceso que ha habido no es que la pena sea muy alta, es que no debería existir la sentencia y que hay mucha más gente vinculada a procesos por la defensa del derecho a la autodeterminación.
Por lo tanto, nuestra propuesta no es solo que salgan los presos, sino que se entienda que no habido delito, no hay que pedir perdón y que se requiere una respuesta política. Por eso apostamos por la amnistía, porque parte de reconocer una realidad política, un conflicto político, y de una solución colectiva, no soluciones individuales o parciales a la realidad que existe.
- Parece ser que habrá elecciones catalanas, aunque no está claro cuándo. ¿Cree que deberían ser cuanto antes? ¿Se deben aprobar los presupuestos catalanes antes?
- Una vez que el Govern está agotado como tal lo normal sería que hubieran convocado ya elecciones. Que se esperen a que tengan aprobado el presupuesto, ya veremos si es cuestión de aprobar el presupuesto o de dar tiempo a que el espacio político de JxCat se reorganice... Eso es alargar un gobierno que está agotado, lleva mucho tiempo agotado, y es utilizar los presupuestos como una herramienta electoral y de campaña.
El Govern decía que quería aprobar los presupuestos. Pero, ¿qué gobierno los ejecutará? ¿Qué margen se dará al gobierno que llegue si quiere modificarlos? ¿Qué políticas podrá hacer? Para nosotras, las elecciones eran una solución antes de la sentencia. Cuando salió la sentencia, no eran una solución, pues pretendían desmovilizar a la gente, poner el foco en una campaña electoral o lógicas partidistas y que la gente se fijara en eso y no se movilizara. Por eso, en este momento, que las elecciones se celebren cuanto antes.
- ¿Con qué mensaje cree que debe ir la CUP a esas elecciones?
- La CUP está en un proceso de reflexión y debate para ver cómo encara estas elecciones. Partimos de que hay un ciclo político que está, a distintos niveles, agotado. Tanto el ciclo político que se abrió como el 15M como el ciclo político que se abrió más adelante, el previo al 1-O y que se alargó un poco pero, probablemente, aunque nos costó verlo, el 30 de enero de 2018, con la no investidura de Carles Puigdemont se acabó.
La CUP tiene que ir con un mensaje que parta de los aprendizajes de estos años. Ya no solo como movimiento de la izquierda independentista, sino en consonancia con los movimientos populares en el país. La necesidad de poner un cambio de políticas públicas encima de la mesa, que partan también de la organización de las clases populares, de que la desobediencia es la mejor herramienta en el marco de Catalunya, del Estado y también de la Unión Europea para conquistar derechos. Y hablo del derecho a la autodeterminación, como vimos el 1-O, pero también del derecho a la vivienda, pues estamos viendo cómo cada día quien para desahucios es el movimiento organizado, cómo quien garantiza un techo a la gente que se queda sin casa es la gente okupando miles de pisos vacíos y no la administración pública.
- El 10N fue la primera vez que la CUP participó en unas elecciones generales. En lo poco que llevamos de legislatura, ¿cómo valora el papel de la CUP en Madrid?
- Se ha abierto una vía desconocida, una etapa nueva. Además, tal y como se ha conformado el Gobierno, la mejor labor de la CUP aquí es poner sistemáticamente un espejo al Gobierno y también a los partidos independentistas que están en el Congreso. También trabajar en alianzas con las clases populares que ahora se ven desamparadas cuando Podemos ha entrado a formar parte del Gobierno y que, de momento, no están dando las respuestas que la gente esperaba o ellos mismos prometieron.
- En este sentido, participaba en una conferencia de Anticapitalistas hace poco, también han mantenido otra serie de reuniones. ¿Se están organizando con otras fuerzas anticapitalistas del Estado para hacer oposición por la izquierda a este Gobierno?
"El conflicto catalán solo se resolverá cuando consigamos desbordar el Estado"
- Con Anticapitalistas tenemos relaciones desde hace mucho tiempo. En Catalunya, hemos trabajado conjuntamente muchas veces, hemos compartido espacios de organización, desde candidaturas a nivel municipal donde los anticapis han participado, hasta la organización de la manifestación contra la reunión de ministros en Barcelona el 21-D en 2018, o la plataforma 3-O que es un espacio de la izquierda sindical y anticapitalista que defiende el derecho a la autodeterminación en Catalunya...
Para nosotras, son importante estas alianzas, no solo en Cataluya sino también en el resto del Estado, porque entendemos que el conflicto catalán solo se resolverá cuando consigamos desbordar el Estado y forzarlo no desde arriba, desde los despachos, sino desde abajo, a reconocer el derecho a la autodeterminación.
Para ello, es necesario que hayan más focos de lucha, no solo focalizados en el derecho a la autodeterminación. El proceso de autodeterminación catalán es también una oportunidad para el resto de pueblos del Estado para romper con el Régimen del 78. La posibilidad de establecer alianzas o vasos comunicantes es importante.
- Antes hablaba de poner un espejo a los partidos independentistas en el Congreso. Se habla mucho de las futuras alianzas tras las elecciones catalanas. ¿Es partidaria de buscar una mayoría independentista o de intentar llegar a acuerdos con las izquierdas catalanas sean o no independentistas?
"El PSOE no puede ser una solución en Catalunya"
- Hay que apostar por una mayoría que reconozca el derecho a la autodeterminación y esté dispuesta a poner las herramientas para ejercerlo de manera efectiva, a diferencia de lo que pasó en 2017. Hay que apostar por un Gobierno que tenga claro que la emergencia climática requiere no solo de declaraciones, sino también de políticas efectivas que cambien las cosas, que la vivienda es un derecho y es uno de los derechos que está más en riesgo en todas las ciudades de Catalunya...
Durante mucho tiempo he esperado que Catalunya En Comú estuviera de este lado. Ahora, muchas veces pienso que no están de este lado y se quedan a medias. También hablar de alianzas postelectorales cuando ni sabemos cuándo son las elecciones es arriesgado. Está claro que el PSOE no puede ser una solución en Catalunya y que es prioritario que la próxima mayoría que se conforme en Catalunya sea lo más a la izquierda posible, y no entro en valorar qué componentes deberían estar en ese Gobierno.