Los institutos de Madrid critican con dureza la falta de medidas para comenzar el curso en septiembre
- "Creemos que es necesario que sean conscientes de que afrontamos la situación como si no hubiese pasado nada, incluso con menos recursos que en cursos anteriores"
"Después de recibir las instrucciones sobre comienzo del curso escolar 2020-2021 y las instrucciones sobre medidas organizativas y de prevención, higiene y promoción de la salud frente a la covid-19 para el próximo curso, vemos con gran preocupación que no se están adoptando las medidas necesarias y asistimos, perplejos, a una nueva reducción de los recursos humanos en los centros". Así comienza el comunicado emitido hoy por ADiMAD, la Asociación de Directores de Institutos de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid.
Entre los problemas que les han llevado a redactar el comunicado, destacan los siguientes:
-Ratios de grupos de alumnos al límite de la legalidad. "Creemos que, más que nunca, y ante una pandemia global, bajar las ratios y, por lo tanto, aumentar el número de unidades o grupos de alumnos debería ser una prioridad". En este sentido, reclaman mayor "claridad e información" a los equipos directivos sobre los grupos autorizados.
-El número de profesorado ordinario permanece sensiblemente igual o peor. "Con los datos actuales, no se podrán cumplir las instrucciones de inicio de curso en aspectos tan importantes como grupos flexibles o desdobles en Lengua Castellana y Matemáticas de 1º y 2º de ESO, la atención a grupos mixtos bilingües cuyo número obliga a un desdoblamiento de materias de Sección o de Programa, el respeto a la optatividad en la oferta educativa de los centros, a los horarios de refuerzo para cubrir los déficit formativos producidos por la pandemia, etc..."
-El profesorado para atención a la diversidad se ha visto reducido drásticamente. "Con el cupo transmitido estos días, ese trabajo caerá en el olvido y, lo que es peor, volveremos a abandonar a los alumnos que más nos necesitan".
-El personal de conserjería y limpieza. "Necesitamos que se aumenten los auxiliares de control, imprescindibles para el control de pasillos, apertura y cierre de puertas cuando los alumnos/as se tengan que mover necesariamente de clase, etc. El profesorado no puede ser siempre el comodín para todo. Lo mismo respecto al personal de limpieza. Hasta la fecha no parece, o al menos no sabemos, que se haya tomado ninguna medida al respecto.
-El personal sanitario. "Los protocolos de actuación ante posibles contagios o respecto a las medidas sanitarias que se deben contemplar manejando a cientos de menores diariamente derivan en una gran responsabilidad sanitaria sobre la persona nombrada responsable covid del centro".
El comunicado señala que "ante el preocupante aumento de brotes en toda España, no alcanzamos a
comprender que los líderes europeos necesiten una sala de 800 metros cuadrados para reunirse con seguridad, pero el alumnado de la Comunidad de Madrid pueda estar, junto con sus profesores, en pasillos y clases hasta la bandera con importantes aglomeraciones: pasillos estrechos de 70 metros de largo con flujos de 200 alumnos, vestíbulos de pocos más de 100 metros cuadrados con aglomeraciones de más de 600 personas, con mascarillas durante 6 horas, con hasta 35 alumnos en aulas de 35 o 40 metros cuadrados como mucho, sin distancia de seguridad interpersonal, con apenas 1 metro cuadrado para cada uno, y además en pleno mes de septiembre".
Para los firmantes, "pretender que las condiciones fijadas por la Comunidad de Madrid para el inicio del curso pueden garantizar la salud y prevenir los riesgos de contagio de nuestros alumnos, sus familias, el
profesorado y el personal no docente es, cuando menos, un insulto a la inteligencia de los
ciudadanos y convertir a los centros en focos de contagio y propagación del virus".
"No se puede, ni se debe, establecer una falsa dicotomía entre salud y educación", añaden mientras ponen de relieve la "falta de voluntad política" de destinar recursos para asegurar el derecho a la educación en unas condiciones que garanticen la salud.
"Desde ADiMAD queremos instar a todos los centros a la transparencia, y comunicar a las familias los recursos recibidos de la Administración para enfrentar la pandemia. Creemos que es necesario que sean conscientes, si es el caso, de que afrontamos la situación como si no hubiese pasado nada, incluso con menos recursos que en cursos anteriores. Si no, cuando empiecen los problemas, será muy fácil delegar en nosotros la mala gestión, y no asumir la falta de apoyo que estamos teniendo. De persistir esta situación, aconsejaremos a todos los directores y directoras que cursen una declaración a sus respectivas Direcciones de Área Territorial, manifestando a los oportunos efectos legales que “la dirección de este centro carece en la actualidad de los medios, recursos e instrumentos suficientes para asegurar las previsiones contenidas en las medidas decretadas por el Ministerio de Sanidad”, continúan.
El texto pone en valor el esfuerzo y trabajo realizado por el profesorado durante estos meses." A pesar del agotamiento y la presión, lo hemos aguantado y comprendido porque se trataba de una situación excepcional (de alarma). Pero nos preocupa mucho que la "nueva normalidad" sea para nosotros seguir así otro año más con estos horarios y en las mismas condiciones. Y nos preguntamos cuántas de las nuevas obligaciones que asumamos ahora serán nuestras ya para siempre, incluso acabado el problema de la covid", añaden.
"Sentimos que nuestro trabajo no está ni valorado ni respetado. Se nos convoca a reuniones con correos vespertinos citando nuestra asistencia a primera hora del día siguiente. Se nos piden datos de matrícula aún en periodo abierto, con un proceso que hemos realizado online, sin medios, cargado de problemas y coincidente con la admisión por los motivos que todos conocemos. No se nos transmite la información en tiempo y forma para poder tomar decisiones. Se tienen grandes dificultades para ser atendidos telefónicamente y cuando somos respondidos, no se empatiza con la situación que exponemos, etc. Estos ejemplos nos hacen albergar un sentimiento de frustración, al considerar que demuestran poco o nulo respeto por nuestra labor.
El texto se cierra con un mensaje rotundo: "Trabajamos para los ciudadanos: somos servidores públicos, no siervos. Y por ello no podemos silenciarnos, puesto que en estas cosas, el que calla otorga".