Jordi Muñoz: “Si la unidad de las izquierdas catalanas depende del PSC, la veo muy difícil”

La campaña de las elecciones catalanas del 14-F llega a su ecuador y, sin embargo, las incertidumbres siguen encima de la mesa. Las encuestas se repiten (CIS exprés incluido) y no dan un claro vencedor. Parece cosa de tres: el PSC, ERC y JxCat. Tampoco se vislumbran claras mayorías postelectorales en el Parlament que puedan asegurar coaliciones gubernamentales, por lo que una repetición electoral está sobre la mesa. Para darle gravedad al asunto, hay serias dudas sobre que todas las mesas electorales se puedan constituir, la pandemia echa para atrás a vocales y suplentes. Analizamos el momento actual de la campaña con el profesor de Ciencias Políticas en la Universitat de Barcelona Jordi Muñoz (València, 1979).

-¿Qué le parece que se haya organizado un CIS exprés inesperado?

-Es sorprendente por el hecho de haberlo anunciado con tan poco tiempo y también de los resultados, pues se desvían un poco de las tendencias que estábamos viendo. Sobre todo, en lo que respecta a JxCat y Ciudadanos. El hecho de poner a Ciudadanos detrás de los comunes es algo que se desvía de la media de las encuestas que estábamos viendo. Lo de poner a JxCat tan abajo, también. Es un poco sorprendente el tipo de encuesta, el formato y los resultados.

-¿Ha habido una voluntad de influir en la campaña con la publicación de este CIS?

-Más allá de juicios de intenciones que no me corresponden, es evidente que la publicación de encuestas puede tener un efecto sobre los resultados, puede haber intereses políticos y empresariales en la publicación de determinadas encuestas. Dados los antecedentes del CIS y su actual presidente en esta etapa, no es difícil pensar que estos factores políticos hayan podido influir en la publicación de esta encuesta, no me parece una hipótesis descabellada.

-Esta semana han aparecido en escena los presos políticos independentistas. ¿Hasta qué punto pueden influir en la campaña y en el resultado electoral?

-La influencia que acaben teniendo estos pequeños eventos que van ocurriendo durante la campaña es muy difícil de predecir. Normalmente, estos eventos suelen influir poco sobre resultados electorales, otra cosa es que se produzca una acumulación de cosas durante la campaña. Por eso digo, tanto la publicación de una encuesta, como un mitin de Oriol Junqueras o incluso un cambio de candidato, este tipo de cosas son difíciles de predecir, pero si se acumulan pueden tener un impacto.

Otra cosa es que el hecho de que Junqueras o Jordi Sànchez puedan participar en la campaña me parece que contribuye a la normalidad democrática y facilita el debate de campaña, aunque estén en la cárcel en un tercer grado normalizan la campaña.

-Después de una semana de campaña, ¿cuáles son los grandes temas a los que hay que prestar atención para entender de qué van estas elecciones?

"Ganar las elecciones no significa gobernar, las fórmulas de Gobierno son imprevisibles"

-En primer lugar, me parece que está a la vista que el debate de campaña se está centrando de una manera intensa en las posibles coaliciones postelectorales, las mayorías, los vetos... Esto es lógico en un contexto de tanta fragmentación política. Tenemos la experiencia de los últimos años de que ganar las elecciones no significa gobernar, las fórmulas de Gobierno son imprevisibles. Lo que pasa es que esto limita el debate de contenidos, el debate sobre pactos ocupa demasiada cuota de pantalla.

Más allá de eso, las cuestiones importantes son, evidentemente, los efectos electorales de la pandemia y, por otro, el debate entre los partidos independentistas. Sobre la pandemia, hay que ver cómo influye en la participación, es el debate más importante. Por otro, hay que ver si castiga a los partidos que están en los gobiernos en diferentes niveles: PSC, ERC y JxCat...

Lo fundamental es la participación en estas elecciones, es la incógnita que hace los resultados imprevisibles. Por dos motivos, venimos de un ciclo participativo, con participaciones récord en las elecciones al Parlament de 2015 y 2017. Es posible que este ciclo haya quedado atrás y, en ausencia de pandemia, ya habríamos observado una retracción de la participación. Además, está la pandemia, un nuevo vector de desmovilización. Ahora, saber hasta qué punto habrá desmovilización y a qué partidos y bloques políticos afecta es difícil de predecir. Siempre se pensaba que el día que las elecciones al Parlament tuvieran una participación de más del 70%, como en las generales, los resultados se parecerían más a los de las generales y los partidos de ámbito estatal ganarían cómodamente. Sin embargo, eso no pasó en las dos últimas convocatorias, la mayor movilización fue transversal. La pregunta es: si ahora entramos en ciclo de desmovilización, ¿afectará esta de forma transversal o irá por barrios? Esta es la incógnita principal.

-¿Qué balance hace de la histórica disputa entre ERC y JxCat en esta campaña?

"Hay una constante tensión interna dentro del catalanismo que ahora se traslada al independentismo"

-Esto se viene arrastrando desde hace mucho tiempo, la confrontación es, a veces más soterrada, a veces sale a la superficie. Para mí, de esto, me interesan especialmente dos cosas, tengo dos dudas. La primera, ¿se mantendrá el equilibrio entre los dos como dicen las encuestas? Recordemos que en 2017, JxCat quedó solo 10.000 votos por encima de ERC. ¿Será ahora parecido o habrá un cierto desequilibrio entre los dos?

Por otro lado, y ahora no se puede saber, me parece relevante si se van a poder coordinar o no para gobernar después de las elecciones. Más allá de esto, que hay diferencias obvias es evidente, las hay ideológicas, de estrategia, de interpretación de lo que pasó en el 2017 y por qué. Todo esto alimenta algo que es inherente al independentismo y a toda la historia del catalanismo, el movimiento catalanista es un movimiento que históricamente ha estado fragmentado, aunque los nombres de los partidos y los líderes vayan cambiando con el paso del tiempo. Hay una constante tensión interna dentro del catalanismo que ahora se traslada al independentismo.

-Si dan los números, ¿ve más fácil una unidad independentista o de las izquierdas? ¿Hacia dónde mirará ERC?

-Si la unidad de las izquierdas catalanas depende del PSC, la veo muy difícil. Todo son especulaciones, pero diría que ERC acabaría arrastrando los pies a alguna fórmula parecida a la de esta legislatura, en función de cómo queden los números. No creo que sea la ilusión de su vida, de ERC, pero es la alternativa que veo más viable. Por otro lado, veo prácticamente imposible en las condiciones actuales que se repitan fórmulas como el tripartito.

-Se habla de que el PSC pudiera facilitar una investidura de ERC y comunes, aunque no participara en el Gobierno.

"La hipótesis de colaboración entre ERC y PSC la veo remota"

-Lo veo poco probable por dos motivos. El primero, porque si es verdad lo que dicen las encuestas y gana el PSC, es muy difícil facilitar la investidura de alguien que está por detrás. El segundo, porque el PSC es un partido que está muy orientado al poder y a la gestión y ocupar cargos. Siempre ha sido su prioridad. Si vemos los pactos que ha hecho a nivel local, en las diputaciones, la máxima de Miquel Iceta que hasta ahora les decía a los suyos era que si veían una silla vacía, que se sentaran. Es un partido muy orientado a la gestión del poder. Me cuesta trabajo ver la hipótesis de que apoyen a ERC, sobre todo si ganan.

Y si no ganan, seguramente también. Es obvio que, si el primero es el PSC y el segundo ERC o al revés, los dos van a pensar que son los focos de los bloques, las dos alternativas de Gobierno en un sistema multipartidista. Se van a ver uno como alternativa al otro. La hipótesis de colaboración entre ERC y PSC la veo remota.

-¿Por qué Illa está despuntando tanto como candidato?

"Illa manda la señal de que la alternativa es él, la gente le ve como el punto de referencia"

-No lo sé. Creo que Illa ha tenido mucha visibilidad durante este tiempo y es un focal point, un punto alrededor del cual se coordina la gente. Es como una profecía autocumplida, el hecho de aparecer como un candidato viable y fuerte frente al independentismo ha hecho que mucho votante que estaba flotando tras el naufragio de Ciudadanos y con dudas de qué hacer se ha coordinado entorno al PSC. Illa manda la señal de que la alternativa es él, la gente le ve como el punto de referencia. Había mucho voto flotante de Ciudadanos y comunes.

En cierto sentido, el hecho de estar en el Gobierno del Estado le favorece para ponerse como focal point, como punto sobre el que se coordina el resto y el electorado. Esto es lo que parece que está pasando alrededor de Illa y el PSC ahora mismo. Iceta había sido bueno en evitar la debacle total y en incorporar a los sectores conservadores de la antigua Unió Democràtica. Había sido hábil en mantener equilibrios en muchos sitios y el oxígeno que le dan a un partido como el PSC las diputaciones y ayuntamientos, pero no era capaz de visibilizarse como la alternativa. Eso Illa lo ha conseguido y eso genera una dinámica de bola de nieve.

-En Comú Podem ha publicado esta semana un rap, también se habló mucho del buen debate que hizo la candidata Jéssica Albiach...

"Se observa un cierto repliegue hacia las posiciones ideológicas de la ICV de siempre"

-Parten de una situación complicada. La candidata es poco conocida, el empuje del cambio se ha agotado ya y se observa un cierto repliegue hacia las posiciones ideológicas de la ICV de siempre, posiciones previas al boom posterior al 15M. En Comú Podem es, simplificando mucho, la iniciativa de siempre y los de Colau. Eso es lo que le puede diferenciar de tener una posición muy subalterna o de tener una posición más autónoma del PSC como han sido hasta ahora.

Eso se ve en el perfil del número 2, Joan Carles Gallego, del entorno de Joan Coscubiela, especificando a Jaume Asens que no critique tanto al PSC pues son aliados naturales. Esa fórmula a ICV no le funcionó, su momento más bajo fue cuando pactaba con el PSC en todas las provincias menos en Barcelona. Por eso, la figura de Colau y su entorno puede evitar esto.

-¿Hasta qué punto depende del resultado de estas elecciones y del Govern que se conforme la relación nacional entre Catalunya y el Estado?

-Creo que dependerá de la correlación de fuerzas y esto no es solo, siendo muy importante, qué Govern se conforme. Dependerá de los resultados en votos y la diferencia entre independentistas y no independentistas y también entre los partidos de dentro del independentismo. Por lo tanto, es evidente que mientras no se solucionan los problemas estructurales, siguen ahí. Puede haber momentos en los que están más o menos soterrados, porque hay otras urgencias o porque todo tiene ciclos, pero el problema está ahí. Sigue habiendo una parte importante de la sociedad catalana que quiere la independencia, otra parte aún más importante que quiere un referéndum, todavía más gente está en desacuerdo con la existencia de presos políticos... Mientras los problemas estructurales no se solucionen, continúan No se han afrontado los problemas en estos tres años, ni la mesa de diálogo, ni los indultos, ni la amnistía. Las coyunturas, como la pandemia, condicionan mucho, pero la tensión territorial irá subiendo y bajando dependiendo del momento.

-Sobre el bloque de las derechas y ultraderechas españolistas. Puede entrar Vox en el Parlament. ¿Cómo puede influir en la sociedad catalana ese lenguaje de odio desde dentro de las instituciones? ¿Qué papel auguras al PP y Ciudadanos con Vox dentro del Parlament? 

"Me parece interesante saber de qué barrios vendrán los votos de Vox"

-Es preocupante, obviamente. Lo que más interés me genera es conocer la geografía política de Vox, pues ya sabemos que estará en el Parlament. Me parece interesante saber de qué barrios vendrán los votos de Vox. El perfil de sus dirigentes es de la parte alta de Barcelona, pero entre las primeras y segundas generales vimos una capacidad mayor de penetración en los barrios populares. Qué recorrido tendrá eso, no lo sabemos, pero es lo más importante para mí, conocer la capilaridad que tendrán en barrios populares, ver si ocurre como ha pasado con algunas extremas derechas de Europa. Aquí tenemos la experiencia de Badalona, no era Vox sino el PP, pero el paralelismo es muy obvio. El discurso de Albiol funcionó en Badalona y hubo intentos de replicarlo en otros sitios, no se consiguió. Veremos qué pasa con Vox.

Sin duda que Vox influirá en PP y Ciudadanos en el Parlament. Diría que también en el PSC. No en los mismos términos, pero puede ser que el PSC vea a Vox como un competidor por los votos en los mismos barrios y que eso module la posición del PSC sobre temas como la inmigración, temas de ley y orden.

-Para finalizar, ¿cómo valoras la campaña de la CUP con una candidata que no es propiamente de la CUP?

-La CUP tiene una tensión entre lo que representa Guanyem y la candidata Dolors Sabater y lo que representan algunas organizaciones que, tradicionalmente, están alrededor de la CUP. Es decir, entre la apertura y el mirar más hacia adentro de la organización. Eso se ha visto en la campaña. Uno de los handicaps ha sido cuando la organización ha ido corrigiendo cosas que decía la candidata. Creo que esa tensión va a ser muy importante tras las elecciones, cuando haya negociaciones sobre una investidura o pactos de gobierno. Es muy posible que los diputados de la CUP sean muy decisivos. Sospecho que hablaremos de esta tensión entre la apertura y cooperación con otras izquierdas o con otros partidos más independentistas o no. Creo que los polos de tensión de la CUP son, no tanto entre mirar hacia el independentismo o a las izquierdas, sino entre estar a favor de la institucionalización y entrar en gobiernos o no hacerlo.

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