Los empresarios presionan a Casado para que cambie su línea de oposición

  • Les preocupa que la crispación acabe con cualquier posibilidad de recuperación económica para España a corto o medio plazo
  • Miembros de la cúpula de la patronal han hecho llegar a Casado el mensaje de que, por encima de los intereses de partidos, están los del propio país
  • En el entorno de Pablo Casado se quejan de que es Sánchez quien bloquea cualquier posible acuerdo, pese a sus continuos llamamientos públicos a la unidad

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El sector económico y empresarial se ha puesto en marcha. Los mensajes le llegan por tierra mar y aire al líder del PP, Pablo Casado, para que abandone la línea de crispación y oposición frontal al Gobierno de Pedro Sánchez y trate de alcanzar acuerdos con el Ejecutivo, en aras de una recuperación económica que va a ser de imperiosa necesidad en los próximos meses. Les preocupa que la crispación acabe con cualquier posibilidad de recuperación económica para España a corto o medio plazo.

Mientras la CEOE celebra cumbres públicas, con el correspondiente efecto mediático con los distintos sectores empresariales, miembros de la cúpula de la patronal, algunos de ellos muy vinculados al PP, han hecho llegar a Casado el mensaje de que, por encima de los intereses de partidos, están los del propio país y que, en estos momentos, lo más urgente es llegar a un acuerdo para tratar de presentar una imagen y una propuesta económica compacta ante las autoridades de la UE, que tienen que dar el visto bueno a las ayudas económicas que espera recibir España para paliar los efectos de la covid-19.

Fuentes de la patronal han asegurado a  cuartopoder que el mensaje que trasladan es, ante todo, “un SOS urgente, para tratar de salir adelante entre todos, porque después ya habrá tiempo para ajustar cuentas entre unos y otros, pero ahora no disponemos de tiempo: estamos ante una emergencia y lo que se pide es que se esté a la altura”. Si bien algunas encuestas apuntan un importante crecimiento del PP y alguna de las publicadas, incluso, lo sitúan por delante del PSOE, la fotografía final, de repetirse unas elecciones, reproduciría casi con toda probabilidad el difícil escenario de las mayorías minoritarias y los acuerdos a varias bandas. “Inestabilidad, incertidumbre y pérdida de un tiempo precioso”, con estas palabras define una de las fuentes consultadas lo que supondría un adelanto electoral para nuestro país. Y lo que temen los empresarios es que, de no haber una entente en el flanco económico y no llegar esas ansiadas ayudas europeas, Sánchez no tendría más remedio que disolver las cámaras y volver a celebrar elecciones, con lo que eso supone: agravamiento de la crisis y parálisis durante demasiado tiempo; no solamente los dos meses en los que el Ejecutivo estaría en funciones y con atribuciones limitadas, sino los que podría tardar en formarse de nuevo un Gobierno con acuerdos a varias bandas y sin garantías de que fuese de otro color político, digan lo que digan las encuestas publicadas.

En el entorno de Pablo Casado se quejan de que es Sánchez quien bloquea cualquier posible acuerdo, pese a sus continuos llamamientos públicos a la unidad, y que les niega al PP lo que, por ejemplo, sí ha concedido a petición de Ciudadanos. Sin embargo, el tono de Pablo Casado ha variado en las últimas horas. El PP ha movido ficha o, mejor dicho, la ha movido su jefe de filas, mientras su tropa se mantiene en la confrontación más dura y la crispación, con un discurso plagado de reproches y descalificaciones dirigidas a Pedro Sánchez y a todo su Gobierno. Ayer mismo, el líder del PP puso sobre la mesa una oferta de pacto sanitario, habló de mano tendida y deslizó la posibilidad de votar a favor del decreto para la nueva normalidad. Éste sería el segundo gran decreto que apoyarían los populares desde que decidieron votar en contra de las sucesivas prórrogas del Estado de Alarma. El primero se produjo el pasado 10 de junio, cuando el PP apoyó en el Congreso la aprobación del Ingreso Mínimo Vital. En la sesión de Control al Gobierno de ayer, Casado mantuvo el tono crítico mientras tendía la mano, para mostrar su voluntad constructiva aunque tras él, la portavoz popular, Cayetana Álvarez de Toledo, y el número dos del PP, Teodoro García Egea, no se movieron un ápice de su discurso habitual de hostigamiento a cualquier acción del Gobierno que preside Pedro Sánchez. Por ahora se mantiene esa dualidad en el discurso del PP, quien tendrá que decidir en poco tiempo si atiende definitivamente las peticiones del sector empresarial o no.

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