Manuel Castells, un ministro al que no le gusta el protagonismo
- Quiere una política de comunicación que no se centre en la figura del ministro
- Diseñan una propuesta "multiactoral" donde tengan protagonismo los distintos equipos
Manuel Castells es un ministro particular. El titular de Universidades asumió su cartera con 78 años y siendo un reconocido intelectual con cátedra en Berkeley, con muchas reflexiones escritas, algo que suele ser la delicia de los periodistas y el quebradero de cabeza de los gabinetes de prensa. Pero no solo el ministro es un rara avis, encabeza también una apuesta por una política de comunicación que "no esté centrada en el ministro" y que sea, en cambio, "multiactoral".
El ministro de Universidades ha sorprendido con un perfil mediático bajo en los primeros días de gobierno, a diferencia de sus homólogos que han comenzado a dar sus primeras comparecencias y a conceder entrevistas. La ausencia de buena parte de estos días corresponde a un viaje personal para cerrar sus obligaciones anteriores en Estados Unidos, tal y como ha confirmado su equipo, pero también avisan de que durante la legislatura, el planteamiento mediático no estará "centrado en la figura del ministro", sino que se visibilizará el trabajo de los equipos del departamento. Por el momento, el próximo 21 de febrero presentará en el Congreso sus planes de legislatura.
La constitución del Gobierno de coalición y la entrada de la antaño "nueva política" en Moncloa ha impuesto también otras formas de organización y comunicación. En este caso, han decidido repartir el trabajo "con el objetivo de hacerlo sostenible, más coral y de aprovechar al máximo la inteligencia colectiva", tal y como explican desde su equipo.
El espíritu colectivo
Conocida es la cercanía de Castells a los 'comuns' de Ada Colau, con la que comparte filosofía de trabajo. Si en 2015, la alcaldesa de Barcelona reivindicaba la necesidad de "conciliar" también en política, ahora el equipo del sociólogo desembarca en el ministerio con el mismo espíritu: "En el ámbito de la comunicación política se suele trabajar, en el sistema representativo, con un peso mediático en la figura del ministro o ministra muy fuerte. Esto hace la labor representativa poco compatible con la vida (o poco sostenible, por decirlo de otra forma) por un lado, y se invisibiliza la gran labor de los equipos, por otra".
Para ellos, esta forma menos personalista de abordar la organización es una manera "más efectiva, democrática y feminista" de trabajar. La intención es ceder el protagonismo también a organismos que dependen directamente del ministerio como el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE), la UNED, la Universidad Menéndez Pelayo, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) .
Este modelo menos cesarista es arriesgado, pero desde el equipo del ministro aseguran que es perfectamente compatible con los requisitos de transparencia que se le exige a la administración pública y, aún más, a uno de los miembros del Gobierno en el que el Congreso ha depositado su confianza: "Este modelo es mucho más transparente porque diversifica la emisión de información. No está centrada únicamente en una sola figura que responde preguntas, que lo habrá, sino que eso es sólo una pata del trabajo"
Por el momento, se centran en levantar los pilares básicos de la comunicación, que van desde las redes sociales a la página web. Que haya menos presencia del ministro, aseguran, no significa que el ritmo informativo vaya a bajar. En el siglo XXI, la comunicación va mucho más allá de las comparecencias de las cabezas de cada departamento: "Trabajaremos con un fuerte componente digital, difusión de nuestras actividades, formatos de comunicación ciudadana...", aseguran.
El primer proyecto: "El ministro escucha"
Esta apuesta por lo colectivo está impresa también en el primer proyecto presentado por el ministerio a la prensa, que lleva por título "El ministro escucha". "Queremos hacer las cosas de otra manera", se explica en una nota de prensa facilitada este jueves por Universidades. Se reunirá con los equipos de las universidades españolas, empezando por las 50 públicas. La primera parada ha sido la Universidad del País Vasco este mismo viernes.
Durante los primeros días, el equipo está diseñando las grandes líneas maestras de la legislatura y concretando el reparto de competencias con Ciencia en la "comisión de coordinación" creada tras la separación de estas áreas en dos carteras. Sus planes emanan del programa firmado por PSOE y Unidas Podemos. Entre sus prioridades estará reformar el sistema de becas y las tasas, abordar la precariedad del profesorado de las universidad, incluido el Estatuto del Personal Docente e Investigador (PDI), y conseguir un pacto estatal de universidades, que esperen tener cerrado para 2021. Aún así, recogerán el trabajo que ya inició durante la legislatura pasada Pedro Duque.
Según ha informado su equipo, el ministro estará presente en las reuniones, en las que se verá con los "colectivos que habitan en la universidad" más allá de los equipos directivos para conocer retos y proyectos. Esto incluye también a los representantes de estudiantes, del profesorado, centros de investigación y personal administrativo y de servicios. El objetivo es que sean reuniones de trabajo intenso con la totalidad de agentes y no solo con las direcciones de los centros.
Los consensos alcanzados se llevarán al pacto de universidades y servirán para reforzar su legitimidad, mientras se trabaja por la nueva ley de universidades.
Un ejemplo de lo que debe ser un ministro inteligente, racional, reflexivo y coherente.