Críticos y ‘riveristas’ avivan la batalla interna por el futuro de Ciudadanos
- La Comisión Gestora Nacional trata de impulsar a toda costa a Inés Arrimadas como nueva presidenta de la formación naranja
- Algunos movimientos han generado malestar entre dirigentes y entre las bases de Cs al no entender tal restructuración a tan poco tiempo del relevo de la dirección
- Desde que la formación naranja dio el paso a la política nacional, Rivera siempre tuvo claro que las decisiones se tomarían, sin excepción, desde Madrid
Marzo está al caer y la gestora que asumió temporalmente la dirección de Ciudadanos (C´s) se prepara para ello. Y es que a mediados de dicho mes se celebrará la Asamblea extraordinaria del partido, en la que la persona que salga como ganadora en las primarias de la formación y, en efecto, comience a liderarla, pondrá en marcha su modelo, elegirá a su Comité Ejecutivo y, por lo tanto, proyectará el rumbo que va a tomar desde ese momento Ciudadanos.
La Comisión Gestora Nacional, formada por 16 miembros (de los cuales 10 pertenecen a la Ejecutiva del exlíder de la formación, Albert Rivera) trata de impulsar a toda costa a Inés Arrimadas como nueva presidenta de la formación naranja. Para ello, está preparando un caldo de cultivo que pasa por rebajar el poder territorial y debilitar al sector crítico de los naranjas, con la intención de aunar todas sus fuerzas para promover que el partido mantenga un discurso único para todo el territorio.
La gestora de C´s ya movió ficha el pasado día 13 de enero efectuando, sin demasiada publicidad, 59 nombramientos de cargos autonómicos y provinciales, como secretarios de Organización y de Comunicación, y destituyendo a su vez a dos dirigentes del sector crítico del partido: a Ignacio Prendes como portavoz del comité autonómico en Asturias, y a Orlena de Miguel, también portavoz en Castilla-La Mancha.
Estos movimientos han generado malestar entre algunos dirigentes y entre las bases de C´s al no entender tal restructuración a tan poco tiempo del relevo de la dirección.
La disonancia se ha hecho más visible y evidente con la dimisión como secretario de Programas de Ciudadanos en Castilla y León del vicepresidente de esta región, Francisco Igea, un gesto de protesta contra una dirección en funciones que tiende a una organización 'riverista', basada en el verticalismo y la centralización del partido en su estructura y toma de decisiones.
De hecho, Igea no ha descartado públicamente presentarse a las primarias de febrero como alternativa a Arrimadas si la gestora continúa en esa línea.
Las voces del sector crítico
Estas acciones de la gestora de Ciudadanos podrían amenazar al consenso que reunía la candidatura de Arrimadas como futura líder del partido. La realidad es que excepto Igea o Prendes no ha habido otras voces realmente potentes que hayan censurado de manera pública la criba. Sin embargo, otras figuras que sí fueron fuertes (y críticas) en el pasado de la formación, como el exsecretario de Programas Toni Roldán o la exdiputada Patricia Reyes, o el que fue cofundador del partido, Xavier Pericay, sí han salido a denunciar la “purga” que, según Pericay, “pretende silenciar toda discrepancia presente y futura” en C`s.
De hecho, los pocos críticos dentro del Consejo General del partido, que apuestan por otorgar más poder a los representantes autonómicos y que los mismos sean elegidos directamente por la militancia, tratan de elaborar enmiendas a los nuevos Estatutos propuestos por la gestora, que contemplan la creación de un órgano de coordinación territorial pero sin capacidad de tomar decisiones vinculantes.
Las posibilidades de las baronías en Ciudadanos
Mientras que en el Partido Popular y en el PSOE las baronías son parte y esencia de estas formaciones, Ciudadanos siempre ha tratado de evitarlas, pero después del batacazo electoral del 10 de noviembre y la dimisión de Albert Rivera, el debate sobre la necesidad de una renovación profunda del partido, que incluyese la posibilidad de descentralizarlo, se puso sobre la mesa.
Cabe recordar que desde que la formación naranja dio el paso a la política nacional, Rivera siempre tuvo claro que las decisiones se tomarían, sin excepción, desde Madrid. Una estrategia para ganar fuerza en un momento en el que el crecimiento era el objetivo y la necesidad.
En la actualidad parte de ese panorama se repite, a Ciudadanos no le queda otra opción que crecer para sobrevivir y los continuistas del exlíder apuestan por la misma fórmula interna: centrarse en fomentar las siglas para no perderlas y que todo el poder y discurso de los naranjas emane de Madrid.
Las discrepancias internas no son una opción para los 'riveristas', que se amparan en una gestión en funciones que básicamente está en sus manos.
En esta tesitura, los más críticos pueden alzar la voz y disonar pero, si gritan demasiado, corren el riesgo de que, en una nueva etapa de C´s con una líder y un Comité Ejecutivo basados en la jerarquía interna, una nueva criba o pulso les acabe despojando de su posición o desencantando tras recibir otro nuevo revés en la que ya se puede considerar una lucha del sector crítico por abrir paso al poder territorial en Ciudadanos.
Está bien, pero ¿cuál es la posición de los críticos sobre el alineamiento actual de C’s con la Derecha? En este punto, que me parece vital, ¿coinciden o discrepan con Arrimadas? El artículo no me aporta nada sobre esto.