ENTREVISTA
Raúl Camargo: “Necesitamos una izquierda que no sea muleta del PSOE”
- El portavoz de Anticapitalistas analiza el momento político
Campaña electoral, elecciones, resultados y a las 48 horas, anuncio del preacuerdo para un gobierno de coalición por parte de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Todo muy rápido y, de repente, se hizo el silencio. Las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos para conformar un gobierno y un programa siguen su curso alejadas de los medios de comunicación, mientras que, paralelamente, los socialistas trabajan para recabar los apoyos necesarios para sacar adelante la investidura antes de navidades.
Las organizaciones involucradas en el posible gobierno de coalición (PSOE, Podemos, IU y En Comú Podem) consultan a las militancias en referéndums internos esperando obtener luz verde para ello. Otras organizaciones de izquierdas observan desde la barrera. Anticapitalistas hace tiempo que, salvo en Andalucía, se encuentra más fuera que dentro de Podemos. Siempre críticos con gobernar con el PSOE, siempre minoritarios en la formación morada, observan hoy los pasos de Podemos con recelo y distancia. Su portavoz, Raúl Camargo (Madrid, 1978), atiende a cuartopoder para analizar el momento político. Anuncia que en marzo habrá una conferencia política de Anticapitalistas donde determinarán el rumbo estratégico de la organización ante el nuevo escenario. Está convencido, dice, de que hace falta una oposición de izquierdas al gobierno PSOE-UP, si este saliera adelante.
- Hemos conocido la sentencia de los ERE. Tufillo a aquello de “PSOE, PP, la misma mierda es”.
"El PSOE de Andalucía sigue siendo una estructura corrupta"
- Sí, ese canto mítico del 15M no ha perdido vigencia. El PSOE de los ERE no es del pasado, sigue teniendo a Susana Díaz al frente de la federación andaluza. Díaz era entonces un alto cargo y sustituyó a José Antonio Griñán, hoy condenado a seis años de cárcel. Entendemos que el PSOE en Andalucía sigue siendo una estructura corrupta.
Las posiciones que se han mantenido por parte de los compañeros de Podemos Andalucía durante estos años han sido coherentes. Imaginemos si se hubiera accedido a las presiones de pactar con este PSOE, hoy habría sido un desastre, hoy son condenados por una corrupción de décadas, por coger los fondos que se debían destinar a las personas que están en paro para repartirlos entre amigotes.
Es una sentencia muy grave, que demuestra la corrupción generalizada en una de las patas del régimen, el PSOE, y que en nuestra opinión corrobora que lo mejor es la independencia política con respecto a este tipo de partidos, con la salvedad de que se puedan llegar a acuerdos puntuales.
- Entiendo aquí una crítica al posible gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. La posición de Anticapitalistas es clara: facilitar una investidura de un gobierno socialista previo acuerdo programático y mantenerse en la oposición para forzar, desde ahí, que cumplen con el programa pactado. ¿Cómo valora el preacuerdo de la semana pasada?
"Podemos nació para gobernar, pero no de forma subalterna con el PSOE"
- Lo manifestamos siempre así, desde hace cinco años. Impulsamos Podemos porque creíamos que faltaba una izquierda en este país que recogiera el impulso constituyente y destituyente del 15M. Sin Izquierda Anticapitalista no habría salido Podemos. Ese impulso lo era contra la derecha, pero también contra el PSOE. Hay que recordar que el PSOE de los ERE gobernaba con IU en Andalucía. Eso fue clave para entender que necesitamos una izquierda que no sea muleta del PSOE. Aquel pacto, IU lo hizo con Griñán, hoy condenado.
Creemos que no es el momento político, ni por las previsiones económicas, ni por la crisis territorial, de que una fuerza de izquierdas gobierne de forma subalterna con este PSOE. Es el PSOE que no ha roto con la etapa de los ERE, ni ha hecho ajuste de cuentas con su pasado de los GAL, la reconversión industrial, las contrarreformas laborales, las ETT, la OTAN, el Tratado de Maastricht… Sánchez tiene una línea de continuidad con toda la trayectoria neoliberal de este partido.
En nuestra opinión, gobernar con ellos supone una ruptura evidente con las líneas fundacionales de Podemos. Podemos nació para gobernar, pero no de forma subalterna con el PSOE. En ninguna charla se hablaba de ello, de gobernar en minoría en una coalición con el PSOE.
Seguimos defendiendo lo mismo que defendimos hace cinco años. Creemos que es una posición que debe seguir defendiéndose: una izquierda que aspire a cambiar las reglas del juego de este país. Con las reglas de juego actuales no es posible cambiar las cosas. Con la Constitución actual, con la distribución que tiene sobre los derechos sociales, con cómo regula la cuestión territorial no es posible hacer políticas de izquierdas en este país. Aspiramos a una izquierda que no se conforme con ser muleta del PSOE.
- De “El cielo se toma por asalto” de Vistalegre I a “El cielo se toma con perseverancia”, en la última carta a la militancia de Pablo Iglesias. ¿Qué le sugiere esta evolución?
"La evolución política ha derivado en algo parecido a la IU de Cayo Lara o de Llamazares"
- Que el cielo se toma por asalto y no por consenso lo dijo Pablo en aquella asamblea porque desde nuestro equipo, también había gente que ahora está con Pablo como Echenique y otras personas, apelábamos al consenso. Hacía falta un consenso entre las distintas propuestas que habían. Él dijo que no, que nada de consenso, que el cielo se toma por asalto. Así, se creó un comité, una dirección, que no tenía casi ningún control.
El resultado de aquello fue bueno en lo electoral, pero ni se tomó el cielo por asalto ni se hizo ningún consenso con casi nadie y la evolución política ha derivado en algo parecido a la IU de Cayo Lara o de Gaspar Llamazares. El resultado actual se parece más a esto que a lo que aspirábamos en 2014.
Lo de la perseverancia está bien, hay que reconocerle a Iglesias la perseverancia. A pesar de que en estas elecciones se ha vuelto a bajar en votos, se han impuesto sus tesis políticas: quería entrar en el gobierno a toda costa y parece que lo va a conseguir. Creo que la perseverancia había que tenerla en otras materias, como en tener una organización implantada territorialmente, con una relación abierta y amable con los movimientos sociales, que hubiera sido capaz de integrar a distintas sensibilidades. El Podemos que existe hoy no tiene ya nada de esto.
La perseverancia es una buena receta, Pablo la ha empleado para entrar en un gobierno en minoría para el PSOE, desde Anticapitalistas la vamos a emplear para defender la necesidad de que haya una izquierda independiente de los partidos del régimen y de las presiones materiales que conlleva formar parte del Estado.
- ¿Anticapitalistas ya es un proyecto fuera de Podemos, independiente?
- En algunos territorios no, seguimos dentro de Podemos, pero en la mayoría ya estamos fuera. Sí que es verdad que el proyecto de Podemos se ha ido encaminando hacia una orientación estratégica que no compartimos, esto cada vez se evidencia más. Anticapitalistas es una organización confederal, y tienen que haber debates en los territorios. En marzo, tendremos una conferencia política confederal de Anticapitalistas para elegir nuestra apuesta política para los próximos años.
Durante estos meses, estaremos debatiendo, pero es una evidencia que este gobierno de coalición, si se concreta y consiguen finalmente los números, demuestra que la distancia es cada vez más grande.
- Me resulta curioso un contraste. Hace referencia a que Podemos se ha convertido en una especie de muleta del régimen, pero al mismo tiempo vemos a las derechas y a representantes de los poderes económicos nerviosos y beligerantes con que Podemos entre en un gobierno del Estado. Quizás es que Podemos gobernando será peligroso para los privilegiados.
"La Comisión Europea ha dado el plácet a la entrada de Unidas Podemos"
-Yo creo que les quieren disciplinar antes de que lleguen. Hemos visto que uno de los principales poderes políticos de la geoestrategia europea es la Comisión Europea y la Comisión Europea ha dado el plácet a la entrada de Unidas Podemos. En este país hay una derecha carpetovetónica, una derecha franquista no solo en las instituciones del Estado, sino también en la economía.
Esos miedos tampoco están fundados: Podemos ya gobierna en seis comunidades autónomas y no pasa nada. Digo que no pasa nada no para los poderosos, sino porque tampoco es que se estén haciendo en esas comunidades autónomas colectivizaciones. Se gestiona, más o menos, como gestionaba el PSOE. No se aprieta ningún botón que afecte ni a los grandes fondos de inversión, ni a los bancos, ni a los grandes tenedores de vivienda…
Es una sobreactuación que hacen para disciplinar a Podemos antes. Esto, a su vez, mete más presión a Sánchez y al PSOE para que disciplinen a los ministros de Unidas Podemos. Pero cualquiera que compruebe lo que está pasando en comunidades autónomas o ayuntamientos donde ha gobernado Podemos puede ver una gestión más honesta, que no es corrupta, pero no para hacer esos aspavientos que hacen estos grandes poderes.
Por otro lado, se quejarían igual. Recordemos la primera legislatura de Zapatero. Ya conocemos lo que significa políticamente Zapatero y, sin embargo, la derecha le declaró la guerra con los obispos, el PP, las protestas sobre cualquier tema relacionado con ETA… Le ponían como si fuera una especie de Lenin, y ya vimos lo que hizo Zapatero con el 135.
Podemos tiene todo el derecho del mundo a estar en el gobierno. Lo que decimos es que para una izquierda que aspire a una transformación social profunda, una transformación profunda del sistema económico y político, hacer esto le deja en una situación muy delicada para un proyecto que se tiene que plantear a medio y largo plazo.
-Ante una derecha política, mediática, económica, social, hipermovilizada contra el posible gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, ¿Anticapitalistas defendería al gobierno, se movilizaría en favor del gobierno de coalición?
"Hace falta un contrapoder que exija al ejecutivo que cumpla"
- Si la derecha se manifiesta contra una apertura en favor del diálogo en Catalunya si hubiera una posición valiente por parte del gobierno, sin duda. Si la derecha se movilizara contra la derogación de la reforma laboral, ley mordaza, LOMCE, aprobación de leyes en un sentido de izquierdas, sin duda estaremos apoyando al gobierno. No cabe duda de eso.
Lo que no puede ser es que la derecha presione y el gobierno vaya retrocediendo, que es lo que hemos visto en muchas ocasiones. Para evitar eso, hace falta un contrapoder formado por los movimientos sociales y organizaciones de la izquierda política que exija al ejecutivo que cumpla con el programa que los movimientos sociales ya han puesto encima de la mesa y que son las cuestiones que acabo de relatar y otras, como por ejemplo, la regulación del precio de los alquileres. Por cierto, contra esto la Comisión Europea es beligerante y no creo que, teniendo a Nadia Calviño dentro, vayan a transigir.
Si el gobierno solo tiene una presión desde la derecha, cada vez virará más hacia la derecha. Por eso, hace falta que tenga una presión desde la izquierda. Eso no significa que vayamos a hacer nada con esa derecha, sino todo lo contrario. Esa derecha y la ultraderecha son peligros enormes para las mayorías sociales, hay que combatirlas sin descanso, pero para ello necesitamos una izquierda valiente. Ahí, tenemos dudas de que el PSOE lo vaya a ser o que Unidas Podemos, con esta correlación de fuerzas y teniendo que ser leales a las decisiones del Consejo de Ministros, lo pueda ser.
- En la campaña electoral, Anticapitalistas llamaba al voto crítico a Unidas Podemos y, al mismo tiempo, saludaban la posible llegada de la CUP al Congreso. Finalmente, la CUP estará en el nuevo Congreso de los Diputados. Unas de las primeras declaraciones que han hecho fueron animar al resto de fuerzas soberanistas del Estado a que no faciliten la investidura de Sánchez. ¿Entienden esta postura mientras la ultraderecha aumenta en cada elección?
"No es lo mismo que haya un gobierno social-liberal o un gobierno con la ultraderecha dentro"
- Efectivamente, nos hemos alegrado del resultado de la CUP. Creemos saludable que una fuerza anticapitalista con la que tenemos una relación amistosa tenga presencia en el Congreso. Entendemos cuál es su posición, pero la nuestra no es esa. Nuestra posición es negociar unos puntos programáticos fuertes, apoyados por los movimientos, para facilitar un acuerdo de investidura. No creemos que se pueda llegar a un acuerdo de legislatura con el PSOE, pero sí conseguir unos cuantos compromisos.
Por otro lado, entendemos que rechacen el preacuerdo entre PSOE y Unidas Podemos, que solo habla de diálogo dentro del marco de la Constitución y que el problema de Catalunya es de convivencia. Si quieren tener los votos de algún partido catalán, incluso la abstención de ERC, tendrán que modificar ese punto.
Pero no se trata solo de Catalunya. Unas terceras elecciones tienen el riesgo enorme de que la ultraderecha se convierta en segunda fuerza o incluso pueda propulsarse a la primera. Aunque seamos pequeños, hay que pensar a lo grande, tener un punto de hegemonía. Debemos hacer propuestas que no sean vistas como demasiado arriesgadas por parte de la mayoría social de izquierdas.
Entendemos por qué dicen eso, creemos que con la redacción del punto 9 del preacuerdo no va a haber investidura. También entendemos que, en una coyuntura como esta, no es lo mismo que haya un gobierno social-liberal o un gobierno con la ultraderecha dentro. Tenemos nuestras diferencias en este asunto, aunque en otros temas estemos de acuerdo.
-Por último, ha comentado que en marzo celebrarán una conferencia política. También ha dejado entrever que hace falta una fuerza política de izquierdas que no sea “una muleta del PSOE”. ¿Estamos ante un embrión, ante la creación de una nueva fuerza política de izquierdas más allá de Podemos?
- Eso lo tendremos que debatir y discutir, geguramente también con gente más allá de Anticapitalistas, con otros muchos compañeros de otras fuerzas, incluso con muchos de los que están en Unidas Podemos. Este debate habrá que tenerlo en la medida en que Unidas Podemos vaya dejando un espacio a su izquierda. Siendo parte del gobierno, seguramente va a desarrollar prácticas que no van a satisfacer a una parte importante de su base social. Se debatirá, la relación entre las izquierdas es dialéctica, no es estática. Se irá viendo, en nuestra conferencia política y más allá, si esta posibilidad es real o no.
También dependerá de la situación política del país. No es lo mismo crear una fuerza política tras grandes convulsiones y movilizaciones que sin que nada se esté moviendo. Veamos las movilizaciones por el clima, las feministas, las nuevas movilizaciones que surjan al calor de una nueva crisis. Lo que está claro es que Podemos, como fuerza catalizadora de todas la izquierda alternativa del Estado, ha llegado a su fin. Eso no quiere decir que se vaya a crear algo alternativo de forma inmediata. Se irá viendo. Los plazos los pone la historia.
El articulo me estaba gustando hasta que he leído lo de «derecha carpetovetónica». Coño Raúl, que tú eres madrileño, un poco menos de autoodio. El bloque dominante español se configura en base a la oligarquía andaluza y castellana, pero también a la burguesía vasca que vota en favor del golpe de Estado en Bolivia, o de la burguesía catalana que se lleva las empresas para presionar contra un referéndum de autodeterminación. Como no nos empecemos a querer más a nosotros mismos los y las castellanas, difícilmente vamos a poder acabar con este Régimen
¿Cómo va a ser auto odio que una persona de izquierdas critiqué la derecha carpetovetonica? Si a ti te gusta la derecha carpetovetonica llévatela a tu casa…
… Cada vez se entiende menos esas corriente subterráneas de los partidos. La de vueltas que dan y las que les faltan por dar. Será asunto suyo, pero desde fuera se ve de un capillismo trasnochado; cuándo en las iglesias las retiran, vienen los iluminados con ese halo de: «Sobraos», que como el «cuclillo» pone los huevos en el nido ajeno siempre. Cuando las personas pasamos de dogmas, vienen a corregirte, anunciando que no es válido lo de ayer. ¡ Que hay otra fórmula de última generación «chachi», nos vamos con lo puro, real, e irrealizable !. Son unos reformistas, de tomo y lomo; los alucinógenos conduciendo no son buenos. Las dobles visiones, adormecimientos, el cálculo al adelantar por la izquierda señor Camargo… ¡ Es obligatorio, pero si de frente, no viene nadie y no hay señal que lo prohíba !.
Podría recitar Camargo ¿ cuantos artefactos no identificados, han tenido que salvar UP ?. Y ¿las persecuciones judiciales ?. Las etiquetas, e incordiar, no dan visibilidad las verdaderas necesidades de las gentes. Manchar el nido, e irte para otro… Errejón, se puede sumar (el de la Operación Chamartín); este luchó tanto por que nadie se abstuviera, que unas portadas más del País y termina en la administración del periódico, y de tertuliano con Ferreras. Deseo dejar la opinión de que desde dentro se pueden reciclar ciertos «tic», desde esa posición con menos costes y sabiendo… ¡ Que se trabaja para los de abajo… Y lo están demandando !. ¿ No los oyes ?. Dividir es dividir, y muchos gatos… Muchos ratones !.
Errejon era de la dirección que mando manu militari en Podemos juntó con los que quedan en la dirección así que tu panfleto cojea y cojea de fanboys o, que no es sino otra forma de sectarismo. Es legítimo que las posiciones de Camargo no te gusten pero tu prietas las filas y llamar iluminados , capillitas y corrientes subterráneas a corrientes legítimas que expresan a plena luz sus posiciones es asquerosa.
Por cierto, iglesias no dijo ni pío contra Carmena y sus secuaces cuando reflotaron la operación chamartin a gusto de los poderosos hasta que errejon les traicionó y aún así lo hizo con la boca chica mientras que los que llamas iluminados si lo hacían desde el principio así que menos tonterías. Y no soy de anticapi s pero me repugna la estupidez.
La necesidad de crear un movimiento comunista revolucionario
Para hacer la revolución se necesita un movimiento comunista revolucionario. Sin un movimiento comunista revolucionario creado conforme a la teoría Marxista-Leninista, es imposible conducir a la clase trabajadora y masas populares a la victoria sobre el eje capitalismo-imperialismo-fascismo y sus lacayos.
La situación en la que esta hoy el comunismo y la ideología Marxista-Leninista es crítica. El comunismo ha sufrido un retroceso enorme en cuanto a confianza, prestigio, influencia y reconocimiento entre las clases explotadas; la mayoría de los autodenominados Estados socialistas han desaparecido; los «partidos» comunistas han sido «legalizados,» disueltos, o han abrazado la falsa socialdemocracia y convertidos en «izquierda» reformista; la clase trabajadora se encuentra en una situación de debilidad y vulnerabilidad sin precedentes sufriendo asaltos constantes de un fascismo matón que se cree impune.
Aunque sea típico considerar la caída del muro en Berlin o la desaparición de la Unión Soviética como puntos de inflexión en el retroceso comunista, la realidad es que la situación actual es el resultado de un proceso de larga duración y complejo. No es éste el momento para analizar en profundidad esta cuestión, pero es importante decir que habrá rechazo a cualquier análisis superficial, o que asigne el grueso de las responsabilidades a agentes externos y no al propio proyecto comunista. Es también común abordar los aspectos antes mencionados de manera unilateral y merece enumerar algunos de los callejones sin salida más habituales a los que puede llevar esa práctica. Quienes ven como absolutamente central el derrumbe ideológico separado de sus causas y contexto histórico suelen caer en un teoricismo de manera permanente; pretenden superar en el plano de lo ideal contradicciones que también existen en el mundo material y dan una importancia excesiva a la existencia de Estados autodenominados socialistas, que puede en ocasiones centrar energías en defender a los que todavía resisten como Cuba, Corea del Norte, Vietnam, o los que han abierto nuevas vías como Venezuela y Bolivia aunque queda por ver si crearan un socialismo real o se limitaran solo a hacer «reformas» de «izquierda.» Quienes sobredimensionan la necesidad imperiosa de reconstruir [o reconstituir] la actividad comunista revolucionaria en forma de movimiento según sus orígenes y no de «partido,» pueden verse llevados a procesos frenéticos de aglutinación de siglas o crecimiento cuantitativo y suelen confundir el autodenominarse como algo con la existencia objetiva de ese mismo algo.
La situación de la clase obrera con el deterioro constante de sus derechos y calidad de vida pueden llevar a algunos/as a querer participar, dirigir o «hegemonizar» todas las luchas de resistencia espontánea que surjan. Caen en el practicismo y el seguidísimo, obviando la necesidad de la organización y teoría revolucionaria. El planteamiento es que los distintos aspectos de la situación actual forman un todo difícilmente separable y cualquier intento de solucionarlos de manera aislada o siguiendo algún tipo de plan absolutamente lineal y mecánico estará condenado al fracaso. Obviamente es imposible delinear en un único documento los pasos a seguir para salir de esta encrucijada que solo será el fruto de un proceso colectivo.
El análisis dialéctico de la realidad
Cualquier desarrollo es siempre el resultado de la interacción y el condicionamiento múltiple de todos los aspectos necesarios de un fenómeno. En este asunto no es difícil ver que existe una relación estrecha entre teoría revolucionaria, organización, estructuras sociales existentes y la situación general a todos los niveles de las clases oprimidas. Esta característica que es típica de todo desarrollo concreto en la que las causas se vuelven consecuencias y viceversa, nos lleva a la descripción de que todo movimiento dialéctico es como un círculo en expansión que gira sobre sí mismo o como una espiral de sistema relativamente cerrado que se desarrolla históricamente según sus propias leyes internas abarcando cada vez más fenómenos en sí mismo. Esta circularidad siempre ha supuesto un gran obstáculo a la hora de entender la realidad que es requerimiento imprescindible para su transformación. Tanto es así que después de 150 años desde que Marx y Engels crearan el materialismo dialéctico, todavía es rara la ocasión en la que tratamos de hacer un esfuerzo consciente para continuar la tarea urgente de desarrollarlo y utilizarlo consecuentemente. No vamos a explorar ahora en profundidad estas puntualizaciones pero es necesario pasar por encima de las mismas para poder decir que el análisis, teorización, implantación y transformación de nuestra realidad entendida como un proceso interdependiente y desde una perspectiva revolucionaria no es sencillo. La complejidad de lo concreto y limitaciones inherentes imponen restricciones severas a la hora de llevar a cabo esta difícil tarea. A esto debemos añadir la dificultad coyuntural añadida de que el declive relativo del Marxismo-Leninismo desde su posición anterior hegemónica en el movimiento revolucionario, presente a una o más generaciones el reto de comenzar la tarea de la liberación prácticamente desde cero y en condiciones objetivas prevalentes que requieren métodos de planteamiento y acción muy diferentes a las anteriores para lograr objetivos acordados.
La centralidad y la teoría revolucionaria
El aislar ciertos elementos de teoría, organización y Estado, la lucha social de la totalidad es ya de por sí una abstracción completamente necesaria para poder avanzar en el análisis. También, un tipo de abstracción completamente coherente con el realizado por otras ciencias sería el no olvidar el carácter temporal de estas abstracciones mentales. Para bien o para mal en nuestro ascenso de lo concreto a su comprensión tenemos que abstraer todavía un poco más. Abstraemos en el sentido de tomar por separado temporalmente elementos de una totalidad y decimos que en la situación actual, consideramos el binomio partido/teoría revolucionaria central o como «contradicción principal» en el análisis científico de la praxis revolucionaria. Afirmamos esto porque como dijo Lenin hace más de un siglo que «no puede existir un movimiento revolucionario sin teoría revolucionaria» que es la frase que sigue al principio de que «jamás se insistirá lo bastante sobre esta idea en momentos en que a la prédica del oportunismo se une la afición a las formas más estrechas de la actividad y práctica.» Segundo, porque hemos aprendido que sin una organización revolucionaria de vanguardia no puede existir una verdadera dirección y orientación de la lucha de clases. La inoperancia absoluta del espontaneísmo a la hora de presentar una batalla contundente a la clase dominante, incluso aunque el resultado final sea una victoria de corte reformista, es buena prueba también en nuestros días. Consideramos por tanto la tarea de reconstituir el movimiento comunista revolucionario desde la perspectiva del socialismo científico como una cuestión absolutamente fundamental y de urgencia. La abstracción de los factores es siempre algo temporal y no olvidamos la importancia de los otros aspectos de nuestra realidad. Creemos que es imposible avanzar en el desarrollo de la teoría revolucionaria y la reconstitución del movimiento comunista original sin un contacto estrecho y constante con la realidad concreta, sin un análisis de identificación con las luchas y movimientos espontáneos de resistencia; no simplemente por una cuestión de principio sino por ser éstos factor inseparable en el desarrollo dialéctico de la teoría y la organización revolucionaria. En este sentido reivindicamos como fundamental la llamada «línea de masas» para los/as comunistas. Reivindicamos también la importancia de que los acontecimientos a nivel internacional sean en los Estados autodenominados socialistas, antiimperialistas o en menor escala. No sirve el desentendimiento absoluto ni tampoco críticas fáciles desde posiciones idealistas que nunca encuentran la realidad al gusto de sus deseos. Como habitantes de un Estado capitalista de clases consideramos fundamental mantener una posición de confrontación firme sin que implique un seguidísimo absoluto de los que pudieran ser sus adversarios coyunturales.
La línea de trabajo
Habiendo identificado como centrales las cuestiones de la definición teórica y la reconstitución del movimiento comunista debemos definir una serie de tareas y objetivos concretos para avanzar. Es fundamental la autocrítica constante y el análisis concreto ya que entre las razones del colapso del movimiento comunista internacional sin duda habrá deficiencias de carácter teórico. Por otra parte, también rechazamos intentos algunos a veces indistinguibles de un post-Marxismo militante de dar un salto al vacío y negarse a dar un sólo paso hasta haber reconstituido el comunismo desde sus mismos cimientos originales. El devenir histórico nos obliga hoy más que nunca a adoptar una postura autocrítica con el Marxismo-Leninismo y prestar especial atención a la brecha entre teoría y práctica, que no implica renunciar a principios fundamentales que han sido corroborados por la historia. Se pueden identificar una serie de principios mínimos que históricamente es coherente denominar fundamentos del Marxismo-Leninismo que pueden servir como punto de partida para cualquier desarrollo posterior y son los siguientes:
• La lucha de clases como motor de la historia en una etapa de transición hacia la abolición de las clases sociales.
• El análisis desde una perspectiva Marxista-Leninista de todo tipo de opresión estructural [género, raza, nacionalidad, cultura, etc.] La lucha constante por su superación y la primacía del papel de las/os oprimidas/os es la misma.
• La necesidad de la vanguardia basada en el centralismo democrático como forma propia de organización del proletariado.
• La necesidad de la combinación de todas las formas de lucha disponibles en el enfrentamiento prolongado que llevará al derrocamiento de la burguesía capitalista como clase dominante.
• La necesidad de la línea de masas. Sólo un movimiento comunista revolucionario fuerte y conectado orgánicamente con las masas puede impulsar y dirigir sus posiciones hacia una conciencia revolucionaria. Son solo las masas a través de su vanguardia que deben ser los únicos protagonistas de la revolución y la construcción del socialismo.
• La necesidad imprescindible del enfrentamiento directo contra el oportunismo y el revisionismo.
Desde nuestra posición como comunistas ortodoxos en un país capitalista se hace doblemente importante combatir esas manifestaciones de origen burgués presentes en el movimiento comunista.
• La inevitabilidad de otras líneas dentro del movimiento comunista como expresión ideológica de la lucha de clases en su seno sin que eso signifique permitir la existencia de fracciones en nuestra organización.
Dentro de la propuesta para desarrollar las bases necesarias en la reconstitución del movimiento comunista original destacamos la importancia del análisis concreto de la realidad. En ese sentido recordamos la urgencia de un análisis de clases del Estado ajustado a nuestra situación actual. Creemos también necesario hacer un balance del papel de los «partidos» comunistas en países imperialistas durante el último siglo. A la vista de su persistente deriva hacia posiciones reformistas, revisionistas y complacientes con su postura privilegiada dentro del capitalismo, son insuficientes la mayor parte del análisis que solo hablan de traiciones o del poder de la hegemonía burguesa. Si vamos a forjar un movimiento auténticamente comunista revolucionario en el seno del capitalismo-imperialismo-fascismo, necesitaremos una visión científica y ajustada a la realidad de las causas materiales de la práctica política histórica de los movimientos comunistas occidentales. También buscamos impulsar el acercamiento a otras organizaciones o colectivos que deseen trabajar en la reconstitución del movimiento comunista revolucionario a nivel originario prefiriendo el debate directo y confrontación de ideas para superar deferencias y lograr acuerdos. Seguramente algunas de nuestras tesis necesitarán ser revisadas o modificadas y consideramos imposible llegar a nuestros objetivos sin pasar por ese proceso. Por ello potenciaremos el contacto directo con otras organizaciones, la creación de espacios de coordinación comunista, el debate y el estudio colectivo o individual. Todo conectado de una manera permanente a nuestra realidad en toda su concreción tanto a nivel internacional como al nivel del Estado capitalista en que vivimos. Reconstruir el movimiento comunista a su estado original deberá incluir obligatoriamente eliminar la oprobiosa condición de «legalizado» que fue impuesta por el poder burgués como requisito para conservar el nombre «comunista» pero sin protagonismo o peso real en la estructura política burguesa. La «legalización» del «partido» comunista elimino efectivamente su razón de ser como organización comunista fundada en el Marxismo-Leninismo y deberá ser la primera tarea a realizar antes de continuar con el urgente proceso de reconstrucción comunista. También, la condición originaria de la actividad comunista revolucionaria fue clandestina desde su inicio y culmino en la adquisición de armas que completo el proceso cuando el Estado burgués fue derrocado en Rusia. Sucedió en Rusia, China, Vietnam, Cuba, Nicaragua, Corea del Norte y en otros lugares, lo cual es prueba irrefutable de que un Estado capitalista que por naturaleza es violento, solo puede ser eliminado por la revolución armada y no por medio de procesos electorales o debates en parlamentos o congresos burgueses. Los auténticos comunistas tienen armas y no son pacifistas. Además, los verdaderos comunistas no están en parlamentos o congresos de la oligarquía sino trabajando en el campo de las masas informando, debatiendo, analizando, proponiendo, colaborando, adiestrando, concienciando y en general, participando directamente en el proceso de preparación insurgente para futuros combates. El difícil y complejo proceso de reconstrucción del movimiento comunista revolucionario a niveles originarios producirá mas temprano que tarde, encuentros o contactos con ciudadanos en Rusia activos en iguales o similares tareas relacionadas con la reactivación de actividades para recuperar al menos parte de lo perdido, cuando la Unión Soviética fue vilmente traicionada por Mikhail Gorbachev, lo cual sugiere que para lograrlo ellos/ellas estarían también trabajando para reconstruir el movimiento comunista original desde Rusia. Cuando suceda no se deberá perder la oportunidad para establecer niveles de colaboración mutua que producirá importantes avances en nuestro objetivo principal. La reconstrucción del movimiento comunista revolucionario a su autentico origen tendrá las prioridades mencionadas, pero será de particular importancia identificar y eliminar de inmediato el oportunismo. Es de sentido común entender que el oportunismo socava cualquier esfuerzo para reconstruir el movimiento comunista y equivale a traición que deberá ser castigada con ejemplar severidad. Consideramos a los/las oportunistas como individuos inmoralmente perversos, egoístas, farsantes, sin ética, pero sobre todo, contrarrevolucionarios enemigos infiltrados que solo buscan su beneficio personal y no deberán ser permitidos. No son verdaderos comunistas sino chaqueteros de «izquierda» que como veletas, cambian según sus egoístas intereses y son un estorbo en el proceso para reconstruir el movimiento comunista revolucionario que tanto urge. Lenin fue muy crítico y duro contra el oportunismo cuando dijo:
«La lucha contra el imperialismo es falsa y vacía si no esta indisolublemente ligada a la lucha contra el oportunismo.» — Lenin.
El oportunismo de «izquierda» es un atraso que sustituye la lucha contra el capitalismo por compromisos reformistas con la burguesía que es diferente al pensamiento comunista ante la valoración de las condiciones objetivas en la lucha de clases. Los verdaderos comunistas a diferencia de los oportunistas de «izquierda,» ofrecen alternativas reales al capitalismo, trazan perspectivas concretas de transformación, organizan para luchar no solo en la solución de problemas cotidianos, sino también por el objetivo fundamental de la clase trabajadora para liberarse de la explotación, desigualdades, opresión e injusticia que son elementos inherentes en la naturaleza del capitalismo. El oportunismo de «izquierda» es un conjunto de inútiles concepciones falsas, ambiguas y desorientadoras; es la defensa de la colaboración con la clase burguesa, la renuncia a las ideas de la revolución socialista, a los métodos de lucha revolucionaria y la adaptación ideológica al chovinismo burgués.
Por todo esto y más el oportunismo es la negación del Marxismo-Leninismo que constituyen sus raíces teóricas claramente contrarrevolucionarias y debe ser eliminado.
«Los oportunistas que usan la revolución para su beneficio personal deben ser fusilados» — Comandante Che Guevara