Entre Iglesias y Calviño: un gobierno en equilibrio

  •  Iglesias ha logrado que Sánchez acepte un gobierno de coalición con él dentro
  • El PSOE ha conseguido que UP se comprometa a un diálogo con Catalunya dentro de la Constitución y la evaluación y el control del gasto público  
 

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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, firmaron este martes un preacuerdo histórico, un documento que contiene los mimbres del primer gobierno de coalición de la historia de la democracia española. El anuncio de este acuerdo exprés y llevado a cabo con discreción, ha servido para disipar el sabor a desunión que dejó la campaña electoral del 10 de noviembre y que arrojó unos resultados mediocres para el PSOE, que perdió tres diputados, y malos para Unidas Podemos, que perdió siete. Los españoles no avalaron la estrategia del enfrentamiento entre las izquierdas y ambos líderes han escuchado el mensaje y han respondido en menos de 48 horas.

El acuerdo refleja algunas primeras cesiones. Iglesias ha logrado que Sánchez acepte un gobierno de coalición con él en una vicepresidencia. El socialista ha arrancado al líder morado la promesa de lealtad en temas de fricción como el de Catalunya, firmando la promesa de diálogo dentro de la Constitución, o el del equilibrio presupuestario.

Pero más allá de este primer preacuerdo quedan muchos flecos pendientes, desde la estructura de gobierno hasta detallar cómo van a lograr el apoyo del resto de fuerzas para sacar adelante el ejecutivo.

Una vez lograda la investidura, que Sánchez quiere que llegue antes de final de año, tendrán que prepararse para una legislatura convulsa, marcada por el conflicto catalán, una posible crisis económica y por la negociación constante en un Congreso muy fraccionado, donde la ultraderecha es tercera fuerza. Sánchez quiere un pacto para cuatro años que de estabilidad país, pero se encontrará con varios retos.

La negociación con el resto de fuerzas

El Congreso se constituirá el próximo 3 de diciembre y la investidura tendrá lugar, probablemente, durante las dos semanas siguientes. PSOE y Unidas Podemos tendrán que negociar con el resto de grupos, excluyendo a Vox y desechando el apoyo del PP. Sánchez tiene ahora más posibilidades de mantener el gobierno, gracias a la suma de sus 120 escaños y los 35 de Podemos. Estarían muy lejos de los 176 diputados que requiere la primera votación de investidura. Para la segunda, le bastaría con sumar más síes que noes.

Esto le obligaría a negociar con Más Madrid, el PNV y los minoritarios, como el Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe o el BNG, una suma que puede salir. Sánchez dijo que no quería depender de los independentistas, pero su abstención podría ser importante si Ciudadanos decide votar "no" junto a PP, Vox y también si lo hicieran JxCat o la CUP. Por tanto, la próxima semana tendrán que tejer un pacto que concentre a partidos de muy diferente índole. A su favor tienen que la única alternativa al gobierno del PSOE y Podemos es unas terceras elecciones.

Aunque la investidura saliera adelante, la estabilidad para cuatro años no está garantizada. El gobierno de coalición estaría obligado a negociar cada reforma, especialmente aquellas que necesitan mayorías más amplias. El primer reto serán los Presupuestos Generales del Estado, que ya acordó con Unidas Podemos en 2018 y que tumbó el rechazo de los independentistas.

El programa y los sillones

En la parte programática ya hay trabajo hecho. En octubre de 2018 ya cerraron un acuerdo presupuestario, que fue tumbado, pero que permitió concretar las intenciones de cada partido. Ahí será donde se vea a qué renuncia cada partido y cuáles son las prioridades conjuntas del gobierno al tener que distribuir los recursos limitados del Estado. Especialmente en materias como vivienda, laboral o mercado energético.

El reparto de carteras ministeriales fue uno de los escollos para la coalición en junio. Ahora, desde el principio se ha asegurado la participación en el Gobierno de Pablo Iglesias y, posiblemente, Alberto Garzón, Yolanda Díaz o Irene Montero. La estructura ministerial completa se conocerá tras la investidura.

Calviño e Iglesias: un gobierno con dos almas

Las dos vicepresidencias reflejan las dos almas del futuro gobierno. Como ya anunció Sánchez en campaña electoral, Nadia Calviño será su vicepresidencia económica, mientras Iglesias puede ocupar ahora el mismo rango con un contenido más social.

La ministra Calviño, bien vista en Bruselas y conocida por su ortodoxia, ha sido el blanco de las críticas de Unidas Podemos durante la campaña. La acusaban de no querer derogar la reforma laboral o de intentar traer el sistema de la mochila austriaca a España para modificar el sistema de pensiones, ¿se trasladarán esas críticas a sus actuaciones al futuro Consejo de Ministros? Por el momento, en el preacuerdo de este martes, Sánchez se ha asegurado de que Iglesias se comprometiera con el control del gasto público

Catalunya y el encarecimiento de los apoyos

La política española sigue pasando por Catalunya, cuya situación también puede condicionar la investidura. Tras la sentencia del Procés, el gobierno en funciones endureció el tono contra los líderes independentistas hasta el punto de protagonizar el patinazo más sonado de la campaña cuando Sánchez insinuó que el Gobierno mandaba sobre la Fiscalía.

ERC ya advirtió en junio de que la situación empeoraría y sería más difícil apoyar un gobierno del PSOE más tarde. Esto puede hacer que un sí o una abstención se encarezcan en la investidura. Por el momento, los independentistas catalanes parten desde las negociaciones con un "no", una posición que puede modularse. Junts per Catalunya siempre ha mostrado su oposición a las actuaciones del PSOE, mientras la CUP también parte del rechazo.

Sánchez siempre ha puesto la situación catalana como ejemplo de las discrepancias de fondo entre PSOE y Unidas Podemos. Incluso, los socialistas argumentaban que de haber habido un gobierno la semana posterior a la citada sentencia, hubiera estallado por los aires, al tener a miembros del mismo hablando de "presos políticos" o del derecho a decidir.

En una negociación se pactan los acuerdos y la gestión de los desacuerdos. Por ello, es uno de los puntos que han metido en el documento presentado este martes, en el que los morados se comprometen a garantizar "la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política". Habla también de diálogo y encuentro, pero "siempre dentro de la Constitución". Además, se comprometen a fortalecer el Estado de las autonomías y a garantizar "la igualdad entre todos los españoles".

La gestión del enfriamiento económico

La necesidad de gestionar una posible crisis económica, que Sánchez llama "enfriamiento", ha sido uno de los principales argumentos de campaña del PSOE en su intento de que los españoles concentraran su voto en ese "gobierno fuerte". Ahora, tendrá que compartir las responsabilidades con Unidas Podemos, que presumió de que con ellos en el poder, los recortes se harían "por arriba".

Como bien sabe el PSOE, gestionar las crisis tiene un coste electoral que ahora compartirá, de llegar, con su rival en el espectro ideológico. Si se forma el gobierno de coalición, el  PSOE ya no tendrá oposición por la izquierda.

1 Comment
  1. Hje Otaño says

    Veremos un choque de trenes.
    El psoe, con Calviño al frente, son de derechas, de la ortodoxia neoliberal, fieles cumplidores con la troika.
    Los economistas de UP son todos de la heterodoxia.
    No pueden aducir un gobierno progresista y de izquierdas, llevando a cabo políticas de ajustes, recortes, de austeridad, políticas de equilibrio fiscal, que han llevado a la ruina a todo Occidente y a sus pueblos.
    Tengo muchas dudas que las bases de UP se traguen el sapo de las políticas neoliberales del psoe.
    PS va a traicionar a UP luego de ser nombrado presidente de gobierno, si lo logra, de ahí que se deje para ese momento la definición de los ministerios.

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