Ángel Gabilondo: “No tengo miedo a un tamayazo. Madrid no lo permitiría”

Siendo el quinto de una familia de nueve hijos, se maneja con habilidad frente al conflicto. Firme defensor del diálogo y de la búsqueda de acuerdos, a sus 70 años, Ángel Gabilondo, que estuvo a un tris de conseguir el primer gran consenso en materia educativa en la España democrática, es contundente cuando afirma que, pese a que a que hay quienes le ponen cordones sanitarios, no excluye a ninguna persona o partido en su proyecto para la Comunidad de Madrid. No obstante,  sus líneas rojas existen: el cumplimiento de la ley y acatamiento de la Constitución y la voluntad por cambiar Madrid y la forma de gobernarlo en los últimos 24 años.

Ángel Gabilondo no pierde el tiempo en enumerar casos de corrupción, porque cree que “todos sabemos lo que ha pasado en Madrid”, pero de su discurso se desprende que erradicar esas prácticas corruptas es uno de sus principales empeños, como lo son también luchar contra la pobreza infantil y la exclusión. Este catedrático de Filosofía, ex rector de la Universidad Autónoma de Madrid,  apenas levanta la voz, acostumbra a escuchar antes de tomar la palabra y rehúye etiquetas, como “sanchista” o cualquier vocablo que acabe en “ista”. Según él mismo asegura “tengo voz propia y singular”.

— Las encuestas le auguran que será el candidato más votado y que tiene muchas posibilidades de ser el futuro presidente de la Comunidad de Madrid ¿Se las cree?

— Suelo ser muy respetuoso con ellas, porque detrás hay un trabajo profesional. Lo que pasa es que hay que leer varias y dejarse asesorar por personas expertas. Pero tomarse en serio las encuestas es no precipitarse y saber que las urnas están vacías y estamos hablando solamente de estadística. Yo respeto las encuestas, respeto la estadística, pero respeto especialmente al hecho de votar, que eso es lo que se producirá este domingo.

— ¿Haberse convertido en el blanco de todos los ataques del resto de contendientes en el debate de candidatos en la televisión pública madrileña le hace creer más en las encuestas o piensa que son ellos los que se las creen?

— Pues parece que se las creen, sí… En este momento, todas las encuestas nos dan como la propuesta más votada y me colocan como el candidato mejor valorado. Eso me ilusiona, pero de ahí no deduzco que se haya conseguido nada singular. Son las tendencias. Eso puede ser la clave de que algunos tomen distancia excesiva con respecto a mí. Pero algunos quieren liderar la derecha, otros creen que es mejor así… son estrategias legítimas y yo lo comprendo.

— Hablando de tendencias, ¿tiene alguna idea de quién puede ser el líder de una hipotética derecha en la oposición tras las elecciones?

— Sería pretencioso pensar que tengan que ser otros los que estén en la oposición, porque vamos a ver si nos corresponde a nosotros… Pero si nosotros gobernamos, hay un cuerpo a cuerpo muy importante en la derecha, porque C's está intentando hacer el sorpasso al PP. El precio del juego en el que están los líderes de C's – que yo respeto- le hace que sean mucho menos moderados. Pero el PP sigue siendo un partido consistente, un partido con gran estructura territorial y con capacidad de activarse en las elecciones. En todo caso, están en un debate que no va a ser fácil.

— Si, tras 24 años del PP en la Comunidad de Madrid, se produce el cambio que propone Ángel Gabilondo ¿Por dónde lo vamos a empezar a notar?

— El PP ha gobernado con gobiernos monocolor, pero con el apoyo de C´s en los últimos años, en los que, por cierto, hemos llegado a presentar hasta 3000 enmiendas a sus sucesivos presupuestos, sin éxito alguno y una moción de censura que C´s tampoco quiso apoyar pese a todo lo ocurrido. Nosotros queremos para Madrid prosperidad, bienestar y riqueza. Este es nuestro objetivo: abordar y resolver los problemas de la ciudadanía, luchando contra la desigualdad y la exclusión. Para resumirlo en 3 palabras: Prosperidad sin exclusiones. Hay que lograrlo a través de las políticas sociales, de vivienda, de movilidad, atendiendo la población más vulnerable, que tiene que ver con mujeres, jóvenes y mayores. También tiene que ver mucho con niños, porque tenemos casi 197.000 niños en situación de pobreza en la Comunidad de Madrid. Yo no veo razonable que tengamos el 17,1% de niños en situación de pobreza, en Madrid, cuando en el resto de España esa cifra se rebaja hasta el 15,6. No lo entiendo, porque somos una comunidad rica. ¿Qué nos pasa? Estamos muy centrados en cosas muy importantes, como el turismo, los servicios, los grandes ejecutivos y funcionarios, pero el gran modelo económico de Madrid, siendo boyante en muchos aspectos, no es sostenible… ¡La industria en Madrid ha perdido casi 12.000 puestos de trabajo y casi un 11% de su producción! Pero supone el 0,1% del presupuesto regional. Intentaremos poner en marcha nuestro proyecto con el máximo acuerdo posible.

— Lo que usted sintetiza en 3 palabras, algunos de sus rivales lo resumen en una idea: Ángel Gabilondo nos quiere pegar un sablazo a los madrileños…

— Ya ve que es una síntesis muy singular de lo que yo defiendo. El 98% de los madrileños y madrileñas no tienen que pagar ni un euro más de lo que pagan ahora. Ya está hecho el esfuerzo. Otra cosa es que los impuestos de sucesiones y donaciones, ahora bonificados al 100%, estarán menos bonificados a partir de un millón y medio de euros. Con respecto al tramo autonómico del IRPF, yo creo que se puede añadir un nuevo tramo a partir de una renta de 150.000€ al año. ¡Pero hablo de subir un punto! Y eso afecta a unas 23.000 personas de Madrid, a los que creo que se les puede pedir un esfuerzo de solidaridad y de justicia. Y, son muy respetables, por supuesto, pero ni son tantos ni es tanto el esfuerzo que se les pide. Pero además también hablamos de bonificaciones a los autónomos, para incentivar a la economía… Hablo también de ayudar a los jóvenes para acceder a una vivienda, o a las familias monoparentales, que en su mayoría son mujeres solas con hijos a cargo, y darles un trato similar al de las familias numerosas. No estamos hablando de freír a impuestos a nadie. No entiendo la fiscalidad como un afán recaudatorio en exclusiva, sino también como un modo de dinamizar e incentivar la economía.

— Otro de los ataques que le ha lanzado, en este caso el candidato de Ciudadanos, es decir que hay que batir a Gabilondo para frenar a Pedro Sánchez en la Moncloa. No sé si le parece buen método, pero en todo caso ¿Destruye cualquier atisbo de llegar a acuerdos con C's?

— Eso de ir a por uno por vía indirecta lo entiendo regular. Me presento por el PSOE en Madrid. Soy leal al PSOE y al presidente del Gobierno y lo seré siempre, porque tengo un gran respeto institucional a quien sea presidente del Gobierno, otra cosa es que esté más o menos próximo. Pero, ¿qué tiene que ver esto con los problemas que queremos resolver en Madrid? Otra cosa es que no quieran llegar a un pacto conmigo. Empezaron diciendo que no querían nada conmigo, porque soy un extremista. Eso no ha tenido mucha credibilidad: cualquiera que me conozca no se lo cree. Pero ese afán por marcar distancias conmigo tiene más que ver con su estrategia –que yo respeto- pero que tiene más que ver con su interés por hacerse con el liderazgo de la derecha. Yo respeto sus estrategias, pero no soy yo quien les excluye. ¡Son ellos quienes me excluyen a mí! Y no digo esto para convencer al señor Aguado para que me vote. Me dirijo a aquellos ciudadanos que nos han votado en ocasiones y en otras no, piensan que hay que cambiar cosas en Madrid y que no ven con buenos ojos que el gobierno acabe en un acuerdo con VOX. Yo no excluyo a nadie, pero tengo dos límites: no acordaré nada con quienes planteen cosas fuera de la Constitución y de la legalidad y tampoco haré acuerdos para ratificar la situación existente, porque quiero cambiar el gobierno, la forma de gobernar, que a veces se ha utilizado a beneficio particular. Yo no hablo mucho de la corrupción, pero todo el mundo sabe lo que ha pasado en Madrid.

— Se declara leal al PSOE y al presidente del gobierno ¿Se considera usted “sanchista”?

— No me considero casi nada que acabe en “ista” o en “ismo”. Yo tengo voz propia y singular. Tengo suficiente edad para haberla conseguido. Pero digo que soy leal al presidente del gobierno y lo sería a cualquier presidente del gobierno de cualquier partido, porque yo me siento vinculado institucionalmente a la presidencia del gobierno de España. Ahora bien, me es más fácil si encima tengo una relación personal buena y una conexión de objetivos, principios y valores que puedo compartir. De hecho me puede parecer muy bien que en Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y Gobierno de España haya una sintonía de planteamientos y objetivos, pero de ahí no se deduce nada sobre mi competencia o incompetencia para presidir la Comunidad de Madrid.

— Si finalmente los ciudadanos deciden que la mayoría está del lado de la izquierda y que usted es el más votado ¿Se ve capaz de conseguir que reine la armonía entre sus hipotéticos socios de la izquierda?

— Siempre es muy difícil gobernar con otros.. incluso gobernar solo… Pero para gobernar con otros hay que tener una cultura del consenso, el acuerdo y el diálogo que a veces parece que nos falta. También hay que tener una enorme paciencia y capacidad de trabajo. Cada uno acreditará la suya. Yo acredito la que tengo y desde luego no vamos a limitarnos a coger el programa de quien sea, que ellos pongan los números pares y nosotros los impares. Tendríamos que acordar un programa de urgencias y prioridades. Yo me veo con las fuerzas, la capacidad y la convicción que precisan esos acuerdos en la Comunidad de Madrid. Lo que no voy a hacer es cambiar el pensamiento de otros. Pero los acuerdos no se hacen con quien piensan igual, sino con los diferentes. Y nosotros pensamos cosas diferentes a Mas Madrid o a Unidas Podemos. Yo me presento por el PSOE, no en coalición con nadie. Pido el voto para el PSOE y luego intentaré aunar criterios y objetivos. No soy una persona extremista. Si alguno viene con una propuesta extremista, la combatiré directamente, esté cerca o lejos ideológicamente.

— Unidas Podemos abomina de los donativos del magnate Amancio Ortega a la sanidad española ¿Está usted de acuerdo con esas donaciones?

Me parecen muy bien, no bien, sino muy bien. Y creo que engrandece a quien las hace. Dicho esto, creo que la sanidad pública no puede depender de esos donativos. No podemos hacer una financiación y un presupuesto dependiendo de esos donativos. Pero que personas singulares como Amancio Ortega entiendan que su aportación a lo público debe hacerse con un donativo, yo lo agradezco. Yo, que quiero que la financiación de esos servicios sea pública y que no dependa de lo que no es público, también agradezco esos donativos, especialmente cuando se hacen sin ser finalistas. En otros países se pone una placa para agradecerlo, incluso. Estoy totalmente en contra de la idea de que no se acepten esos donativos y agradezco que los haya.

— Hay una campaña en las redes en defensa de las donaciones de Amancio Ortega… ¿va a sumarse?

— No creo que haga falta que yo expresamente la suscriba, pero la voy a suscribir con hechos. Voy a mostrar que estoy a favor de eso. Tomo posición públicamente y la tomo a favor. Y creo que el señor Errejón ha defendido también la aceptación de esos donativos…

— Pese a los buenos augurios de las encuestas ¿teme que pueda volver a producirse un nuevo tamayazo en Madrid?

— No tengo miedo de ninguna manera. Con miedo no se puede estar en estos lugares. El miedo hace crecer lo temido. Creo que se dan otras circunstancias y que la ciudadanía es madura, que hay una cohesión y una pulsión social de cambio que no permitiría que algo así volviese a suceder. Madrid no lo permitiría.