“Con Rivera no”: los votantes le marcan el paso a Sánchez en Ferraz
Al filo de la media noche, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se subió a una plataforma instalada en la calle Ferraz para dar un discurso después de ganar las elecciones y obtener 123 diputados. Sin embargo, los ciudadanos que le esperaban para compartir su triunfo también tenían un mensaje para él: "Con Rivera no". Sin embargo, el líder socialista aseguró que no van a poner "cordones sanitarios", como sí hizo el líder de Ciudadanos. Aún así, se dio por enterado: "Ha quedado claro".
Durante la campaña electoral, Pedro Sánchez pidió que los españoles fueran a las urnas y que le dieran una "amplia mayoría" a los socialistas. Con una participación del 75,74%, el PSOE obtiene 123 escaños y desde mañana podrá negociar el gobierno a través del pacto, ya sea con Unidos Podemos, Compromís, PNV y los independentistas o con Ciudadanos. En cualquier caso, las negociaciones serán complejas. En el Senado, sin embargo, sí ha logrado la mayoría absoluta.
Aunque los allí presentes le dejaron bien claro la solución del dilema, Sánchez no quiso detenerse en los pactos poselectorales y trasladó tres mensajes en su discurso. Primero, reivindicó "la defensa que ha hecho el conjunto del país de la democracia" y después leyó su triunfo como una muestra de que se puede "ganar" al "autoritarismo". "Sí se puede", coreaban los presentes. Por último Sánchez afirmó que su victoria es una prueba de que los españoles "quieren claramente que el PSOE gobierne y lidere el país".
Aún así, sentó los primeros cimientos de las posteriores negociaciones, entre los que está el respeto a la Constitución y avanzar en justicia social y regeneración.
Ganar y gobernar
Los socialistas pasan de los 84 diputados que obtuvieron en la anterior legislatura a 123 actas. Han conseguido este 28 de abril algunas victorias significativas gracias a la fragmentación de las derechas, como ganar en la Comunidad de Madrid o Castilla y León. También son segunda fuerza en Catalunya con ERC a la cabeza. De todas las formaciones del arco parlamentario, el PSOE es el único gran partido que queda, al pasar del 28% del voto frente a un PP que se ha desplomado y no llega al 17%. El Senado también ha dado un vuelco a su favor.
El PSOE no ganaba unas elecciones desde hace once años, cuando José Luis Rodríguez Zapatero revalidó su estancia en Moncloa. Desde entonces, el partido ha caminado por una larga travesía de derrotas, cambios de liderazgo y heridas internas traumáticas hasta llegar a la moción de censura, que les colocó de nuevo en Moncloa.
De esta forma, Sánchez vuelve a hacer honor a su leyenda de ave fénix de la política. Perdió las elecciones de 2015 y 2016 y en 2019 tenía una oportunidad única para dibujarse como un ganador después de que todas las encuestas así lo pronosticaran. En sus mítines ha hecho muchos esfuerzos por recordar que en estos comicios una victoria no era sinónimo de poder formar un gobierno. “Si no gobernamos, no ganamos”, llegó a decir en su último mitin en Madrid ante el temor de que las urnas arrojasen unos resultados donde las tres derechas pudieran sumar y gobernar.
El PSOE diseñó una campaña electoral evitando riesgos y con la llamada a la movilización como mensaje principal, un objetivo para el que se ha ayudado del miedo a la alianza de las derechas y la ultraderecha. Los datos de participación que han salido a las 14 y las 18 horas hacían presagiar que la temida abstención reducía su margen.
En los próximos días se verán cómo fragua el PSOE sus alianzas. Y dentro de unos días, comenzará de nuevo otra campaña electoral que se verá condicionada por estos resultados, la de las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo.
Y sí con Otegi.
Sí con los que asesinaron a socialistas honestos.
Partido de mamarrachos… votado por indigentes mentales.
Bastó que saliera a la calle Arcadi Espada a pintar rojigualdas (también llamadas
«estanqueras») y quitar lazos amarillos para que la pareja que lidera esa formación
tan claramente neofascista, C’s Fachas, decidiera asimismo pasar a la acción contra
los lazos. Bastó que Arrimadas y Rivera hicieran lo que El Plural llama un posado
quitando lazos para que el mundo entero se tornara amarillo. Cristina Fallarás
acuñó el hashtag ##RiveraQuitameEste, convertido de inmediato en TT mundial. Están
histéricos. Andan provocando por donde pasan (dejándolo todo lleno de basura, por
cierto) para conseguir respuestas violentas y justificar así la represión que
pretenden. Como no las consiguen (ni las conseguirán), se las inventan. La única
violencia la traen ellos (y ellos se la llevan); las únicas agresiones son las
suyas, al extremo de que, a falta de gente a la que atacar, se zurran entre sí.
Es lógico: neofascistas, ultras de vox, agentes de policía de paisano (a veces con
banderas de la policía), delincuentes, nazis europeos y españoles, nostálgicos del
KKK, tabarnios y claque autobusera de bocata. Lo raro sería que no se liaran a
mamporros entre ellos mismos. A la m. con los Borbones ladrones, la Injusticia
española prevaricadora, títere de fascistas y corruptos, vergüenza de Europa y sus
«valientes» esbirros aporreadores de viejecitas y gente indefensa. Si me pegan, me
divorcio. Som República !!*!!