Sánchez apela a los indecisos y pide concentrar el voto en el PSOE
Quedan solo unas horas para que finalice la campaña electoral de las elecciones generales. Si se cuenta en mítines, la jornada se alarga un poco más para el PSOE. A Pedro Sánchez aún le queda pasar el viernes por Toledo y Madrid para poner el punto y final a la campaña en Valencia, donde cerrará con el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, que también se examina en las urnas. El candidato socialista ha aprovechado sus actos del jueves para pedir la concentración del voto en el PSOE: "Es importante decirle a los indecisos, a aquellos que están dudando entre Unidas Podemos y el PSOE, entre Ciudadanos o el PSOE o entre la abstención o el PSOE, que les necesitamos a todos el próximo domingo".
Catalunya es una plaza muy importante para el PSOE. En esta tierra y en Andalucía, el socialismo se juega mucho. En el acto organizado en Barcelona, le han acompañado también la candidata del PSC y ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, el vicepresidente primero de la Comisión Europea y candidato socialista a presidir la Comisión Europea, Frans Timmermans, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y el candidato socialista a la alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni.
Durante toda la campaña, Pedro Sánchez lo ha dejado claro: quiere que salga de las urnas una "mayoría amplia" que permita que el PSOE pueda gobernar en solitario buscando después apoyos parlamentarios para aprobar sus medidas más ambiciosas. El líder socialista ha gobernado durante estos meses con minoría en el Congreso, en el que contaba con solo 84 diputados. Bajo el argumento de que España necesita la "estabilidad" de la que ha carecido en los últimos años, Sánchez pide a los que aún no se han decidido que metan la papeleta socialista en la urna el próximo domingo.
Como argumentos para seducir a esa bolsa de votantes que dudan entre apoyar a los socialistas, a Ciudadanos, a Unidas Podemos o quedarse en la abstención, Sánchez alega que el PSOE es el "único partido que puede garantizar dos cosas: que España avance y que frene a la derecha y la ultraderecha en nuestro país".
"Estamos muy cerca"
La evolución de los eslóganes que se han impreso en los actos del PSOE durante las últimas semanas son un buen termómetro del ánimo del partido. En la precampaña dibujaron "la España que quieres", en campaña acuñaron el "haz que pase" y este jueves se podía leer un "estamos muy cerca" . Para movilizar voto, Sánchez ha abierto la caja de Pandora de la ultraderecha, citando en el mitin la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, la de Bolsonaro en Brasil, el "entuerto" del Brexit o el caso de Finlandia.
Para los socialistas es muy importante evitar un tono excesivamente triunfalista que haga que el electorado indeciso se confíe y se quede en casa el domingo, aunque nos siempre lo consiguen. "No es suficiente con ganar, hay que ganar y gobernar. Podemos ganar el 28 y el 29 amanecer con un gobierno de derechas con la ultraderecha", aseguraba el líder socialista.
En el lado catalán también se acumulaban los argumentos en contra de la reunión con Sanchez, desde los más razonables, recordando la anormalidad de sufrir la existencia de presos políticos, huelgas de hambre, exilio y etcétera, hasta los más maximalistas e iluminados. Lo cierto es que el independentismo tenía razón en exigir que se hablara de todo en la reunión, incluyendo la cuestión de los presos y el derecho a la autodeterminación, porque si hay temas tabúes, el diálogo se convierte en una trampa. La idea de que, en España, dos presidentes no puedan hablar de las cuestiones más acuciantes, es un concepto tan antipolítico como antidemocrático. Pero, en cambio, me parece un error plantearlo como un previo «casus belli», sin el cual no se hace el encuentro. Se vieron y cada cual llevó su maleta de causas y sus propuestas, y después explicitaron el desacuerdo. Por supuesto que el president Torra habló de los presos, de los exiliados, de la represión y del derecho democrático a votar nuestro destino. Y por supuesto que el presidente Sánchez lo escuchó, aunque no quería escucharlo. Hablar compromete tanto como escuchar, y ambos verbos, en realidad, no comprometen a nada, porque el compromiso está en los acuerdos, y no en las palabras. Justícia?…..Pues va a ser que no…. Injusticia española prevaricadora, títere de los fascistas y corruptos, vergüenza de Europa. Si me pegan, me divorcio. Som República !!*!!