Iratxe García: “España está siendo un ejemplo negativo de cómo gestionar la extrema derecha”

  • Entrevista a la número 2 del PSOE en las listas del Parlamento europeo.

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En tiempos de incertidumbre, una de las palabras que más utiliza Iratxe García (Barakaldo, 1974) durante la conversación es “evidentemente”. Durante los últimos meses, la número dos de la lista del PSOE al Parlamento Europeo ha repartido su agenda entre sus obligaciones de portavoz en la cámara, su labor como secretaria ejecutiva de la Unión Europea en Ferraz y las conferencias, charlas o entrevistas en las que intenta hacer pedagogía sobre la política comunitaria y rendir cuentas.

En una legislatura convulsa para la socialdemocracia europea, los socialistas españoles han aguantado en tirón y ahora incluso gobiernan. Esta vallisoletana de adopción es la voz de los socialistas españoles en la Eurocámara. Hace dos años se hizo viral una de las respuestas que le dio al eurodiputado polaco Korwin-Mikke,cuando aseguró que las mujeres son menos inteligentes: “Yo aquí vengo para defender a las mujeres europeas de hombres como usted”, le respondió García, representante de un país en el que el movimiento feminista exhibe músculo.

La semana comienza frenética para la política, que atiende a cuartopoder.es tras participar en un debate en la sede de Cambio 16. 30 minutos después, se irá corriendo a Ferraz. Ya se respira atmósfera de campaña electoral.

–¿Qué perspectivas tiene el PSOE para las próximas elecciones europeas?

Evidentemente, salimos a ganar. Salimos a ser el partido más votado, pero también a formar en el Parlamento Europeo un grupo con la fortaleza para poder liderar una mayoría capaz de hacer frente a todas las políticas que en estos momentos tenemos abiertas. Queremos conformar mayorías parlamentarias que basen sus políticas en el respeto a los valores fundamentales de la UE y en las que compartamos la necesidad de esa Europa fuerte que sea capaz de responder a los desafíos.

– Ha sido una legislatura difícil para la socialdemocracia, pero veo que usted es muy optimista, ¿ha acabado ya la sangría electoral que han sufrido los partidos socialdemócratas?

Sí, soy optimista porque creo que la crisis que ha sufrido la socialdemocracia es la crisis que ha sufrido el proyecto europeo. Compartimos gran parte de los valores que nos hacen ponernos a trabajar. Cuando Europa ha estado débil o enferma, la socialdemocracia ha estado débil o enferma. Fue la socialdemocraica la que lideró las grandes políticas europeas y ahora tenemos el reto de poder volver a hacer frente a esta situación. Hemos hecho un análisis, hemos sido capaces de entender en qué nos hemos equivocado. Tenemos la responsabilidad de ser un grupo con capacidad de entendernos con quienes no piensan con nosotros pero comparten los valores de la UE: justicia social, solidaridad, crecimiento en lo económico pero sin renunciar a la igualdad social... Creo que sí estamos preparados para conformar esas mayorías parlamentarias.

En comparación con sus homólogos europeos, el PSOE ha sido uno de los partidos que mejor ha aguantado el embiste de los nuevos partidos, ¿sus compañeros le preguntan cuál es el secreto?

"Cuando Europa ha estado débil o enferma, la socialdemocracia también lo ha estado"

Pedro Sánchez y el PSOE son un referente en el resto de la socialdemocracia europea. Sí, hemos puesto en marcha reflexiones sobre cómo hemos vuelto a conectar con esa mayoría social que ve en nosotros un instrumentos para cambiar las cosas. Por tanto, vamos a ver de qué manera somos capaces de influir en el resto de familia política para conseguir que los resultados sean mejores que los que hace unos meses se vaticinaban en torno a la socialdemocracia europea.

– Usted tiene un sillón privilegiado para observar lo que pasa en Europa. En España, ahora se habla mucho de la ultraderecha, pero usted lleva años conviviendo con sus representantes en el Parlamento Europeo, ¿qué ha visto?¿qué es la ultraderecha europea?

La ultraderecha es un peligro, para la Unión Europea y para nuestro país. La ultraderecha ha decidido que el proyecto europeo tiene que ser más débil y, además, va en contra de sus principios fundamentales, como la libertad, la justicia, la igualdad entre hombres y mujeres, la solidaridad con el diferente... Eso nos debe de hacer ver que necesitamos hacer frente, de una forma definida, a la ultraderecha. España está siendo un ejemplo desde lo negativo, desde el punto de vista de lo que tendría que hacerse, de cómo gestionar la extrema derecha. Entrar en coaliciones, como ha ocurrido en Andalucía con PP y Ciudadanos, blanquea a la extrema derecha y la incorpora a unas reglas del juego de forma que hacen peligrar la esencia del proyecto europeo.

– Usted en el Parlamento europeo ha vivido situaciones que en el Congreso español son aún impensables,  como que un eurodiputado polaco dijera que las mujeres tienen que cobrar menos porque son menos inteligentes que los hombres, ¿es lo que viene?

Me preocupa pensar que es lo que viene. El problema no es que un hombre diga en la cámara que las mujeres tenemos que cobrar menos por ser mujeres, el problema es que ese hombre está en el Parlamento Europeo por pensar así. Es lo que nos debe hacer reflexionar, ¿qué ha pasado para que en Europa haya fuerzas políticas con esos planteamientos ideológicos que son apoyados? Debemos pensar de qué manera hacerles frente. Blanquear a estos partidos, incorporarlos en coaliciones, hace peligrar la verdadera esencia del proyecto europeo y de sus principios fundamentales que para mí son intocables, como el de la igualdad de hombres y mujeres.

– En España, los partidos extremistas como Vox no cuestionan la pertenencia a la UE, ¿seguimos vacunados contra el euroescepticismo?

No plantean la estancia en la UE por la estrategia que está compartiendo con estos otros grupos políticos. La extrema derecha en la Unión Europa no plantea la desaparición, sino que quieren estar dentro para liderarla y desde dentro destruir los valores europeos esenciales. 

– ¿Vaciarla de contenido?

Vaciarla de contenido e ir a un modelo diseñado desde una posición de defensa de los ultranacionalismos de los países.

– Estos días estamos viendo el Brexit como quien asiste a un espectáculo, ¿cómo lo valora?

Es el síntoma de cómo se ha hecho uso de un debate que tenía muy poco que ver con la pertenencia al proyecto europeo y tenía más que ver con las amenazas que algunos han querido plantear que supone la UE. En el Brexit se habló mucho de inmigración y poco del proyecto europeo y se hizo desde una perceptiva que faltaba mucho a la realidad. El Brexit es el síntoma de un problema que tiene Europa y el resto del mundo de entender cómo la UE puede abordar los nuevos retos y desafíos de la globalización.

Una vez que ha ocurrido y que la ciudadanía británica votó y decidió salir de la UE, creo que todos somos responsables de que la salida sea menos traumática para todos. Para Reino Unido y también para Europa, que tiene que garantizar los derechos de la ciudadanía, ya sean españolas y españoles o británicos que están en España. Una vez que están garantizados esos derechos, ya podemos hablar de la libertad de mercancías y de otras cuestiones.

¿Vamos a tener una salida con acuerdo? Somos incapaces de decir lo que va a pasar a finales de esta semana con respecto al Brexit. Ocurra lo que ocurra, el Gobierno de España está preparado para poder hacer frente a esta situación con un plan de contingencia que ha aprobado y que creo que puede generar cierta seguridad y certidumbre en la situación. Nadie va a negar que genera preocupación.

– El presidente del Gobierno traza paralelismos entre lo que ha sucedido con el Brexit y el proceso catalán, ¿usted lo comparte?

Sin ninguna duda, es lo que está ocurriendo en Europa. Estos movimientos ultranacionalistas plantean ir rompiendo a pedazos un proyecto que tiene que ver con el entendimiento, el diálogo, la cooperación... Se comparte de raíz esa visión y están provocando grandes incertidumbres sobre la Unión Europa. España ha sido un claro ejemplo de país europeísta que ha entendido esta cooperación con el resto de territorios de la UE. El respeto al Estado de derecho es una cuestión fundamental en Europa y en España. Nuestro Gobierno va a trabajar decididamente por la defensa del Estado social y de derecho.

– Otro tema en el que España ha tenido un peso importante: Venezuela. Guaidó se autoproclamó presidente en enero, pero han pasado varios meses incluso desde el reconocimiento de la Unión Europea, ¿en qué situación se encuentran ese liderazgo en la UE respecto a este país?

"La respuesta de la UE en ningún caso debe pasar por una intervención militar en Venezuela"

– La UE y el grupo de contacto están intentando hacer su trabajo, buscando ese espacio de encuentro que derive en un objetivo que todos compartimos. Hay algo que es muy claro, la decisión sobre el futuro de Venezuela la tiene que tener el pueblo venezolano. Por tanto, cualquier solución en este sentido pasa por la celebración de elecciones libres, con todas las garantías democráticas. Y ese es el trabajo que está haciendo el grupo. Sé que la situación es difícil, la incertidumbre es cada vez mayor, pero tenemos que ser capaces de garantizar una respuesta común por parte de la UE que en ningún caso pase por una intervención militar. Desde el PSOE y el grupo socialista europeo lo hemos dejado muy claro: en ningún caso puede pasar por una intervención militar y solo tiene que tener la base del entendimiento y el diálogo para producir un proceso electoral con todas las garantías democráticas.

– Otro de los temas importantes de la legislatura, ¿se ha resuelto el debate de la migración en la UE o volverá a estallar en la siguiente crisis?

"Los inmigrantes no llegan a Italia, Grecia o España, sino a la Unión Europea"

No se ha resuelto. Necesitamos seguir trabajando para hacer entender a la mayoría de Europa y, sobre todo, a la mayoría de gobiernos nacionales que la inmigración es un reto compartido, que tiene que tener una respuesta comunitaria, de toda la Unión Europea. Los inmigrantes o asilados cuando llegan a nuestras fronteras no lo hacen a Italia, a Grecia o a España, lo hacen a la Unión Europea. Tenemos que ser capaces de gestionar esta realidad de manera solidaria entre todos los países. Ese reto a día de hoy está todavía encima de la mesa. Hemos sido conscientes de los errores que se han cometido por no entender la necesidad del principio de solidaridad. Espero que durante la próxima legislatura algunas reformas como la de Dublín puedan hacer frente con las políticas desde la izquierda y desde los progresistas europeas.

– ¿Usted cree que en cierta manera el éxito de Salvini tiene que ver con este fracaso?

El éxito de determinados discursos tienen como origen la mala gestión de determinadas políticas y, por lo tanto, necesitamos hacer una buena gestión de los flujos migratorios para que posiciones como la de Salvini no sean mayoritarias en el resto de la UE.

– La política de Donald Trump en Estados Unidos, el avance de China… ¿Está la UE cada vez más sola?

La UE está intentando resituarse en un espacio en el que no es fácil. Nos planteamos por un lado, la necesidad del desarrollo económico y, a la vez, ser competitivos con respecto a otros espacios de fuera de la UE. Además, esto tiene que ir acompañado de un sistema fuerte de bienestar social y de derechos  que también tiene que ser compatible con los objetivos de lucha contra el cambio climático. Todo esto nos hace tener una situación más compleja que otros. ¿Eso nos tiene que hacer renunciar a algunos objetivos? No, nos tenemos que hacer más fuerte en cada uno de ellos.

– Por último, volvamos a las elecciones europeas. Se están haciendo campañas para que los jóvenes acudan a las urnas, ¿hay una nueva generación que se ve menos implicada en la política en general y en la europea en particular?

"No podemos permitir que nuestras hijas tengan menos derechos que sus madres"

Hay una desafección a nivel general con la política, que afecta a toda la ciudadanía. Además si no tienes en las espaldas una mochila, un recuerdo de qué ha supuesto llegar a este momento, es más difícil reconocer y poner en valor la necesidad de participar en las elecciones. En ese sentido, yo creo que es importante que hagamos mucha pedagogía, que los jóvenes sean conscientes de la importancia que tiene un voto. A través del voto se cambia el mundo. En nuestro país y en Europa ha habido momentos donde no existía libertad y la ciudadanía no podía decidir. Necesitamos hacer un trabajo más intenso de reconocimiento de lo que hemos trabajado para llegar a este momento.

La democracia y Europa evidentemente no son dos modelos perfectos, pero son los mejores modelos para los que nos hemos dotado de respeto, de libertad y de hacer valer esos valores. Hay que entender también que las conquistas sociales debemos cuidarlas día a día. Nunca están garantizadas. Lo estamos viendo, en nuestro país y en otros de la UE. Como por ejemplo, la cuestión del aborto. No podemos permitir que nuestras hijas tengan menos derechos que sus madres. Eso a día de hoy puede ocurrir.

 

1 Comment
  1. ninja45 says

    Todo lo nuevo es muy viejo, pero hay vetusteces que hielan el alma y, sin embargo, ahí están, volviendo a vender su oscuridad como si fueran una solución luminosa. En realidad, se trata del fascismo de siempre, que hoy goza de un revival en todo Occidente, transformado en partidos algo más peinados y mucho más camuflados. Pero incluso entre aquellos que se sitúan en la derecha extrema, sin caer en la extrema derecha, la influencia de estas ideas de los fascistas del siglo XXI son tan evidentes como muy preocupantes. Y en el caso español, es indiscutible que el resurgimiento de un virulento nacionalismo español se vincula directamente a estos conceptos maximalistas e intolerantes. “Todo lo que es nacional es nuestro”, cuya música recuerda poderosamente a las expresiones de doña Cayetana Alvarez de Toledo respecto a Catalunya, o las bravatas de maese Abascal. Y, sin duda, todo el ideario de C’s Fachas, en sus múltiples griteríos. El nacionalismo que no surge de una necesidad de defensa de identidades y culturas en peligro, sino que se fundamenta en la fuerza y el poder de un Estado de Desecho, siempre tiende a destruir lo que pisa, y, desde luego, nunca es amable, ni en los tiempos de Franco, ni en los de la actual Reconquista española. Si abundamos en las comparaciones con el resto de sus ideas, como el concepto de la decadencia de las sociedades de mezcla, o el reforzamiento de la familia, como base para el imperio, o la inquina por el nuevo papel de la mujer, la cosa aún se pone más inquietante. A la m. con los Borbones ladrones, la Injusticia española prevaricadora, títere de fascistas y corruptos, vergüenza de Europa y sus «valientes» esbirros aporreadores de viejecitas y gente indefensa. Si me pegan, me divorcio. Som República !!*!!

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