Sánchez quiere darle más recorrido a los ministros de su actual Ejecutivo

  • Pedro Sánchez apuesta por un Gobierno monocolor y descarta la coalición con Ciudadanos o Podemos

2

Si las urnas se lo permiten, Pedro Sánchez quiere dar continuidad a los miembros de su actual Gobierno. Así lo aseguran tanto en su entorno monclovita como en el de Ferraz o el Grupo Parlamentario. El presidente pretende darles “más recorrido” porque considera que los nueve meses que han estado en ejercicio les han permitido rodarse pero no demostrar todo lo que pueden dar de sí todavía. Además, considera que esas tres cuartas partes del año que han estado en ejercicio les han permitido a los supervivientes superar el feroz bautizo de fuego a los que les ha sometido la oposición cuestionando sus vidas personales, profesionales y políticas. Por eso, el Ejecutivo, aseguran en privado algunos miembros del Consejo de Ministros actual y de la dirección socialista, “va a ser muy parecido en el futuro”.

Salvo el posible cambio de carteras y algunas modificaciones obligadas como la de Josep Borrell, que encabeza la lista socialista al Parlamento Europeo, Pedro Sánchez considera que un Gobierno monocolor con apoyos parlamentarios exteriores debe articularse en el mismo equipo con el que ha contado hasta ahora porque cumple sus mejores expectativas. Es decir –y así lo reconocen algunas ministras y cargos parlamentarios consultados por este cronista-, no deja de ser un Gobierno de su confianza plena. Un Ejecutivo sin cuotas territoriales ni “aparatistas”. Y que no responde a ningún tipo de sensibilidades políticas internas. Es un Gabinete de “sanchistas” más que del PSOE.

En definitiva, el ideal para el líder. La consumación de la vieja teoría que ni siquiera Felipe González consiguió culminar por culpa de Alfonso Guerra y de la herencia histórica del poder de la militancia en el PSOE que, irónicamente, le llevó a la secretaría general en contra de los burócratas liderados por Susana Díaz. Un modelo que relega la organización a un segundo plano y la convierte, al modo norteamericano de hacer política, en un aparato que sólo se activa de cara a las elecciones y en el que la militancia se ve forzada a delegar la acción  política en el equipo de gobierno presidencial. Un equipo al que el Grupo Parlamentario debe apoyar sin cuestionar sus objetivos o intenciones últimas.

De modo que si, como apuntan las encuestas, puede gobernar en solitario con apoyos externos, que pueden ser tanto de Ciudadanos, como de Podemos o los independentistas (singularmente ERC porque considera que Carles Puigdemont, por interés personal y organizativo, seguirá apostando por la inestabilidad, sin buscar soluciones posibilistas a la crisis catalana), optará por seguir en La Moncloa como hasta ahora. Solo que con la fuerza política y moral que le puede dar ser el único líder de un partido que supere con creces el centenar de escaños (más de 120 según la media de todas las encuestas).

Para ello, sólo tendría que superar una investidura en la que posiblemente pueda optar entre escoger el apoyo de Ciudadanos, por una parte, o el de Podemos y los soberanistas que engloban a ERC y PNV, e incluso el de un Sortu liderado por Arnaldo Otegi que quiere ejercer su pequeña influencia en Madrid, especialmente si consigue tres escaños y hace innecesarios para la investidura los seis a los que podría quedar limitado Puigdemont. Una frase de una destacada miembro del Consejo de Ministros resume bien la filosofía que ampara la estrategia socialista de cara a la solución del problema catalán y contar con su apoyo para la investidura sin más ataduras que la de abrir una mesa que negocie el inmediato futuro de esa nacionalidad constitucional: “Tenemos que trabajar para que los independentistas catalanes se parezcan al PNV”.

De ahí que el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, huya de hablar sobre un gobierno de coalición tras el 28-A. Pedro Sánchez piensa en ello sólo en la hipótesis de que los resultados le obliguen. Especialmente a incluir ministros de Podemos. Porque sigue asumiendo la presión internacional que ha primado en el PSOE durante todos los años de la democracia surgida de la Constitución de 1978. Es decir, se puede gobernar con los herederos de los comunistas  (antes eran el PCE e Izquierda Unida) sólo en Comunidades Autónomas y ayuntamientos, pero no en Gobiernos estatales. En ese punto, como los alemanes, piensa que hay que apostar por los cimientos del sistema capitalista europeo y apoyarse en los “liberales” o, en situación extrema, incluso los presuntamente “desideologizados” verdes, una hipótesis –ésta última- lejana a la situación española.

Es decir, que llevar a La Moncloa de socios a Podemos es como lo de la famosa frase de “los experimentos con gaseosa” en la aceptación real de la anécdota de Eugenio D´Ors, quien no se refería al champán sino al camarero novato que lo llevaba y acabó tirándolo de la bandeja. Por eso el “número dos” de Pedro Sánchez apuesta por fórmulas de “colaboración” con Podemos pero no tiene “claro” que deban pasar por la entrada de los “podemitas” en el gobierno y, aunque no considera negativa la fórmula del gobierno de coalición, prefiere evitarla. Simplemente, dijo a la SER, “no nos lo planteamos”.

En ese punto, sin embargo, las pretensiones de Pablo Iglesias son claras. Y, como ya no media sorpasso posible, como en 2016, apuesta en serio por la estrategia de la hormiga, que no de la termita. Quiere que Podemos, si resulta imprescindible, entre en el Ejecutivo “para cambiar las cosas desde dentro”. Trabajando con humildad, dicen los suyos.

2 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    Vamos a ver Raimundo. Eso de querer dar continuidad a los miembros de su actual equipo de Gobierno; porque, nueve meses no son nada… ¡ Amigo, vienen rodados de otros gobiernos y hace años !. Querer repetir, puede ser que no hubiese independientes blanqueados y deben de agarrarse a lo que hay: Robles, Borrell, Calvo,Soraya. R… ¡ Por favor no se pueden mezclar intenciones, con soluciones, no !. Las encuestas, son eso: Formas y cálculos para desviar votos y propiciar estados de ánimo; la gente no es tonta, aunque lo parezca. Este PsoE metió el 80 % del ideario de FAES, cuando firmó con C´S… ¿ que nos pudo solucionar ese 1 % ?, cuando Podemos ha sido mejor contrapeso y más transparente en echar al PP. Los números daban y se demostró. Así que las intencionadas encuestas, marcan el deseo de quienes las manejan, ni más ni menos; las personas de progreso no necesitan caudillos, sino verdaderos defensores de libertades públicas, de igualdades de género y en oportunidades de conciliación democrática, plasmadas en cambios Constitucionales… ¡ Refrendados por el Pueblo, no a escondidas hasta del mismo Parlamento !. Estos caballeretes, tienen una mochila amplia y variada, pasaron hace años del socialismo y han terminado por meter a C´S en el gobierno de Andalucía… ¡ Ah, que es con Podemos con quien la militancia no quiere saber nada !. Demasiados periodistas apesebrados, apuntalan lo que queda del régimen… ¡ Estás nominado Raimundo !. https://uploads.disquscdn.com/images/f856e8310247879cd3caf3dc1a03b7e17b347ca1dfcaeeb19115d7556dfe917d.jpg

  2. ninja45 says

    El sindrome de una incomprensión endémica hacia Cataluña y los catalanes, es la
    que sufre, según todos los indicios, buena parte de la sociedad española, casi
    todos los políticos españoles y el líder socialista, cuya incapacidad para
    entender lo que pasa aquí quedó retratado en sus últimos discursos. Como se
    puede admitir a Cataluña como nación y al mismo tiempo negarle la oportunidad
    de expresarse en las urnas?. Es cierto que el discurso de Pedro Sanchez no
    varía mucho del de sus antecesores, cuya constante en no entendernos los ha
    llevado a los resultados actuales: De ser centrales en el Principado a ser
    apéndices. Pero incluso siendo lo previsible y, desgraciadamente, lo tradicional,
    aún nos sorprende que un líder nuevo, con vocación de regenerar España, sea tan
    antiguo, tan reaccionario y tan ignorante sobre nuestra realidad. Ya no se trata
    solamente de reducir un movimiento ciudadano de millones de personas a una
    contingencia de pura convivencia, sino de no tener proyecto, ni ideas, ni nada
    que ofrecer más allá de la retahíla de la represión legal. No entender que en
    Cataluña se ha producido una rebelión profunda de las clases medias, de la gente
    que paga sus impuestos, va al trabajo, abre la tienda y, sobre todo, no es
    amante del estropicio, es no conocer ni tan sólo el abecé de nuestra compleja
    idiosincrasia. A la m. con los Borbones ladrones, una Injusticia española
    prevaricadora, títere de fascistas y corruptos, vergüenza de Europa y sus
    «valientes» esbirros aporreadores de viejecitas y gente indefensa. Si me pegan,
    me divorcio. Som República !!*!!

Leave A Reply