El PSOE usa el Gobierno como altavoz para decir que Susana Díaz está “legitimada”
La ministra portavoz de Gobierno, Isabel Celaá, ha comenzado la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros hablando del aniversario de la Constitución y los resultados de las pasadas elecciones andaluzas. Desde Moncloa, recordaba que el PSOE de Andalucía ha sido el claro vencedor de las elecciones y que, por tanto, Susana Díaz, está "legitimada" para "defender su candidatura".
En línea con lo expresado por Ferraz durante la semana, la ministra ha reconocido el asombro causado por el resultado de Vox para insistir después en que "la sorpresa sería a un mayor si partidos como Ciudadanos o PP buscaran su apoyo para presidir la Junta" de Andalucía.
La encargada de dar cuenta sobre lo acordado en el Consejo de Ministros cree que los socialistas tienen "responsabilidad para evitar que Andalucía se convierta en la cuna de la ultraderecha".
De hecho, la ministra también ha aprovechado para atacar las estrategias de los rivales electorales del PSOE de Andalucía. Le resulta "difícil de entender" que la segunda formación y la tercera se "arroguen" el derecho a presidir San Telmo. Como alternativa, Celáa propone un gobierno "constitucionalista" para evitar "un retroceso" en términos de políticas sociales y libertades.
Señora Celaá, legitimados están todos los partidos que obtuvieron representación. Dado esto, no es cosa de legitimidad o no, sino de reunir el número necesario de apoyos de los representantes en el Parlamento. Y dudo mucho que la Sultana los consiga.
Respuesta al título del artículo: Igual que el delincuente Rajoy usó cuantas veces quiso el ‘Air Force One’ para asistir a mítines y a convenciones de su ‘organización criminal’ (PP).
Hablemos por ejemplo, del último escándalo bajo el insigne mandato de Susana Díaz: el de las tarjetas black de la Junta, que habrían costeado juergas en cinco prostíbulos de directivos de la Fundación Faffe, una organización dedicada a la formación de parados… Cabe recordar que el imprevisto adelanto electoral frenó en seco los trabajos de la comisión parlamentaria que debía investigar esas alegrías horizontales con dinero público. Pero nada de todo esto tiene ninguna importancia, porque la única campaña para la Junta de Andalucía que debería haber hecho esa prócer del progresismo andaluz es una campaña cavernaria contra los anhelos catalanes, y así, dotada del manto anticatalán, antiindependentista y “viva España”, habría triunfado entre sus votantes. ¡Para qué hablar de Andalucía, si podía hablar de Catalunya! Y así, sin complejos, la sultana acepta que la política sea un charco de miserias demagógicas que buscan chivos expiatorios para no hablar de lo importante. A la m. con la Injusticia española prevaricadora, títere de los fascistas y corruptos. Si me pegan, me divorcio. Som República !!*!!