Los viajes de Sánchez en el Falcon presidencial seguirán siendo secretos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho uso en los últimos meses del avión presidencial, el Falcon oficial y cuyos usos han provocado una hilera de críticas por parte de varios sectores políticos. La primera polémica en torno al Falcon surgió en el mes de julio, al tiempo que en Castellón se desarrollaba el Festival Internacional de Benicàssim.
El viaje programado por el presidente del Gobierno contenía una visita a Ximo Puig, presidente valenciano, con quien mantuvo una reunión de 45 minutos. Y en el turno de noche, Pedro Sánchez acudió al FIB acompañado de su mujer Begoña Gómez, a disfrutar de un concierto de uno de sus grupos favoritos, The Killers, cabeza de cartel del festival de Benicàssim.
Las críticas vinieron sobre todo por parte de PP y Ciudadanos, quienes tachaban de "excesivo" el uso de un avión para acudir a un evento recreativo. Por su parte, Carmen Calvo, defendía que el presidente hubiera echado mano del avión presidencial para moverse hasta el FIB: "Tuvo agenda de cultura", afirmó la portavoz socialista.
Tanto Partido Popular como Ciudadanos registraron una batería de preguntas sobre el uso y coste del Falcon oficial. Una de las preguntas, registrada por la diputada del PP Beatriz Escudero, buscaba conocer el número de desplazamientos que el presidente del Gobierno ha realizado en su Falcon.
La respuesta por parte del Gobierno ha sido tajante: esa información relativa al uso del avión presidencial tiene carácter de secreto. "Los informes sobre movimientos de aeronaves militares, como los planes de protección de autoridades y pasajeros sometidas a la misma y, en concreto, los informes y datos estadísticos sobre movimientos de fuerzas, buques o aeronaves militares, tienen la consideración de materia clasificada", reza la respuesta.
Choque contra la transparencia
La respuesta parlamentaria hace referencia a una Resolución dictada por el Consejo de la Transparencia tras una denuncia de un ciudadano que solicitó información sobre el número e identidad de políticos, diplomáticos y familiares que utilizaban los aviones del Grupo 45, la unidad militar dedicada al traslado de autoridades y dotada con dos Airbus 310 (el Air Force One español) y cinco Falcon 900 (similares a los jets privados).
Esta Resolución, que el Gobierno argumenta como favorable para sí, sí que admite que el conocimiento de la identidad puede entrar en conflicto con la protección de datos, pero otorga al ciudadano el derecho a conocer la información relativa y obliga, es ese caso, al Ministerio de Defensa, a responder a las demandas del ciudadano. Sin embargo, el Consejo de la Transparencia sí que blinda como secretos los viajes del presidente del Gobierno, un blindaje que viene del mandato de Mariano Rajoy. El secretismo se amplía incluso a los viajes del presidente en el avión oficial acompañado de periodistas. Ese cerrojo también se mantiene en el mandato de Sánchez.
Los viajes oficiales en avión
El Portal de Transparencia obligó al Ejército a entregar un listado exhaustivo de viajes oficiales realizados en estas naves a El País. Esa lista contenía más de 200 vuelos realizados en tres años por ministros de Rajoy y sus acompañantes, cónyuges o hijos en la mayoría de los casos.
Entre ellos, los realizados por María Dolores de Cospedal, Alfonso Dastis, o el del exministro de Justicia, Rafael Catalá, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, quienes acudieron con sus cónyuges a la toma de posesión del cardenal Carlos Osoro, en Roma.