El desembarco de líderes nacionales en Andalucía incomoda a todos los partidos
- Es un secreto a voces que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sigue manteniendo su enemistad manifiesta con el presidente del gobierno, Pedro Sánchez
- El ferviente apoyo de Moreno a Soraya Sáenz de Santamaría en su pugna por la presidencia del partido contra Casado también sitúa a ambos en una posición incómoda
Las elecciones andaluzas son, con diferencia, los comicios que más incomodan a los líderes nacionales, en su relación con sus respectivos candidatos en Andalucía. No se entendería una campaña andaluza sin la visita de los líderes nacionales, pero el desembarco que estos van a realizar (presumiblemente mucho mayor en los partidos de derechas que en los de izquierdas) supone un esfuerzo enorme por escenificar una sintonía que, en realidad, es inexistente o exigua entre la dirección nacional y la territorial andaluza. Y eso ocurre, sin excepción, en las cuatro formaciones con representación en el Parlamento andaluz.
Es un secreto a voces que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sigue manteniendo su enemistad manifiesta con el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. De hecho, miembros de la actual cúpula del PSOE aseguraron hace unos días a cuartopoder.es (antes de que Rivera diera por roto el acuerdo con Susana Díaz) que Sánchez hará el o los actos de campaña que pueda, una vez convocados los comicios. “Lo hará en función de su agenda, porque es obvio que él no tiene que pedir permiso a nadie para ir a un mitin del PSOE”. Otros dirigentes socialistas, sin embargo, aseguran que “los compañeros andaluces quieren, ante todo, sacar el mejor resultado y todos sabemos que la presencia del presidente del gobierno, suma. Otra cosa es que no puede hacer una campaña como la que otros líderes, en la oposición, harán, porque él tiene su agenda de presidente por delante…”
En el PP, y pese a que su líder, Pablo Casado, asegura que tiene una excelente relación personal con el candidato andaluz, Juan Manuel Moreno, el ferviente apoyo de Moreno a Soraya Sáenz de Santamaría en su pugna por la presidencia del partido contra Casado también sitúa a ambos en una posición incómoda. Fuentes del entorno de Casado afirman que el líder nacional va a tener una “implicación absoluta” en la campaña andaluza y que “si es posible, procuraremos hacer una campaña paralela, para apoyar a Juanma”. El objetivo del entorno de Casado es abandonar la pugna interna y obtener un buen resultado, por delante de Ciudadanos, en las que serán las primeras elecciones a las que comparece como líder nacional.
Si en el PP hay incomodidad, en Podemos hay diferencias manifiestas entre la candidata anticapitalista, Teresa Rodríguez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que se airearon y se midieron con el voto de los militantes andaluces recientemente, con una aplastante victoria a favor de la líder andaluza. Sin embargo, Pablo Iglesias y Pablo Echenique no tienen más remedio que ir a Andalucía a pedir el voto para su “marca” y tratar de buscar un resultado que le dé mayor relevancia a Podemos en Andalucía y en el resto de España, porque un buen resultado, calculan algunos de los miembros de su cúpula dirigente, revertiría “en beneficio de la intención de voto de Podemos en el ámbito nacional, independientemente de otras lecturas de consumo interno que se puedan hacer”.
Por último, Ciudadanos es el partido en el que, aparentemente, hay más sintonía entre la cúpula nacional y sus líderes territoriales. Sin embargo, a nadie se le oculta que el candidato andaluz, Juan Marín, no es precisamente santo de la devoción de la dirección nacional; que Marín precipitó la convocatoria de unas elecciones primarias que ganó y le convirtieron en candidato cuando había una serie de rumores desatados sobre la intención de Rivera y los suyos de buscar a otro candidato, independiente tal vez, y con más pegada electoral y menos sintonía con el PSOE. En Ciudadanos, Marín será el candidato, pero la voz cantante de la campaña la llevará el propio Albert Rivera, quien, de entrada, fue personalmente a Andalucía a anunciar el ultimátum dado a Susana Díaz, a la que acusan de incumplir el acuerdo que le dio el apoyo para gobernar.
Andalucía –lo sabe Rivera- es una gran ocasión para acometer el sorpasso al PP fuera de Cataluña, lo que supondría una inyección para C´s, que anda algo alicaído en las encuestas, tras la llegada de Sánchez al poder y de Casado a la presidencia del PP.