MEDIO AMBIENTE / 2017, el año más caluroso desde 1965; los ecologistas denuncian la ausencia de medidas
Las secuelas del cambio climático dibujan un panorama desolador para 2018
La temperatura global aumenta y España no es una excepción, aunque sí que es un territorio especialmente vulnerable. Como cada año, la Agencia Estatal de Metereología (AEMET) ha publicado su resumen del estado climático. 2017 ha sido el más caluroso registrado desde 1965, con una media de 1,1º C superior al valor medio anual entre 1981 y 2010. No obstante, los récords ya se habían batido en 2011, 2014 y 2015. “Los anteriores valores más altos también eran de este quinquenio, ni siquiera de este siglo. Los datos son solo de España, pero en el planeta estamos igual: los gases de efecto invernadero están aumentando la temperatura muy rápidamente”, explican a cuartopoder.es fuentes de la AEMET.
Ha sido el año más caluroso, pero también el segundo año más seco desde que se tienen registros. La combinación de ambos factores provoca alarma en las organizaciones ecologistas, que denuncian que este 2017 también ha sido un año de parálisis a la hora de tomar medidas para combatir el cambio climático por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. “Si analizamos los datos de las emisiones, España las ha aumentado exponencialmente, tanto que en torno a 2007 llega a tener casi un 50% más que en el año 1990. Solo la crisis económica consiguió reducir las cifras. Ahora que nos estamos recuperando económicamente --en términos macroeconómicos--, España sigue aumentando exponencialmente sus emisiones”, explica el responsable de cambio climático de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz. (El año pasado se redujeron las emisiones, pero hubo truco: véase aquí).
La ciencia del calor y la sequía, ¿consecuencias del cambio climático?
Los datos de 2017 de la agencia meteorológica estatal no hacen más que corroborar las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático –la organización internacional IPCC, por sus siglas en inglés--. El incremento de las temperaturas a nivel global es una consecuencia del cambio climático, pero no es la única. “Hay una ola de frío en EEUU y nadie la relaciona con el cambio climático, pero éste no es solo calor, tiene que ver con los sucesos extremos como inundaciones. El hecho de que haya gases de efecto invernadero hace que el sistema climático tenga un exceso de energía y ésta se puede liberar suavemente o a golpes”, indican las fuentes expertas consultadas.
Por otro lado, es más complejo determinar si el periodo de sequía que atravesamos en España está relacionado con el cambio climático. “El Mediterráneo es una zona donde hay una enorme variabilidad. Se pasa de estados secos a estados muy húmedos de manera natural”, apuntan estas mismas fuentes. Sin embargo, es verdad que 2017 ha sido el segundo año más seco desde que se tienen registros --una precipitación media un 27% menor que el promedio entre 1981 y 2010-- y, además, se ha superado la precipitación máxima en un solo día en Logroño, Cuenca y Ceuta, explican desde la AEMET. Esto concuerda con las previsiones del IPCC, que vaticinan cada vez menos días de lluvia, pero con episodios de precipitaciones más intensos.
Los ecologistas arremeten contra el Gobierno de Rajoy
“La diferencia en el informe de la AEMET de este año es que hay cada vez evidencias más claras de cambio climático. 2015 rompió récords y 2017 los vuelve a romper. En la Península Ibérica somos muy vulnerables y España es uno de los países que no está emprendiendo ninguna medida”, explica el portavoz de Ecologistas en Acción. Rajoy indicó el pasado mes de diciembre en la Cumbre del Clima que el Ejecutivo está elaborando una Ley de Cambio Climático y Transición Energética “que sentará las bases para una transición ordenada, eficiente y con poco coste para los consumidores”, pero se desconocen los detalles.
Para Ecologistas en Acción el Gobierno no da muestras de querer realizar un cambio de modelo. Denuncian “la soledad” del ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, en su defensa cerrada de un sector altamente contaminante, como es el carbón. “España y Polonia son los únicos países europeos que están manteniendo la necesidad de seguir financiando el carbón más allá de 2018”, denuncia Andaluz.
La organización recuerda otros aspectos que dan muestra de la “errada” política energética del Gobierno español, como es el almacenamiento de gas en Doñana. Un informe del Instituto Geológico y Minero de España, con fecha del pasado mes de diciembre y adelantado por eldiario.es, advierte de que uno de los almacenes subterráneos tiene “un mayor riesgo de inundación del inicialmente admitido por Gas Natural". Ecologistas en Acción también arremete contra Nadal, que pretende ampliar la vida de las centrales nucleares, una vez que expire se actual periodo de explotación.
El Gobierno defiende que cumple con los compromisos internacionales en materia de emisión de gases, pero eso no significa que las haya reducido. El objetivo que la UE marca a los estados miembros es que no superen la cifra de emisión que alcanzaron en 2005, pero en España en este año nos encontrábamos en plena burbuja inmobiliaria y las emisiones eran muy elevadas. “En comparación con España, otros países que entraron en el Protocolo de Kyoto están experimentando reducción de emisiones de efecto invernadero claras”, explica Andaluz. En su opinión, el Gobierno tampoco realiza ningún “esfuerzo comunicativo” con la población en territorios como Valencia o Murcia, donde cada vez las comunidades de agricultores y regantes se verán más afectados por carecer de un recurso fundamental para ellos como es el agua. “Al contrario, el Gobierno sigue reconociendo más hectáreas de regadío”, critica.
El cambio climático nos lo estamos tomando a broma y es un problema muy serio. Para pararlo o, por lo menos, ir frenándolo es indispensable que se cambie de política energética. Hay que ir cerrando centrales nucleares y desechar completamente el carbón como fuente de energía. Hay que apostar por las energías renovables e incentivar los productos locales, sobre todo alimentos, frente a los que se importan desde fuera. El transporte internacional de alimentos es algo de lo que más contamina. Es muy ridículo porque nuestras verduras/frutas acaban en Alemania y nosotros nos comemos las de Marruecos. Es decir, importamos aquello que ya tenemos. Patético.