ZAIDA CANTERA Entrevista con la nueva portavoz socialista de Defensa en el Congreso
«Militares y policías debemos defender y servir al ciudadano, no morir por la patria»
La claridad con la que habla la diputada socialista Zaida Cantera (Madrid, 1977) la delata: a pesar de llevar desde 2015 en las listas del PSOE, aún no posee el discurso enmarañado de la clase política y sí la llaneza de haber sido militar. A veces, esta cualidad ha desembocado en polémica. La última, hace unas semamas en los pasillos del Congreso, cuando pidió a los miembros del PP que “dejen de hacer el sinvergüenza, de robar y de levantar el brazo cara al sol".
No callarse le ha llevado, sin embargo, a vencer en las batallas más importantes, desde ganar una denuncia en el Tribunal Militar por acoso cuando era capitana del Ejército de Tierra, hasta ser una de las más fieles defensoras del secretario general, Pedro Sánchez, desde su desalojo del cargo, hasta las primarias del PSOE que finalmente ganó. Antes, había sido una de las diputadas que defendió el ‘no’ a la investidura a Rajoy: “Disciplina no es servilismo”, aclara.
Ahora se estrena como portavoz socialista en la Comisión de Defensa y está presente en otras tres (Interior, Exteriores, Igualdad). Charla con cuartopoder en su despacho en el Congreso.
— Hay algunos que piensan que las nuevas portavocías como la suya son un premio a la fidelidad de los ‘sanchistas’ y un castigo a los ‘susanistas’.
-- Yo les recordaría que a mí me quitaron la viceportavocía de la comisión de Defensa hace unos meses. Fue a través de un portavoz de la Gestora y me enteré por la prensa, alegando “falta de confianza” y de capacidad. Después de 20 años trabajando en el ámbito de la Defensa y con mi currículum, eso no lo tolero. Ahora le podemos dar la vuelta. Si viene alguien y me pregunta si tengo capacidad para este puesto, le invito a que vea mi currículum.
— Viniendo de una institución como el Ejército, cuya misión es defender la Nación española, ¿el concepto de plurinacionalidad que ha propuesto el PSOE le generó alguna duda?
— Ninguna. Las personas que quieren generar dudas al respecto es porque han leído poco o que no han entendido nada de lo que han leído. No es un concepto nuevo ni que se haya inventado Pedro Sánchez. En la Constitución se refiere claramente a nacionalidades y regiones. Uno de los padres de la Carta Magna, Gregorio Peces-Barba, hablaba de la plurinacionalidad con una única soberanía popular: la del pueblo español. Vamos al diccionario. La primera acepción es “conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno”, es decir, España. La tercera se refiere a “conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común”, ¿no lo son los catalanes? ¿y los vascos? ¿y los gallegos? Sí, algunos confunden los conceptos de estado, país, patria y nación y creen que todo es lo mismo.
— ¿Es un debate interesado?
— Claro que sí. Ya estaba en el propio seno del PSOE y lo digo para algunos compañeros del partido también. El propio Felipe González ya hablaba de esto.
— Ha sido recientemente nombrada como portavoz de Defensa, ¿cuáles son las áreas prioritarias en las que va a trabajar tras su reciente nombramiento como portavoz de Defensa?
"Hay que equilibrar el presupuesto de las Fuerzas Armadas en favor del personal"
— La más prioritaria es una en la que ya estamos trabajando. Tenemos una subcomisión de Defensa para intentar solventar la problemática de los militares de carácter temporal. A los 45 años se les finaliza el compromiso con las Fuerzas Armadas y tienen que irse al paro y cobrando 600 euros. Además, son personas con formación a los que no se les reconoce las titulaciones por el ministerio de Educación. Por ejemplo, si una persona ha sido mecánico durante 20 años, tiene una especialidad y una capacidad muy superior a la que tienen los mecánicos en la vida civil, pero sale sin ningún papel que reconozcan esa formación profesional. Se da la paradoja de que el Ejército firma acuerdos para que los alumnos de FP vengan a unidades de las Fuerzas Armadas a hacer sus prácticas. El Ejército les emite un certificado que no puede emitir a sus propios militares.
También creo que hay que invertir las prioridades dentro de las Fuerzas Armadas. Sin que se pierda la operatividad en sus misiones, habría que equilibrar la balanza del presupuesto en favor del personal. Hay que gastar más en material de equipo o instalaciones. En definitiva, mejorar un poco las condiciones laborales de nuestro personal.
— ¿Y qué otras estrategias hay a poner en marcha?
— Creo que es fundamental aumentar la cultura de Defensa. Es decir, la concepción que tiene parte de la sociedad española de que el gasto en Defensa es un gasto en armamento. Esto no es cierto. Es un gasto también en su personal. No podemos decir que no queremos gastar en Defensa y cuando se nos incendia un bosque, pedir que la Unidad Militar de Emergencias esté ahí. Esto requiere un presupuesto en formación, equipamiento y comunicaciones para que puedan desempeñar bien su servicio.
En general hay que mejorar la percepción que tiene la sociedad de nuestras Fuerzas Armadas. No son los militares de los 80, no tienen nada que ver. La mayoría de personal de nuestros contingentes son hombres y mujeres nacidos en democracia y con respeto por las libertades.
— Supongo que el Ejército se percibe como algo amenazante por la propia historia reciente de España…
"Del ejército franquista solo quedan pequeños reductos, que desaparecerán"
— Claro y es normal. Es el contexto histórico que ha rodeado a nuestras Fuerzas Armadas. El referente más cercano que tenemos es el de los militares que se conformaron después de una guerra civil. Hubo un levantamiento de un conjunto de generales que intentaron dar un golpe de Estado fallido, que posteriormente dio lugar a una guerra. Pero hay muchas personas que se olvidan de que en el bando republicano había muchos militares y que muchos fueron fieles a la República. Finalmente ganó el bando que ganó, por desgracia. El régimen franquista confeccionó unas fuerzas armadas muy alejadas de los valores que hoy tenemos en mente. Pero de aquel ejército franquista solo quedan pequeños reductos. Además, por suerte con el paso de los años desaparecerá. Por eso la necesidad de una cultura de Defensa, que permita ver a los militares como unos ciudadanos más, con las mismas preocupaciones e inquietudes que el resto del país y a las Fuerzas Armadas como una institución al servicio del pueblo, a través de sus representantes.
— ¿Hay que hacer memoria histórica también con esa parte del Ejército?
— Sí y con todas las facetas de la sociedad. Hay muchas cosas que cambiar en las Fuerzas Armadas. Cuando me preguntan qué cosas de la Transición han podido fallar, yo les digo que hay tres instituciones que desde mi punto de vista no han cambiado mucho en su estructura: Fuerzas Armadas, Justicia y las universidades. Son muy corporativas. Las Fuerzas Armadas tienen ese halo de secretismo y hermetismo. Exponen las cosas bonitas, pero cuando hay un accidente como el Yak- 42, el caza F-5 o como el de los compañeros a los que les explotó unos explosivos caducados en Hoyo de Manzanares, todo se encubre. Eso hay que cambiarlo. Hay que abrir las puertas de las Fuerzas Armadas manteniendo los secretos que comprometan la seguridad.
— ¿Y usted cree que las Fuerzas Armadas estarían dispuestas a abrir las puertas?
— Ellas están al servicio de la soberanía del pueblo. Por tanto, si esto se ordena a través de los diputados y senadores, claro que estarían dispuestos. No es la soberanía popular la que está al servicio de las Fuerzas Armadas, sino al revés.
— Mirando la situación que denuncian los sindicatos sectoriales de Policía, Guardia Civil o Ejército parece que los que nos protegen están poco protegidos...
"No es normal que la Policía y Guardia Civil no tenga chalecos antibalas individuales"
— Sí. Además con un agravante. Parece que la sociedad percibe que debe de ser así. Si muere un policía parece que es su trabajo, pero si muere otro ciudadano no. El trabajo de un policía o un militar no es morir, igual que el trabajo de un bombero no es fallecer en un incendio. Son profesiones con un mayor riesgo, pero su trabajo es defender y servir a los ciudadanos. No es normal que la Policía y Guardia Civil no tenga chalecos antibalas individuales y que los tengan que compartir.
—¿Cómo valora el papel que están teniendo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo yihadista? ¿Cómo están adaptando su estructura en un contexto de radicalizaciones cada vez más rápidas?
— Por desgracia, España tiene una vasta experiencia en cuestiones de terrorismo con ETA, los GRAPO, etc., Por esta experiencia tan dramática nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han creado una serie de procedimientos y protocolos que les permite hacer frente muy bien a ese tipo de amenazas. La prueba está en que España instruye y adiestra a agentes de otros países para formarlos en cómo obtener información, cómo hacer seguimientos, cómo desde pequeños indicios pueden detectar una célula... Casi todos los terrorismos actuales suelen ser transnacionales y tener unas cuestiones comunes de vinculación con redes de narcotráfico, delincuencia organizada o con una serie de tramas económicas. Nuestros agentes están bien formados y la prueba la tenemos en la cantidad de detenciones que se hacen. Se está actuando de manera preventiva y muy eficaz.
— Imagino que el hecho de pasar de ser militar a política ha hecho que vea las cosas de manera distinta, ¿hay algún mito sobre los políticos que creyese y que luego haya desmentido tras llegar al Congreso?
— Hay muchas leyendas urbanas sobre los políticos. Que un político no esté sentado en el escaño durante las nueve horas que dura un pleno no significa que no trabaje. Ahora, por ejemplo, hay comisiones que se están celebrando, pero yo estoy reunida contigo. Puede haber plenos en los que hablen de temas que yo ni siquiera gestiono. Por ejemplo, el tema de la eutanasia. A veces los vemos en el despacho, ya que tenemos pantallas. Yo ahora estoy en cinco comisiones. Llego a las 8h15 al Congreso y hay días que hasta las 22h00 de la noche no me voy.
— Hasta hace unos días también pertenecía a la comisión de Seguridad Vial, ¿por qué hay un repunte de siniestralidad en las carreteras?
— Se ha acumulado un conjunto de factores. Primero, tenemos uno de los parques móviles más antiguos de Europa. Un vehículo que tiene 20 años no posee los airbags de los coche de ahora, ni la capacidad de frenado, por ejemplo. Por otro lado, hay una falta absoluta de inversión por parte del PP en el mantenimiento de carreteras. Es dantesco. Se han dedicado a construir infraestructuras de carácter megalómano, con paradas de AVE que no se utilizan o autopistas que hay que rescatar, mientras algunas carreteras están en un estado dramático. También ha aumentado el número de desplazamientos. La crisis hace que el coche sea la manera más barata de salir de vacaciones. Un billete de AVE de Madrid a Zaragoza te puede llegar a costar 55 euros. En una familia de 3 o 4 personas tiene mucho más costo frente a 35 euros de un depósito de gasolina. A la gente no se le está motivando para coger un método de transporte alternativo.
— Siguiendo con tu trabajo en el Congreso, cada día recibes decenas de peticiones de asociaciones o ciudadanos, ¿tu historia personal ha hecho que muchas mujeres hayan recurrido a ti?
— Sí, recurren mucho. Más de lo que desearía, porque eso indica que hay más casos. Lo que hago, más que iniciativas políticas, es asesorarles sobre los mecanismos que hay dentro de las Fuerzas Armadas, porque muchas víctimas los desconocen. Siempre les digo: "Recordad que las consecuencias de las decisiones que toméis, las vais a sufrir vosotros". En algunos casos, les derivo a abogados que conozco y a veces hasta hago un poco de psicóloga.
— Supongo que a veces habrás tenido dilemas morales cuando tu opinión personal como víctima de un caso de abuso no se corresponde con la opinión institucional como diputada.
"Es aberrante ver que más del 70% de las denuncias por acoso en el Ejército son archivadas"
— Sí. Hubo una militar que vino a consultarme sobre un caso de acoso. Le pregunté si quería seguir en las Fuerzas Armadas y le hice una batería de cuestiones sobre su carrera. A todo me dijo que sí. Entonces le contesté “no denuncies”. Se me quedó mirando y le dije “me encantaría decirte que denuncies, pero conozco el sistema y no hemos conseguido transformarlo de manera suficiente como para que tú, una vez que denuncies, te quedes con todo lo que has dicho que quieres quedarte”. Es aberrante ver los datos que da el Observatorio de Vida Militar, que dicen que más del 70 por ciento de las denuncias por acoso son archivadas. Eso no ocurre en la vida civil. Es un problema de la justicia militar. Para que una militar o una guardia civil se decida a dar el paso, ha tenido que sufrir mucho. Sabe que los primeros que le van a dejar de lado son sus compañeros.
No puede ser que la justicia militar juzgue estos casos, porque no están preparados para dirimir sobre agresión sexual, violación, violencia… Se debería juzgar por el Código Penal civil, porque esto hace que los militares sean ciudadanos de segunda.
— Por último, hay un mensaje que tiene fijado en su cuenta de Twitter: “Estoy sorprendida de la cantidad de gente que pretende explicarme cuando se produjo mi verdadero calvario: el acoso laboral. El culpable Morenés”, ¿por qué has decidido dejar fijado ese mensaje?
— Cuando mi caso salió a la luz, había gente que pretendía decirme cómo había ocurrido. Me decían: "La culpa es de Carmen Chacón". Ella no tenía ni idea de mi caso cuando ascendió a este militar. Yo gané en los tribunales a un acosador sexual y empecé de nuevo a trabajar. Después me destinaron a Sevilla y a mi marido a Barcelona. Ahí empezó mi acoso laboral posterior y yo se lo dije en persona al ministro y él lo permitió. Permitió que a la víctima se la revictimizara. El mensaje que dieron fue: “Zaida ha ganado en los tribunales a un mando, pero veréis como le amargamos la vida”. Y aún hay gente que me dice que no llevaba razón. Había gente que quería darme lecciones, sobre todo gente del PP, que quería disculpar a Morenés.
Tu si que has hecho carrera, listilla, ahora con pedrito, que poco valeis los 2.
Me alegra saber que en el ejercito hay gente como esta señora.
entonces para que va un soldado a la guerra?, a jugar al pinball