Ismael González: «IU había cometido errores y se había convertido en un partido tradicional»

Ismael González (Rivas, Madrid, 1977) es el secretario de Organización de IU en la nueva dirección, surgida tras la celebración de la XI Asamblea Federal el pasado mes de junio. Trabajador social de profesión, se inscribió a las Juventudes Comunistas a los 15 años. Durante su juventud participó "en la liberación de espacios populares y en centros sociales okupados". También fue responsable de Juventud de CCOO. Después pasaría a ser integrante del PCE y de IU. En Rivas, como responsable político de la Formación, trabajó "por mantener un ayuntamiento de vanguardia en políticas de izquierdas". Los últimos años de militancia los ha dedicado a ser coordinador federal de la Red de Solidaridad Popular. "Es el proyecto en el que he participado que más quiero, trabajar por la dignidad de las personas que están en la pobreza y la marginación", dice sobre su paso por la Red. González atiende a cuartopoder.es en la sede federal de la madrileña calle Olimpo. Habla sobre temas de actualidad y sobre la renovación interna y profunda que quiere llevar a cabo en IU. 

— Alberto Garzón urge a Pedro Sánchez a buscar un gobierno alternativo al de Mariano Rajoy y se ofrece de "mediador" para negociar con otras fuerzas políticas. ¿Hay contactos formales o informales entre el PSOE e IU a día de hoy?

— Todavía no existen. Lo que ha hecho Alberto Garzón es, después de analizar la situación de bloqueo para lograr la investidura de un Presidente del Gobierno, porque todavía hoy no salen los números, plantear la necesidad de conseguir un gobierno alternativo al PP que haga frente a los recortes y adopte un plan de emergencia social. A partir de ahí, tal como hizo después del 20D planteando la mesa a cuatro, se ofrece a actuar como un mediador para conseguirlo. No sólo se refiere a negociar con el PSOE, sino también con todas aquellas fuerzas parlamentarias necesarias para conseguir los números. No sólo Garzón, el resto de diputados de IU están ahí para esa labor.

— ¿Cómo valora que Rajoy no garantizara al Rey la investidura el pasado jueves? ¿Qué análisis hace de la situación política actual? 

— Nos parece grave que se siga manteniendo la partida de póquer. Nadie muestra sus cartas y todo el mundo intenta dilatar el tiempo de nuevo. No es de recibo que se diga que no van a haber unas terceras elecciones y que al mismo tiempo diga Rajoy al ciudadano Felipe que no pone plazo para la investidura y que se van a mantener las negociaciones. Es muy preocupante. El PP le dijo al PSOE el 20D, cuando se propuso a Pedro Sánchez como candidato en la investidura, que su búsqueda de apoyos sólo podía durar una semana. Están utilizando de forma partidista las instituciones y el Gobierno en funciones. Esto se está dilatando y la voluntad de la gente es encontrar una solución ya.

— ¿Cree que se celebrarán unas terceras elecciones?

— No descartamos nada. El PP, PSOE y C's no están mostrando sus cartas. El PSOE dice que no quiere gobernar, quiere ser oposición, pero al mismo tiempo asegura que no se va a abstener en la investidura de Rajoy, por lo que no favorece el gobierno y por tanto no puede haber oposición. Si el PSOE no explora la posibilidad de un gobierno alternativo, el bloqueo continuará y nos vamos a unas terceras elecciones. Nuestra oferta es buscar un acuerdo de un gobierno alternativo que sí sume y trabajar para que esto se pueda conseguir. Lo que no entendemos es dilatar de nuevo los tiempos, como ha hecho Rajoy.

— ¿Considera que el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, ha actuado correctamente después de que se publicara que un asistente suyo no estaba dado de alta en la Seguridad Social? 

— Considero que las personas que estamos en responsabilidades políticas tenemos que cuidar sobremanera nuestra forma de actuar pública y personalmente. Tenemos que ser un ejemplo. Pablo Echenique ha dado explicaciones y parece ser que no hay ninguna ilegalidad, es de agradecer que haya dado explicaciones y pedido disculpas públicamente. En todo caso, IU siempre ha sido muy escrupulosa en cuanto a asumir responsabilidades y nosotros sabemos lo que hacemos en nuestra casa, tenemos mucho cuidado porque ya hemos tenido problemas en anteriores ocasiones, y siempre exigimos que se den explicaciones o que se asuman responsabilidades. Echenique ha dado explicaciones, creo que es suficiente, pero hay que tener cuidado como cargo público o responsable orgánico de una organización con cómo actuamos en nuestra vida privada. También hay un problema que es el cómo está hecho el régimen de empleadas del hogar y cuidadoras de personas dependientes. Cuando son un número de horas reducido, no hace falta relación contractual, no tiene que darse de alta el empleador, puede darse de alta el empleado. No hemos tenido acceso a los contratos por lo que no sabemos con detalle si la cuestión puede ser delictiva o no, pero parece ser que no hay ilegalidad. Creemos que están bien las explicaciones dadas y que si fuese necesario debería aportar la documentación para que no hubiese dudas sobre lo que él mismo está afirmando de que no hay ilegalidad, siempre en ese sentido de aportar transparencia y confianza para que la gente conozca lo ocurrido.

— Usted es el nuevo responsable de Organización de IU. Los anteriores órganos, Consejo Político Federal, Presidencia y Ejecutiva se han transformado en Asamblea Político y Social, Coordinadora Federal y Comisión Colegiada, respectivamente. ¿En qué se va a notar esto en el funcionamiento de IU y en la toma de decisiones?

— Partimos de un análisis muy claro: IU había cometido errores en el pasado y se había convertido en un partido tradicional y casi clásico. IU, en su acta fundacional, al calor de las movilizaciones contra la OTAN, planteaba que quería ser un movimiento político y social y no un partido al uso, que era lo que teníamos. Lo que hacemos es adaptar la propuesta política al modelo organizativo. En lo interno no cumplíamos, en lo externo siempre IU ha sido una izquierda transformadora que ha estado al frente de las luchas, en muchos conflictos y haciendo un trabajo programático enorme. Lo que decimos es que tenemos un proyecto estratégico claro que pasa por la unidad popular para hacer frente a las políticas de recortes y devolver a la ciudadanía sus derechos, para eso la herramienta útil es un movimiento político y social más participativo. Cuando decimos movimiento político y social nos referimos a una herramienta participativa que sea útil para que la gente y los conflictos participen en la organización. Estamos creando un modelo organizativo que tenga que ver con eso, donde la militancia no esté volcada en un debate parlamentario interno en los órganos, sino que la militancia esté en la calle. Para eso hacemos una reducción de la gente que está en los órganos y de los órganos mismos. El único ámbito que mantiene tres órganos es el federal. Para el resto de ámbitos, como el autonómico o el local, habrá sólo dos órganos, y habrá un periodo de adaptación de un año para que toda la organización se renueve en este aspecto. El modelo sería la Coordinadora y una Comisión Colegiada en las organizaciones a nivel autonómico y local y demás. En el ámbito federal tenemos una Asamblea Político y Social para que tengan presencia y voz los partidos políticos, las corrientes y los activistas, y la Coordinadora Federal se incorpora a ese espacio. La asamblea es, por lo tanto, un espacio de debate, de estrategia política, y no sólo un espacio de representación territorial, también de ideas y activistas.

— ¿Qué herramientas va a desarrollar IU para garantizar la toma de decisiones de manera democrática y participativa?

— Hemos adoptado la responsabilidad de desarrollar una democracia participativa. La herramienta principal es la participación y la evaluación. La dirección va a hacer un plan de trabajo, cada responsable de la Coordinadora Federal hará un plan de trabajo. Eso se transmitirá a todas las direcciones de todos los ámbitos territoriales. Cada dirección de los distintos ámbitos hará su plan de acción adaptándose a la hoja de ruta que llega desde el federal. Cada localidad puede plantear sus especificidades. Todo grupo hará su plan de trabajo con objetivos reales y evaluables, con fichas concretas, y el desarrollo del plan de trabajo será de un año, de septiembre a septiembre. Después de ese periodo, toda la militancia evaluará su propio trabajo. Cuando llegue la evaluación, esta será de abajo a arriba, desde lo local hasta el conjunto de la organización. No habrá, por lo tanto, un informe de gestión, habrá un informe de evaluación colectiva, ese es el mejor ejemplo de cómo vamos a poner en marcha la democracia participativa. A partir de ahí habrán muchos elementos, como pueden ser los referéndums para decisiones políticas, y como los revocatorios. Somos la única organización política que tiene definidos los revocatorios en sus estatutos, tanto para cargos públicos como orgánicos. Revocatorios, referéndums, planificación y evaluación serán los pilares.

— Políticamente subrayan la importancia de trabajar conjuntamente con activistas y movimientos sociales. ¿Cómo pueden participar estos en IU?

— Creemos, en primer lugar, que los movimientos sociales están pasando un momento muy duro. Tras todos estos años de recortes, los movimientos sociales se van desgastando cuando no se obtienen victorias, y eso que han habido algunas importantes, como la de los trabajadores de Coca-Cola o la paralización de muchos desahucios. Yo vengo de la Red de Solidaridad Popular y he trabajado durante mucho tiempo contra las consecuencias de la austeridad, la pobreza y la marginación, y es un momento difícil.  Lo primero que queremos es ser parte del conflicto. Frente al debate de cómo construir conflicto y pueblo, yo creo que el conflicto y el pueblo ya existen, que hay que ser conflicto y pueblo. Para mí, la primera pata para atraer a esos activistas es ser parte de ese conflicto, no instrumentalizar el conflicto, ni desde la organización ni desde la institución, pero en la organización e institución tiene que estar también el conflicto. Tenemos un pasado en IU y el PCE de parlamentarios que estaban también en la calle, en el conflicto, como Marcelino Camacho o Pasionaria, nuestros parlamentarios y cargos públicos tienen que hacerlo también hoy.

— ¿Suponen todos estos cambios de alguna manera dejar atrás las siglas o renunciar al proyecto de IU?

— Nosotros no renunciamos a nuestra tradición, pero la renovamos, cambiamos el método de trabajo. Nosotros no renunciamos a nuestra tradición de lucha, desde el nacimiento de IU contra la OTAN y la apuesta que hizo entonces el PCE por la convergencia. Tampoco renunciamos a nuestra historia del Frente Popular, es curioso cómo la historia se repite y tengamos que analizar cómo fue el Frente Popular en la República y cómo el PCE apostó por él y por un programa de mínimos que José Díaz explicaba. Es lo que hemos hecho ahora con Podemos. Todo eso nos permite tener nuestra hoja de ruta sin renunciar a nuestra identidad, pero tenemos que poner la organización al servicio de nuestro pueblo y nuestra clase.

— ¿Qué relación debe tener IU con el resto de partidos de esta confluencia electoral, Unidos Podemos?

— Es una coalición electoral, no es una convergencia por abajo cerrada. Para nosotros ese es uno de los motivos por los que el resultado en las elecciones no ha sido el esperado. Hay que trabajar la unidad popular desde abajo. Creemos en la relación entre organizaciones, que son distintas herramientas para transformar la sociedad. Yo le he trasladado esto a Echenique y nos hemos comprometido a tener un seguimiento trimestral entre los responsables de organización de Podemos e IU para tratar cuestiones que afectan a ambas organizaciones. En el seno del Grupo Parlamentario, queremos que haya una configuración confederal donde estén representados los distintos actores, las confluencias y también IU, tal y como estamos demostrando. También es importante cuidar a los actores políticos que no tienen diputados pero sí han participado en la confluencia, como Unidad Popular, Izquierda Castellana, Clias. Haremos un seguimiento para que sigan el trabajo parlamentario y formen parte en la conformación de la unidad popular.

— ¿Cuál es la situación económica actual de IU?

— Lo que nos descuadra las cuentas es la deuda que tiene asociada la sede. Es lo que estamos intentando resolver como dirección. Estamos hablando con las entidades bancarias y financieras con las que se firmaron los créditos hipotecarios. Por otro lado, tenemos que devolver al Estado la parte correspondiente a la subvención del mailing del 20D, lo tenemos que devolver porque no sacamos grupo parlamentario. Le hemos hecho una propuesta al Ministerio del Interior y no hemos obtenido respuesta porque no hay Gobierno. Tenemos toda la previsión económica planificada para resolver toda la incidencia de deuda, no hay problema en ese aspecto. No podemos avanzar hacia un movimiento político y social teniendo todavía deudas. Nuestra apuesta es hacer un esfuerzo de austeridad y contención del gasto, manteniendo recursos para hacer política, y terminar con la deuda. Los cargos públicos también ayudan, nosotros defendemos el salario máximo, que es tres veces el SMI, y eso lo hemos aplicado a los diputados y transmitido a los europarlamentarios. Esperemos que lo antes posible resolvamos las deudas que han ido quedando.

— ¿Cómo ve a la militancia de moral después de los resultados del 26J?

— Veo a la gente con muchas ganas de volver a la calle y de estar en la lucha. Tenemos una militancia de oro, que es protagonista de la mejor manera, no por instrumentalizar, en muchos movimientos sociales y conflictos. Gente que viene desarrollando un trabajo en espacios de lucha. Vivir tantos procesos electorales nos hace necesitar el oxígeno de pisar la calle y estar en el conflicto. Nosotros queremos que el potencial del grupo Unidos Podemos tenga una traslación a la calle. Hay que volver a la calle y a los conflictos, que es lo más bonito de la militancia de IU, la lucha por conseguir mejoras concretas.