El día que Rajoy perdió los papeles

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El presidente del Gobierno, en un momento del debate sobre el Estado de la Nación. / Ballesteros (Efe)

Sorprendía el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, a propios a extraños con los 30 segundos finales de su última réplica al líder del PSOE, Pedro Sánchez. Su durísimo ataque ad hominem al líder socialista, su frase "No vuelva aquí a decir nada. Ha sido patético" dejó claro que Rajoy, el impasible, el hombre que escuchaba crecer la hierba mientras desde toda Europa, incluso desde su propio gabinete le vociferaban que pidiese el rescate de nuestra economía, allá por el año 2012, es también humano, tiene vísceras y las emplea en las réplicas cuando se le toca la fibra. Y la fibra la encontró ayer Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE le mentó la bicha: Luis Bárcenas. Y lo repitió, mientras espetaba a la bancada popular: "Yo soy un político limpio" "Ustedes no tienen vergüenza".

Populares y socialistas salían a los pasillos del Congreso cargados de adrenalina. Para los del PSOE, Sánchez salió ayer más líder del hemiciclo, porque, como aseguraba una veterana diputada "¡Ha conseguido sacar de sus casillas a Rajoy!". No lo hizo con propuestas, lo reconocían hasta los suyos que no brilló por sus propuestas y que más bien estas brillaron por su ausencia. Pero, de un debate del que Rajoy tenía todas las de ganar había logrado hacerle perder, por lo menos, las formas.

Los de la bancada popular jaleaban también a su jefe, justificando su dureza y argumentando que Sánchez pegó primero. Los más audaces, incluso, aseguraban haber descubierto a un Rajoy, todo coraje, pero, en privado, eran varios los que admitían: "ha sido el debate más feo que he visto". Las formas o las malas formas se impusieron sobre un fondo que Rajoy tenía ganado de antemano, administrando una buena dosis de cifras macro en clave de recuperación económica y un reiterativo relato sobre la herencia recibida con la proclamación de que "la pesadilla" ha terminado.

No se hababa de otra cosa en los pasillos: del día que Rajoy perdió los papeles. Los perdió también físicamente, al tratar de rebatir las acusaciones de Sánchez sobre los recortes de la Sanidad. Perdió los papeles y el hilo, tal era la cantidad de notas que le pasaban sus ministros y que le iba canalizando una hiperactiva y remangada vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Pero los recuperó justo a tiempo de arrearle un mandoble con los recortes aplicados supuestamente en la sanidad andaluza. Ataque que provocó la explosión de orgullo andaluz del diputado socialista Manuel Pezzi, que desplegó una bandera andaluza hasta que el presidente del Congreso le llamó al orden.

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La policía desaloja de la entrada del Congreso a una de la activistas de Femen que protestaron con el torso desnudo. / Sergio Barrenechea (Efe)3

Orgullosas también "asaltaban" el Congreso un reducido grupo de activistas del movimiento Femen, que lograron llegar hasta las puertas del Parlamento, despojarse de su abrigo y mostrar su anatomía. "Protestar no es ilegal", gritaban mientras las desalojaban los agentes de la Policía Nacional.

Por lo demás, todo parecía dentro de lo esperado. Rajoy sólo se salió del guión durante 30 segundos, los 30 segundos "para la gloria" en que atacaba con dureza a su rival Sánchez. Otros portavoces cogieron el hilo de esa cometa. Lo hacía el flamante candidato de IU a la presidencia del gobierno, Alberto Garzón, pero Rajoy, ya sosegado, empleaba la condescendencia, le daba incluso lecciones y consejos para jóvenes principiantes. ¡Lo bueno que hubiese sido para su formación política el haber sido concejal de su pueblo!. El propio Rajoy le relató cómo él lo fue, cuando hizo la "mili", y sus primeras elecciones. La parte más interesante- respondía Garzón con desparpajo- se la había saltado y era la de cuando conoció a Bárcenas. Los veteranos compañeros de Garzón le aplaudieron y jalearon su respuesta. Incluso Cayo Lara mostró su entusiasmo poniéndose en pie para aplaudir al joven Garzón. Rajoy, sin embargo, no se inmutó y siguió con la flema que le caracteriza. Hasta su compañera de partido, Celia Villalobos, que ejercía de presidenta de la Cámara en ausencia del titular, Jesús Posadas, salía en defensa de Rajoy cuando el portavoz de Iniciativa per Catalunya, Joan Coscubiela, tachaba al presidente de "capo de la familia", en clave siciliana. Ni siquiera la portavoz de UPyD, Rosa Díez lograba, ya entrada la noche, sacarlo de sus casillas, cuando se erigió en portavoz de los afectados por los manejos de Cajamadrid y Bankia y le leyó una y otra vez emails y preguntas de los ciudadanos al presidente. Rajoy ni contestó ni volvió a perder la compostura. Una y no más.

5 Comments
  1. khalessi says
  2. i can says

    cualquier dia sera tabu hablar de barcenas-gurtel, la burbuja de aznar….igual que hoy esta mal visto hablarle a un aleman de los nazis.

  3. javier mateo says

    Es que hay cosas que no se pueden olvidar: Bárcenas. Los ladrones, Valencia, Castilla la Mancha (y que mancha!) Madrid, Murcia, Castellón……………

  4. Ramon moreno palau says

    Rajoy «capo di capi» de la banda mafiosa-camuflada como partido político-pp

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