El PSOE, insiste: con Podemos, ni a heredar

La dirección del PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, tiene claro que su futuro pasa por desmarcarse de Podemos. Tan claro que, según han confesado altos dirigentes del partido, no hay ni la menor disposición a pactar nada con ellos tras las elecciones. Con Podemos, han  llegado a afirmar, no vamos juntos “ni a heredar”.

El hecho de que, en principio, el movimiento que lidera Pablo Iglesias descarte presentarse a las municipales, salvo para  apoyar a otras alternativas como por ejemplo la de Guanyem, en Barcelona, o Ganemos, en Madrid, ha facilitado esa decisión. A los socialistas les viene muy bien que no presenten listas porque saben que podrían restarle muchos votos a las suyas. En su análisis, Ferraz considera que los votos que conseguiría Podemos no serían tanto de los socialistas descontentos como de los electores situados a la izquierda del PSOE. Y por eso indican que pueden plantearse la rivalidad con Podemos de maneras tranquila. Un alto responsable socialista ha llegado a decir en privado: “Nos ocupan pero no nos preocupan”.

De ahí que en su análisis interno se permiten precisar que, a su juicio, si Iglesias y su equipo descartan acudir a las urnas no es porque, como indican algunos de sus líderes, todavía se consideren inmaduros para elaborar listas “limpias” en las que no se cuelen oportunistas  o provocadores que luego ayuden a sus adversarios a desprestigiar mediática y políticamente su alternativa. Consideran que lo que sucede es que la “jerarquía táctica, dogmática y populista” de Podemos, como la califican algunos dirigentes socialistas, quiere seguir manteniendo su posición ambigua y descomprometida ya que, en los ayuntamientos y diputaciones en los que no consiguieran mayoría absoluta para seguir manteniendo “las manos limpias”, tendrían que “retratarse” apoyando al PSOE o dejando que gobierne el PP. Algo, añaden, que haría mucho daños a sus “postulados demagógicos” en cualquiera de los casos.

Para Sánchez y su equipo más cercano, el tema es lo suficientemente importante, sin embargo, como para que haya dejado bien sentado a los barones territoriales del PSOE que los pactos poselectorales los decidirá la dirección federal del partido. Sobre todo, en el ámbito autonómico, donde sí es más que posible que Podemos haga listas y consiga resultados que pueden ser determinantes para decidir si la Comunidad Autónomas es gobernada por la izquierda o por la derecha. De hecho, Ferraz se pone la venda antes de que se produzca la herida porque la nueva dirección tiene el convencimiento de que dirigentes como el madrileño Tomás Gómez, al castellano-manchego Emilio García Page o el extremeño Guillermo Fernández Vara “pactarían con quien fuera para gobernar” en sus autonomías. Incluido, claro está, Podemos. Algo que, pensando en el futuro del partido en toda España, Sánchez no está dispuesto a permitir. Al menos de momento. Porque ya se sabe que, en política no se puede decir nunca jamás porque de aquí a la semana que viene media una eternidad.