“O la cúpula del PP era muy inútil y no se enteraba de lo que hacían sus tesoreros, o lo sabía y callaba”

Miguel Muñoz *

“Quiero dormir tranquila y poder seguir mirándome al espejo”. Con esta frase tan personal concluye la conversación con cuartopoder.es que la diputada regional madrileña del PP, María Teresa Gómez-Limón ha mantenido pocas horas después de anunciar su baja en el partido. Gómez-Limón ha hecho pública su renuncia a formar parte del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea de Madrid. Seguirá en su escaño porque quiere hacer patente su derecho constitucional a ello, porque considera que no ha hecho nada malo y no se quiere ir por la puerta de atrás como Francisco Granados, al que se le encontró dinero en Suiza, o como tres imputados en la trama Gürtel. La falta de democracia interna del PP, las sospechas sobre corrupción, el incumplimiento del programa electoral y la gestión tras el accidente del tren Alvia, que ella misma sufrió cerca de Santiago, son algunas de las razones de su marcha.

Gómez-Limón entró en el Partido Popular en 2006 cuando era presidenta del Centro Democrático Social (CDS) y sus militantes decidieron en asamblea integrarse en las filas populares. Doctora en Psicología y perito forense de profesión, habla de cómo comenzó la quiebra personal con su partido a la vez que comenzaban a hacerse públicas informaciones sobre Gürtel y el asunto de los sobresueldos. “Yo no como diputada, sino como militante del PP, me sentí en el derecho de escribirle una carta a Rajoy pidiéndole explicaciones. No le acusaba de nada, le pedía explicaciones, que es un derecho que cualquier afiliado a un partido tendría que tener”, señala. Nunca contestaron, le llamaron varias veces la atención y le acusaron de deslealtad. “Desconozco cómo es la financiación del PP, si dijera otra cosa mentiría. Pero sí digo que cuando uno tiene tres tesoreros imputados, no hay más que dos opciones: o el presidente del partido y la cúpula directiva no se enteran de nada o lo sabían y se lo callaban. Muy inútil tiene que ser una persona que dirige una empresa y en veintitantos años no se entera de lo que está pasando”, explica al ser preguntada por la presunta financiación ilegal.

El otro asunto grave que ha motivado su ruptura con el PP ha sido el comportamiento del partido tras el accidente del tren Alvia en Angrois. Ella iba en ese tren y tuvo suerte. “No es una lucha personal”, afirma recordando la indefensión de las víctimas que han perdido familiares, junto a las que conformó una asociación. “Cuando estaba vulnerable y muy mal en casa yo dije que los presidentes de Adif y Renfe deberían dimitir, porque aunque no fueran responsables penales sí lo eran políticos cuando en sus empresas había ocurrido una cosa de tal magnitud. Eso es lo que ocurre en los países civilizados de nuestro entorno. Y que si no dimitían, la ministra los debía cesar. Eso sentó tremendamente mal, me llamaron desde Madrid, desde Fomento, como el secretario de Estado Rafael Catalá”.

El siguiente paso fue pedir la creación de una comisión parlamentaria que investigara la responsabilidad política de la tragedia. No fue aceptada. “Como diputada, a instancia de la asociación pasé por registro un documento a la Comunidad para que instara al Gobierno nacional a hacer la Comisión Parlamentaria. Me lo pidieron las víctimas, yo soy diputada y tengo esa obligación”. El portavoz del Grupo Parlamentario Popular no firmó el escrito, algo que es necesario para seguir los trámites.

El pasado 24 de Julio ocurrió un hecho que hizo que la gota colmara el vaso para la diputada madrileña. La Xunta de Galicia organizó un acto en Santiago en favor de las víctimas del tren. “Cuando las víctimas nos acercamos al acto, con nuestros certificados médicos o incluso de defunción, no sólo no nos dejaron entrar sino que nos mandaron a los antidisturbios. Imagínese, gente con muletas, llorando porque habían perdido familiares, ancianos, gente en silla de ruedas. No sólo eso, sino que durante todo el día, una persona que pensamos que era policía secreta estuvo siguiéndonos por toda la ciudad. Nos dijo que tenía órdenes pero no podía decirnos de quién. Yo no puedo estar en un partido donde hacen esas cosas porque no es un problema político sino de humanidad y de respeto mínimo a los derechos humanos”.

Programa electoral incumplido

La ya ex diputada del PP se manifiesta crítica también con el cumplimiento de las promesas electorales, tanto a nivel autonómico como nacional. “En ellas no figura ninguna de las cosas negativas contra los ciudadanos. Son programas preciosos, parecen cuentos de Alicia en el País de las Maravillas. Pero de las medidas graves no se ha puesto ni una. Y eso hay que ponerlo, porque a la gente hay que decirle la verdad, si hay que tomar medidas duras la gente lo debe saber antes de votar. Me siento un poco engañada”. Gómez ejemplifica este asunto con el copago o la disminución y distribución en los recursos sanitarios o educativos de Madrid. Respecto al programa nacional, que, asegura, se ha leído con precisión, afirma que el 60% está incumplido. “Si no cumples el programa están mintiendo a los ciudadanos, no eres digno de su confianza”, señala mientras destaca el ejemplo del primer ministro británico, David Cameron. Él pidió perdón a los ingleses en televisión. “Es otro concepto de la democracia”, afirma.

Para una persona que se considera ideológicamente de centro, “el PP lo ha abandonado completamente”. “Me siento joven porque me parece que estoy volviendo a la época en la que era estudiante y corríamos delante de los grises. Me parece un retroceso absoluto”, señala en referencia a otra modificación legal a la que es contraria, la Ley de Seguridad Ciudadana. “Se me ponen los pelos de punta”.

La estructura “totalmente jerárquica” del PP es otra de las críticas. “El que manda es el presidente. Luego hay algunos mandos medios que obedecen al presidente porque saben que si no lo hacen dejan de ser mandos medios. Desde ahí va bajando la cúpula jerárquica hasta los diputados que no mandan nada, sólo obedecen. El presidente no me llama directamente pero sí tiene gente que lo hace por él porque están para ello. Ahora mismo, por ejemplo, se está esperando a que Rajoy designe al candidato a la Comunidad de Madrid, con el dedo de Dios, como yo digo”.

Gómez Limón desconoce más posturas críticas dentro del partido. “Si tienen esa opinión, desde luego no la dicen. Sinceramente creo que hay mucha gente que sabe que si quiere ir en las listas y ocupar un puesto tiene que pagar un precio. Creo que es una explicación sencilla”. Para ella, que afirma no haber vivido nunca de la política, lo ideal sería mandatos más cortos y que no se viviera de ella 30 años. “Cuando la gente lo único que tiene es la política, aguanta las reglas del juego”, destaca.

Sobre su futuro, lo tiene claro. “Me gusta la política porque además soy ciudadana y creo que todos deberíamos ser partícipes de la política para tener voz. En ese sentido seguiré siendo una persona activa, pero no me interesan puestos políticos”. Seguirá con su puesto de trabajo en un juzgado, dando algunas clases en la universidad y siendo reconocida en el ámbito de la psicología. “Soy consecuente con mis actos, me van a decir de todo, pero soy consciente de ello y no hay problema”.

Por su parte, el PP ha hecho público un comunicado en el que expresa su respeto por la decisión pero le pide coherencia y que abandone el acta de diputada.

(*) Miguel Muñoz es periodista.