Actualización a las 19:00 del 2-6-2014
La votación de los afiliados del PSOE para elegir secretario general se celebrará el domingo, 13 de julio, según el calendario aprobado por la Ejecutiva federal. La fecha coincide con la final del Mundial de Fútbol de Brasil. La recogida de avales se realizará antes del 2 de julio, día fijado para proclamar a los candidatos. La dirección socialista ha decidido retrasar una semana la fecha del congreso extraordinario, de modo que tendrá lugar los días 26 y 27 de julio. La exministra Carme Chacón ha confirmado que no concurrirá a la secretaría general.
Prepárense para oír nombres: Susana Díaz Pacheco, Eduardo Madina Muñoz, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, José Antonio Pérez-Tapias… Como si de un equipo de baloncesto se tratara, competirán a canastas en la cancha del PSOE y quien consiga más puntos dirigirá el equipo. Si me admiten el simil, al PSOE le pasa lo que a la NBA en los años ochenta, que estaba en su peor momento, salpicado de escándalos por doquier, carente de prestigio, de dirección y camino de la extinción --según cuenta el periodista deportivo Jesús Quiroga--. Necesitaba un David Stern que recuperara el orgullo y la dignidad de la competición.
Los guardianes de las esencias posibilistas, aquellos viejos triunfadores que se resisten a abdicar de sus inveterados servicios y todavía aspiran a controlar el juego para no asustar a los patrocinadores (bancos y multinacionales), apuestan por la andaluza Díaz Pacheco en el puesto de Base (el que monta y distribuye balón), pues aunque heredó los cargos de José Antonio Griñán, ha salido bien parada de las elecciones europeas del 25 de mayo y, por consiguiente, el propio Felipe González, secundado por Alfredo Pérez Rubalcaba e incluso por el madrileño Tomás Gómez, le han pedido que dirija el partido. Díaz, que bastante tarea tiene en Andalucía, posee una personalidad, un discurso, una táctica y una estratgegia perfectamente desconocida en el resto de España y se puede considerar “candidata” en la plena acepción etimológica de la palabra: cándida, en blanco.
Ella ha puesto sus condiciones: que la apoyen todos los secretarios generales regionales. ¿Podrá compatibilizar la presidencia del Gobierno andaluz con el liderazgo del PSOE? Según Rubalcaba, que dimitió de ministro del Interior cuando optó a la secretaría general del PSOE, “es perfectamente compatible”. Sería, en ese caso, la segunda mujer capaz (la primera fue María Dolores de Cospedal) de dirigir un gobierno autonómico y un partido estatal al mismo tiempo. Ella es una política vocacional de 39 años que con 23 abandonó sus estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla para ocuparse de la secretaría de Organización de las Juventudes Socialista. Diez años después terminó la carrera e hizo un curso de alta dirección de instituciones sociales.
El bilbaíno Madina, de 37 años, licenciado en Historia Contemporánea en Deusto y también procedente de las Juventudes Socialistas, en las que ingresó con 17 años, ha jugado de alero (jugador del equilibrio) desde que José Luis Rodríguez Zapatero le colocó en el primer equipo, donde sigue siendo secretario general del Grupo Parlamentario del PSOE en el Congreso. Tiene en su haber la primera gran canasta de esta competición, pues ha logrado que su planteamiento de “un militante un voto directo para elegir secretario general” sea aceptado por la cúpula, de suyo cerrada y conservadora. Su última jugada memorable provocó el “rebote” o enfado del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al que aplicó un tapón formidable cuando se disponía a encestar su ley de seguridad ciudadana (mordaza y multas gubernativas) contra el derecho a reunirnos y protestar contra los abusos, los desalojos y las injusticias sociales más visibles.
Madina tiene otros méritos, aunque le falta la experiencia gubernamental que posee Chacón, otra posible candidata en juego. Su puesto en la cancha sería escolta (el de menos estatura pero mayor agilidad del equipo), si bien, algunos compañeros dudan de su estado de forma. Ella también duda. Su voluntario silencio y la ausencia temporal del terreno de juego para no obstaculizar a Rubalcaba la ha sumido parcialmente en el olvido. La derecha la temía y dijo de ella que sería “un Zapatero con faldas”. No añadió “y a lo loco” porque en cuantos cargos ocupó –desde la vicepresidencia del Congreso hasta la cartera de Defensa--, hizo menos daño manifiesto que otros personajes en su lugar y obtuvo buena nota. Inteligente para huir de los problemas y de la fractura interna del PSC, todavía sopesa si saltar ya a la cancha o esperar a unas primarias, cada vez más inciertas, en las que no solo cada militante, sino también cada progresista tenga voto. [Tras la publicación de esta crónica, Chacón anunció que no concurrirá como candidata al congreso extraordinario del PSOE, aunque sí a las primarias abiertas para elegir en noviembre próximo al candidato a la presidencia del Gobierno]
Quien no alberga dudas de que ha llegado el momento de jugar es Sánchez Pérez-Castejón. Diputado en esta legislatura como sustituto de Cristina Narbona, tuvo un papel destacado en la Conferencia Política de finales de 2013 como ponente del área económica. Años atrás trabajó de asesor del Grupo Socialista en Bruselas, fue enviado de Naciones Unidas en Belgrado durante la guerra de Kosovo y es profesor de Economía en la Universidad Camilo José Cela. Sin grandes apoyos en ninguna federación –el madrileño Gómez no le profesa la menor simpatía--, ha dedicado su tiempo libre en el último medio año a recorrer las agrupaciones y conocer el PSOE por dentro, y ha explicado a los militantes algunos planteamientos económicos que habría que aplicar para sacar al país de la crisis y conseguir un crecimiento sostenible, comenzando por el control público de la energía y siguiendo por el impulso también público a la I+D+I y a la industria de futuro.
Políglota y buen conocedor de la política exterior –realizó su tesis doctoral sobre la ahora famosa “diplomacia económica”--, Pedro Sánchez, de 41 años, tiene la ventaja, si se me permite seguir con la analogía, de que jugó hasta los 21 en el Estudiantes, el equipo de baloncesto vinculado al Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid. En el dream team no sería Magic Johnson ni Michael Jordan, pero podría lograr suficientes mates para ingresar en el salón de la fama y no hay que descartar el podio, como ocurrió en su día con el poco conocido Zapatero ante el archifamoso José Bono. Vale añadir que, como Zapatero, cuenta con la amistad y el apoyo de la exministra de Exteriores y diputada Trinidad Jiménez, que ofició su boda cuando era concejala en Madrid.
Más alta de los 3,05 metros reglamentarios parecerá la canasta a Pérez Tapias, quien ayer anunció su candidatura con el apoyo de Izquierda Socialista. Diputado en las dos legislaturas de Zapatero, este profesor de la Universidad de Granada, de 58 años, ha sido miembro de las principales comisiones del Congreso y fue portavoz adjunto de la Constitucional. Es autor de media docena de libros de Filosofía y de crítica cultural y social. Aunque no obtenga muchos puntos, su presencia animará la dialéctica interna sobre la identidad ideológica. Y aunque parezca de Perogrullo, eso es importante porque sin una firme y consecuente orientación ideológica, los votos al partido del Pablo Iglesias de la imprenta seguirán fluyendo a miles hacia el Pablo Iglesias de la televisión: Podemos. Ya se sabe que eso irrita mucho a los viejos dinosaurios, pero he ahí la paradoja, y una paradoja sirve en muchos casos para no romperse la crisma y en este resulta válida y necesaria para regenerar la política desde la izquierda.
Las reglas de juego ya propuestas por la dirección del PSOE y sometidas a la consulta de los secretarios generales regionales para su aprobación, el lunes, en la Ejecutiva, consisten en facilitar el voto directo de todos los militantes (más de 200.000) para elegir al nuevo secretario general. Entre el 6 y el 20 de junio, tendrá lugar la presentación de candidatos y la recogida de los avales o firmas necesarias para concurrir. A partir de la proclamación de los aspirantes se abre un periodo de campaña interna que culminará en las votaciones en cada agrupación antes del 19 de julio, fecha del comienzo del congreso extraordinario, en el que unos mil delegados elegirán a los miembros del comité federal y aclamarán al nuevo secretario general. Con organización, liderazgo e ideología (programa) habrá partido. Sólo cabe esperar que el árbitro no esté comprado.
La apelación a las bases me parece positiva, aunque no me explico por qué González y los gerifaltes se han apresurado a proponer a Susana Díaz, que, bien dice, ya tiene bastante en Andalucía.