El Gobierno de España ha incrementado un 12% los fondos destinados a publicidad institucional. Como si la propaganda fuera más necesaria que el comer, los mismos ministros que han congelado por cuarto año consecutivo el sueldo de los empleados públicos, han aumentado el 0,0% el Salario Mínimo Interprofesional o han ratificado un “factor de sostenibilidad” para que las pensiones no suban más del 0,25% anual en los próximos cinco años, pegaron el viernes una patada hacia arriba al gasto en autobombo antes de salir pitando a la convención del PP en Valladolid.
Sin contar el dispositivo electoral --buzoneo incluido-- ante las elecciones europeas del 25 de junio, que ha sido presupuestado en 107 millones de euros en las partidas del Ministerio del Interior, el llamado “plan de comunicación y publicidad institucional” aprobado el viernes y coordinado por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, supondrá un gasto de 147 millones de euros, 17 más que en 2013. Este aumento equivale a la quita que realizó el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, a las becas Erasmus en el curso 2013-2014 y que ha trasladado al ejercicio de este año.
Los 147 millones en autobombo superan en más de 50 millones el presupuesto del Congreso de los Diputados y equivalen a la mitad de la cantidad que el Gobierno de España –el ministro de Agricultura, Miguel Árias Cañete, en este caso-- ha planeado obtener de la venta La Almoraima, el mayor latifundio de Europa, cuyas 14.000 hectáreas de alcornoques, dehesa, monte bajo y cultivos dan decenas de miles de jornales en la provincia de Cádiz, son rentables social y económicamente para el Estado y constituyen una reserva natural única en la Península Ibérica y en el continente europeo. La mayoría de los habitantes de la comarca, el Ayuntamiento de Castellar de la Frontera y la Junta de Andalucía rechazan de plano la operación de Cañete.
Si pasamos de las comparaciones, siempre odiosas para los que manejan los recursos y fondos públicos, al plan de comunicación y publicidad propiamente dicho, enseguida vemos que la cantidad destinada a “publicidad institucional” (41 millones de euros) aumenta un 24% y que sumada a los 106 millones en “publicidad comercial” de los distintos ministerios y sus organismos dependientes, arroja un total de 147 millones, con el incremento mencionado del 12% citado. ¿Qué significa esta cifra e indica esa subida?
Una mirada a los datos que con gran esmero ha ido fiscalizando año tras año la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos –su marido, Pedro Arriola, actúa desde hace años de asesor electoral del PP y posee intereses en el sector--, permite afirmar que el Gobierno comienza a recuperar el ritmo de gasto publicitario anterior a la crisis. En 2009, ese gasto cayó a 95,2 millones desde los 268 que había alcanzado en 2007, y desde entonces no había superado los 130 millones.
La subida también indica que los miembros del Consejo de Ministros se creen la salida de la crisis a partir de unas décimas de crecimiento del PIB, y que La Moncloa no es ajena al comienzo del ciclo electoral y desea el mejor trato posible de los medios de comunicación a los intereses de un Ejecutivo y un partido que dice ser más consciente que nadie de los grandes esfuerzos y sacrificios de la ciudadanía. El aumento de la tarta publicitaria le permitirá acometer 72 campañas (casi una por semana), 28 más que el año pasado.
Los ministerios de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente; Industria, Energía y Turismo; Empleo y Seguridad Social e Interior suman 45 de las 72 campañas previstas, aunque el 84% del presupuesto se lo reparten por este orden: Industria, Interior, Hacienda, Empleo y Defensa. El departamento de Sanidad y Servicios Sociales no aparece entre los mejor dotados, pero La Moncloa destaca la salud, la alimentación, la promoción de hábitos saludables y la prevención de la violencia de género entre los grandes objetivos. Y también anuncia una campaña sobre la transparencia.
Insisto, por más propaganda que hagan, ¿Cómo podrán hacer olvidar que sus sistemáticas defraudaciones,
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Vaya un ejemplo para los españolitos de apié
¡que le den!!!