La enseñanza de Gómez Llorente anima a combatir la 'ley Wert'
Hay personas que se resisten a desaparecer y nunca desaparecerán. Luis Gómez Llorente es una de ellas, y, como dijo el jueves el secretario general de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT), Carlos López Cortiñas, “hoy estaría con nosotros frente a la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que elimina muchos conceptos que él desarrollo, como la participación de la comunidad educativa a través de los Consejos Escolares, que ahora dan un paso atrás; la elección democrática de los directores de los centros, que con la nueva ley serán designados por la administración y se convierten en jefes de personal con capacidad de quitar y poner profesores; el principio de no segregación de los alumnos, que ahora desaparece, y la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, que ha sido suprimida porque molestaba a los obispos".
La vigencia del pensamiento pedagógico del profesor, sindicalista y exdirigente de Izquierda Socialista, quedó de relieve en la presentación del libro Luis Gómez Llorente: educación pública y socialismo (Edit. Los libros de la Catarata, 2013). Los coordinadores del volumen, Antonio García Santesmases, colaborador habitual de cuartopoder.es, y Manuel de la Rocha, han recogido los textos del homenaje que le rindieron poco después de su muerte, acaecida el 5 de octubre de 2012. En aquel acto intervinieron Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona, Alfonso Guerra, Carlos López Riaño, Nicolás Redondo Urbieta, Cándido Méndez y Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros. Y a la presentación del libro en la Escuela Julián Besteiro acudieron el exsecretario general de la UGT, Nicolás Redondo (entre el público) y su sucesor, Cándido Méndez, para quien Gómez Llorente fue un sindicalista “pragmático y gradual, siempre buscando puntos de encuentro”. Como tal, propugnó la defensa de los derechos de los profesores de la enseñanza privada y concertada con el mismo empeño que los de la pública.
Uno de los avances en los que intervino decisivamente, fue el pago directo de los sueldos a los profesores de los centros privados concertados, recordó Manuel de la Rocha. Hoy parecerá tamañita conquista social, aunque en aquellos tiempos, hace tres décadas, no pocos sino muchos propietarios de centros escolares concertados, se apropiaban de las nóminas de los profesores durante los tres meses de vacaciones por el procedimiento de la rescisión del contrato. Y se dieron muchos casos de no recontratar a los que protestaban. La mayor parte de ese "empresariado" eran órdenes religiosas que aplicaban el principio general de la ley: "lo tuyo para mí". Cándido Méndez denunció “el aprovechamiento de la crisis económica provocada por los especuladores financieros para imponer una devaluación salarial draconiana, debilitar la fuerza negociadora de los sindicatos y atacar las garantías de la educación pública y del sistema de protección social”.
Los exportavoces de Izquierda Socialista, Santesmases y De la Rocha, se distribuyeron el recorrido de Gómez Llorente por la vida política en el PSOE hasta 1982 y por la obra como profesor de filosofía y pedagogo comprometido con la educación pública y laica, si bien, Méndez aseguró que era cristiano y Santesmases dijo que se quedó en la puerta al abordar el laicismo. Si para López Cortiñas, Gómez Llorente fue y seguirá siendo el ideólogo de referencia en FETE-UGT, para De la Rocha no hay duda de que sus textos son una “guía de fondo” sobre la enseñanza como instrumento de igualación social. En este sentido recordó sus escritos de los años setenta del siglo pasado, su alternativa socialista en la enseñanza y su intervención determinante en el debate constitucional del artículo 27, “el único consenso alcanzado con la derecha en educación”. Cierto es que, como recordó Santesmases, la presencia de monseñor Tarancón al frente de la Iglesia Católica, acostumbrada hasta entonces a dictar las leyes educativas con el franquismo, contribuyó de una forma decisiva al acuerdo. “Nada que ver con la situación actual y la ley Wert”, rechazada por toda la oposición parlamentaria y contra la que se ha convocado huelga general en la enseñanza el próximo jueves, día 24.
Si la vida política de Gómez Llorente acabó cuando decidió retirarse, en junio de 1982, y abandonar la dirección de la corriente crítica del PSOE que encabezaba con Pablo Castellano, la carrera docente le permitió colaborar asiduamente con el sindicato, consciente de que, como había escrito en 1979, “el saber ha sido un instrumento de dominación a través de los siglos. Las clases dominantes, los grupos privilegiados en cada sociedad han retenido como patrimonio privado las formas de sabiduría más sofisticadas según el nivel de cada tiempo. El muro de la riqueza y el muro de la sabiduría han sido los baluartes seculares para preservar el recinto de los privilegiados”. Con esta enseñanza termina el libro de homenaje. Falta otro con sus escritos sobre Educación.
