A la mayoría de los empresarios catalanes no les asusta, y muchos verían con buenos ojos, el proceso soberanista y/o independentista que están promoviendo desde el gobierno catalán. Así al menos lo han asegurado a cuartopoder.es fuentes de la patronal catalana, Foment del Treball. Son datos que no quieren oficializar, aunque, según afirman estas mismas fuentes, se corresponden con un retrato robot bastante fidedigno de la realidad social y económica catalana. "Una cosa es la cantidad y otra la calidad, pero los datos son los que son...", afirma una de las fuentes consultadas.
Uno de los representantes de los patronos catalanes aclara que "cuando se habla de empresas y empresarios catalanes todo el mundo piensa en las grandes empresas, pero esas son minoría. El grueso del empresariado catalán es el pequeño empresario, el comerciante, ´el botiguer´..." En ese mapa de situación que manejan algunos miembros de Foment del Treball, las pymes catalanas son, en cifras redondas, alrededor de 400.000. "Y -asegura uno de nuestros interlocutores- no hay duda de que están por una gestión económica propia. Con más o menos carga ideológica de fondo, pero la mayoría piensa que sin la intervención del gobierno de Madrid nos iría mucho mejor. Tal vez no sean independentistas por convicciones históricas y geográficas, pero sí les convencen los argumentos o el ideario económico del nacionalismo". Además, de acuerdo con estos datos, esas 400.000 empresas son las que acaparan alrededor del 60% del empleo en Cataluña.
La clave está, a juicio de este empresario catalán, en que ninguna de esas empresas exporta ni depende del consumo en el resto de España. Su negocio -aclara- no depende del resto de España, pero sus impuestos y, en buena medida la gestión de los de los mismos, sí. Depende directamente del gobierno, en este caso, de Mariano Rajoy, y su balance es claramente insatisfactorio. La conclusión es, para este representante de la patronal catalana, que "es falso el mantra que repiten las autoridades en Madrid de que los empresarios catalanes no quieren independencia".
Quienes, en opinión de esas mismas fuentes, sí estarían radicalmente en contra de la independencia son aquellas empresas catalanas que basan su funcionamiento en la exportación fuera de Cataluña, al resto de España. "Pero esas- aclaran estas fuentes- son alrededor de 40.000, cuantitativamente, no hay color..." En cualquier caso este patrono catalán aclara que son empresas medias, de gran importancia, pero en líneas generales, no se han manifestado públicamente, salvo en el caso del Presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara Bosch, quien ya en su día calificó de "mal irreparable" la hipotética independencia para Cataluña y anunció que, de llegar a producirse algún día, él trasladaría la sede de Planeta a cualquier lugar de España, fuera de Cataluña.
Por último y en contra de la opinión de reputados expertos y analistas de organismos con sede en Madrid, las multinacionales que tienen sede en Cataluña no ven con angustia la posibilidad de que Cataluña consiga algún día la independencia, porque no supondría ningún descalabro para ellas. La fortaleza de empresas como La Caixa, o la de algunas multinacionales con planta de producción en Cataluña, como Nestlé o Danone, " tienen planes A y B para afrontar cualquier escenario, pero no supone ningún drama y mucho menos económico para ellas un eventual escenario secesionista en Cataluña".
Con todo, desde la patronal catalana no ocultan la preocupación que les genera el escenario y el camino hacia la independencia abierto por el presidente catalán, Artur Mas. Preocupación que se palpa también en CEOE, la organización que preside el también catalán Joan Rosell. "En especial - asegura un representante de la CEOE- no entendemos la inactividad, la pasividad de Rajoy ante este asunto. Una cosa es que Rajoy tenga otras prioridades y urgencias, pero... ¡de ahí a dejar pudrirse el tema...hay un abismo! ¡Y Rajoy se equivoca si cree que no haciendo nada logrará que se pudra. Al contrario, lo que está permitiendo es que madure!".
Rajoy dejando pudrir el tema y Mas con la ensoñación soberanista conseguirán que el asunto termine en un escenario catastrófico para Cataluña y para el resto de España.