Rajoy anuncia un 2013 "muy duro" y otra revisión del sistema de pensiones

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, siguió el guión consabido de la “difícil herencia recibida” para realizar el balance de 2012, su primer año de Gobierno. Tras el último Consejo de Ministros compareció ante los periodistas y apeló a la famosa desviación del déficit para justificar los recortes sociales y para que los ciudadanos comprendan lo malos que fueron los socialistas. Ellos gastaron más de lo que teníamos y por culpa suya, el Gobierno del PP ha tenido que adoptar “medidas, en ocasiones, dolorosas”. El socialista Alfredo Pérez Rubalcaba le contestó: “No es la herencia, sino las políticas de derechas y la ferocidad contra el Estado social”. Rajoy se mostró dispuesto a hablar con el presidente catalán Artur Mas cuando él quiera. Y para 2013 anunció más dureza y la revisión del sistema de pensiones.

Los santos inocentes sobre los que el Gobierno del PP ha hecho recaer todo el pago de la crisis en 2013, deben saber que los socialistas dejaron una desviación del déficit público de 30.000 millones de euros y que por eso Rajoy tuvo que subir el IRPF y el IVA y adoptar medidas tan dolorosas como el recorte del presupuesto público en un 25%. Para esos santos inocentes englobados en el concepto de “sociedad española” y para los “pensionistas”, a los que el Gobierno no ha podido actualizar la paga conforme a la desviación de la inflación y para los “funcionarios”, a los que ha quitado la paga extra de Navidad y mantiene la congelación salarial, tuvo Rajoy palabras de elogio. Ellos sufren pero saben que todo lo que el Ejecutivo ha hecho este año –incluida la rescisión de contratos en la enseñanza, la sanidad, los servicios sociales, la ayuda a las personas dependientes, el repago de fármacos y servicios sanitarios, la subida de las matrículas universitarias, la supresión de comedores escolares y otras medidas-- forma parte de “una ambiciosa agenda de reformas” para “hacer sostenible la educación y la sanidad pública universal y de calidad”.

También saben, añadió Rajoy, que “la austeridad y las reformas”, aunque exigen sacrificios, son imprescindibles para “crecer y crear empleo”. Y que si este Gobierno no hubiera atajado el excesivo gasto público ahora tendríamos un déficit insoportable de, por lo menos, el 11%. Y eso, en una situación de crisis financiera, nos llevaría a la quiebra. Por tanto, “aunque sabemos que mucha gente se siente impaciente y decepcionada por la falta de resultados”, han de entender que “el Gobierno está haciendo lo que debía hacer”. Y además, destacó Rajoy, “esta política ya da frutos y se pueden ver en la reducción del déficit, la mejora de la balanza comercial que por primera vez será positiva en 2013 y también en la recuperación de la confianza”.

Pero, cuidado, advirtió, “no hay que engañarse; tenemos por delante un año muy duro y la economía seguirá en recesión, aunque en la segunda mitad de 2013 comenzará a crecer”. En este punto se refirió a las “fortalezas”, esas empresas que exportan y ganan cuotas en el mercado exterior, que han aumentado su competitividad y que, por ejemplo, han conseguido en 2012 contratos por valor de 23.000 millones de euros, cuatro billones de las antiguas pesetas. Con el primer verso del credo del gobernante: “Creo en España” y la petición de “paciencia, comprensión con las medidas adoptadas y solidaridad, porque todos debemos aportar algo”, concluyó su exordio a modo de balance.

Cataluña no es el problema de España, dijo el Presidente en el turno de preguntas, pero tiene los mismos problemas que España, comenzando por los 750.000 desempleados. De la financiación catalana y de otros problemas se mostró dispuesto a hablar con el president de la Generalitat cuando quiera. Desde luego, será un diálogo “dentro del marco constitucional” y “yo haré lo que esté en mi mano para reconducir el problema político”. El presidente quiso dejar claro que él nunca ha roto los “puntos de encuentro” con Mas, pero una cosa es el diálogo y otra el órdago. Sobre la unidad dijo que tenía un acuerdo básico con el dirigente del PSOE, Rubalcaba.

En opinión de Rajoy, “la prioridad no es una reforma constitucional sino la estabilidad política”. Admitió que no tiene inconveniente en abordar la reforma de la Constitución siempre y cuando obedezca a un objetivo claro sobre el que se logre el consenso y sea el momento oportuno. Lo prioritario para el Gobierno es recobrar el pulso económico, remontar la crisis económica y avanzar en la construcción europea, en la que, tras la llegada de François Hollande a la presidencia francesa, al que no citó, se han dado pasos importantes en materia financiera y de fiscalidad común.

Rajoy, que aseguró que recurrirá al Tribunal Constitucional el pago de un euro por receta médica en Madrid, lo mismo que ha hecho en Cataluña, prefirió no pronunciarse sobre la privatización de la gestión de seis hospitales y 27 centros de salud en Madrid –“modelos de gestión hay muchos”, fue todo lo que dijo-- y avanzó que lo primero que nos espera en 2013 será la reforma del sistema de pensiones. “Llevaremos al Pacto de Toledo el debate sobre la sostenibilidad del sistema para que se cumpla efectivamente la edad de jubilación (a los 67 años)”, dijo antes de señalar que sólo la mitad de los que se jubilaron en 2009 y 2010 tenían 65 años y que lo importante es que aumenten las afiliaciones a la Seguridad Social porque “por nueve millones de pensionistas sólo tenemos 17 millones de cotizantes”. Sobre si el paro alcanzará la cifra de 6 millones en los próximos meses, prefirió no hacer pronósticos.

En cuanto acabó la rueda de prensa en Moncloa, el secretario general del PSOE, Rubalcaba, compareció para anunciar que intentará frenar por todos los medios las reforma educativa que proyecta el ministro José Ignacio Wert y recurrirá a los tribunales la privatización de la sanidad madrileña. “Me voy a empeñar personalmente en estas dos iniciativas”, afirmó.