Wert consigue que la política catalana vuelva a cerrar filas

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Marta Lasalas *

La consejera de Educación catalana, Irene Rigau, conversa con el ministro Wert el pasado martes, día 4, poco antes de abandonar la Conferencia Sectorial de Educación. / J. J. Guillén (Efe)

BARCELONA.– Más que un toro bravo, como él mismo se define para sorpresa de propios y extraños, el ministro José Ignacio Wert aparece en Cataluña como un elefante patoso en una delicada cacharrería. Con su borrador de la ley de Mejora de la Calidad Educativa ha alentado un autentico cierre de filas de la práctica totalidad de los partidos del Parlament, aún entumecidos por la campaña electoral más descarnada que nunca había vivido la política catalana. Wert ha disparado contra la lengua y contra uno de los éxitos más valorados en la capacidad de integración social de Cataluña, la inmersión lingüística. Y la reacción no se ha hecho esperar, hasta el punto que la consellera d’Ensenyament, Irene Rigau, se atrevió a asegurar después de plantar el martes al ministro en Madrid que el proyecto “es tan ofensivo que la no aplicación tendrá un apoyo unánime”.

Nadie duda del trasfondo político de la iniciativa. Wert ataca directamente el modelo de educación después de haber asegurado que la escuela catalana es una fábrica de independentistas y cuando ha confesado sin rubor que su objetivo es españolizar a los niños catalanes. Y sin embargo, la embestida del ministro es tan aparatosa que incluso ha conseguido provocar la irritación del PP catalán y su líder, Alícia Sánchez-Camacho, que ya ha hecho saber que está dispuesta a presentar enmiendas contra el proyecto.

Tampoco es casual el momento escogido, con el govern en situación de interinidad, en plena resaca electoral y con CiU debilitada a raíz de unos comicios en los que perdió 12 diputados. Por ello, la respuesta inmediata del president de la Generalitat en funciones, Artur Mas, se encamina a desactivar esta imagen de supuesta debilidad con la convocatoria el próximo miércoles de una cumbre en la cual se darán cita los líderes de todos los partidos que apoyan el modelo educativo, CiU, ERC, PSC e ICV-EUiA, junto a los representantes del Consell Escolar.

En Cataluña se valora la inmersión como un modelo de éxito que ha evitado una doble red escolar que divida a los niños en función de la lengua. Se trata de una experiencia que ha conseguido un amplio reconocimiento a nivel internacional y cuyos resultados, según demuestran las pruebas de evaluación del ministerio, garantizan el mismo nivel de castellano -o incluso mejor- para los niños catalanes que para los del resto del Estado. No existe pues un argumento pedagógico que justifique la ofensiva.

La ley de Normalización lingüística de 1983 y los sucesivos decretos y leyes que fueron desarrollando el modelo contaban con el paraguas del Tribunal Constitucional. Sin embargo, hace dos años la sentencia del TC sobre el Estatut de Catalunya abrió una grieta en la jurisprudencia que blindaba la inmersión y dio pie a sentencias del Supremo sobre el alcance del catalán como lengua vehicular.

Es precisamente en este resquicio donde se refugia Wert para impulsar su reforma a pesar de que ello le obligue a situarse en una posición más radical que la del PP y cercana a Ciutadans. La consellera d’Ensenyament ha denunciado que “desde 1978 el catalán no había estado tan menospreciado por el ministerio” dado que la propuesta pretende que pase a convertirse en la cuarta lengua en la educación primaria, por detrás del castellano y las dos lenguas extranjeras.

Con esta iniciativa, Wert ha ensanchado aún más el abismo que separa el gobierno español y la Generalitat. Lo ha hecho justo en el momento en que se especulaba sobre la voluntad del ejecutivo de Mariano Rajoy de emprender iniciativas tendentes a reconstruir puentes con CiU. Incluso desde las filas nacionalistas, los democristianos de Duran Lleida habían provocado un enconado debate interno al apostar por la conveniencia de recuperar el diálogo. Sin embargo, este viernes fue el propio Duran quien cargó con mayor dureza contra la propuesta del ministro, que calificó como el “peor ataque desde la muerte de Franco que ha recibido el catalán” al tiempo que pedía la dimisión del titular de Educación. No obstante, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, se encargó de ilustrar el alcance del movimiento de Wert, al cual brindó un apoyo sin ambages del Gobierno.

Más allá de las consideraciones sobre la intencionalidad de la estrategia, lo cierto es que en Cataluña la iniciativa ha conseguido cerrar filas en un contexto político de enorme división. Artur Mas se encuentra en plena negociación con los independentistas de Oriol Junqueras para recabar el apoyo de ERC a su gobierno. Las condiciones de los republicanos, que aseguran sus votos para facilitar la gobernabilidad pero se niegan a entrar en el ejecutivo, pasan por garantizar la convocatoria de una consulta independentista esta misma legislatura y por suavizar la política de recortes.

El PSC se ha descabalgado de la negociación inicial al dejar clara la negativa a facilitar la investidura. Pero no descartan la posibilidad de apoyar los presupuestos. Quienes sí aparecen absolutamente al margen de cualquier conversación son los diputados populares. Esta ausencia puede resultar muy cara a la formación de Alicia Sánchez-Camacho, ya que el nuevo escenario abierto por las elecciones catalanas ha puesto en cuestión los pactos que mantienen CiU y PP en la Diputación de Barcelona o en Ayuntamientos como Badalona y Castelldefels, lo cual amenaza con mermar de manera muy importante el peso institucional de la formación conservadora.

El ciclón provocado por las propuestas soberanistas continúa agitando el mapa político catalán con intensidad. La convocatoria de una consulta independentista sigue en el centro del debate y la iniciativa del ministro Wert, al apuntar su objetivo hacia un argumento tan sensible como la lengua no ha hecho más que aportar un nuevo catálogo de razones justo en un punto donde el discurso catalán se compacta fácilmente y sin fisuras.

(*) Marta Lasalas es periodista.
1 Comment
  1. Verbarte says

    Wert, como en su momento Millán Astray, apunta directamente a «Cataluña y Vascongadas». Este ministro es más peligroso de lo que se piensa. http://wp.me/p2v1L3-cR

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