Balones fuera

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Rajoy, precedido por Campo Vidal, abandona sonriente el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, acompañado por González Pons, tras el debate. / Alberto Martín (Efe)

Rubalcaba ha estado especialmente pesado a la hora de interpretar el programa electoral del PP. Por un lado decía que era ambiguo y por otro él hacía la peor interpretación posible. Llenó su tiempo con juicios de intenciones sobre lo que Rajoy hará como presidente de Gobierno y, claro está, el candidato del PP, no tuvo necesidad de hacer juicio de intenciones. Tuvo suficiente con mostrarle las cifras y resultados de sus dos legislaturas y recordarle el desastre en Educación causado por la LOGSE, la Ley de Educación puesta en marcha por Rubalcaba cuando era ministro del Gobierno de Felipe González.

"Hay que hacer una política diferente a la que han hecho ustedes", dijo Rajoy y esto no lo duda nadie, vista la situación de la economía española. Ni una sola vez Rubalcaba rebatió los recortes sociales hechos en los Presupuestos del Gobierno del que ha formado parte, pero todo el tiempo le exigió a Rajoy que explique qué va a hacer.

El líder del PP se defendió bien de lo que consideró "insidias y mentiras" del candidato socialista: "Conociéndole no me extraña”. “Son maestros en decir una cosa y hacer otra”. “Se lo repito. Yo no haré lo que ustedes han hecho". “¿Como puede usted tener la osadía de hablarme de seguridad cuando han creado tres millones de parados y contratos indefinidos ad eternum?".

Rubalcaba salió nervioso, pues sabía que carecía de credibilidad, porque ha formado parte de un gobierno que ha estado errático, que ha gastado más de lo que tenía y que ha terminado en manos del BCE, porque nadie quería comprar deuda española.Como Rubalcaba siguió pesado con el programa, Rajoy le espetó: "Yo no soy como usted, no me confunda. Lo que no va en mi programa no lo hago. Ustedes se cargaron el cheque bebé, bajaron el sueldo de los funcionarios, congelaron las pensiones, subieron el IVA, y nada de eso iba en su programa".

Rajoy dejó las propuestas para el final de la intervención de cada bloque, lo que hizo que Rubalcaba, hostigándole, pareciera el candidato y Rajoy el presidente. Quizás el principal error de Rubalcaba fue hacer de periodista agresivo con un cuestionario muy corto y repetitivo, sin capacidad para repreguntar. Se notó que los números le duelen y no podía ser de otra manera, porque incluso la reforma laboral del PSOE se ha hecho en contra de los agentes sociales y sin ningún apoyo en la cámara; aprobándola en solitario. Los números le descomponen, porque lo suyo es la palabrería. En cualquier caso, lo más probable es que cada uno de ellos solo haya convencido a sus propios.

1 Comment
  1. Aleve Sicofante says

    Y no hay que pensar mucho para imaginar qué clase de propio es usted, ¿verdad? 🙁

    «Rubalcaba ha estado especialmente pesado a la hora de interpretar el programa electoral del PP. Por un lado decía que era ambiguo y por otro él hacía la peor interpretación posible.» Y Rajoy perdía cada vez la oportunidad de desmentirle con explicaciones claras, dándole así la razón.

    «Ni una sola vez Rubalcaba rebatió los recortes sociales hechos en los Presupuestos del Gobierno del que ha formado parte,» Lo que significa que los admite porque son hechos irrefutables. No hay que estar muy espabilado para entender esto…

    » pero todo el tiempo le exigió a Rajoy que explique qué va a hacer.»
    Y Rajoy respondió con vaguedades, lugares comunes y más ambigüedad, cuando no respuetas ajenas a la pregunta. Entre que el programa es ambiguo y que él se niega a defender sus convicciones (vaya usted a saber por qué) con algo más que circunloquios, lo único que uno puede hacer es temerse lo peor.

    «lo que hizo que Rubalcaba, hostigándole, pareciera el candidato y Rajoy el presidente» Quizá quiera usted consultar los periódicos. Ambos son candidatos. Ninguno es ni ha sido presidente.

    Por supuesto que Rajoy tenía a su favor los terribles datos económicos que todos conocemos. Pero no nos ha contado lo que no conocemos: qué va a hacer cuando llegue al gobierno. La misión de Rubalcaba era «desenmascarar» a Rajoy o demostrar que no quiere explicarse. Logró lo segundo con creces.

    La misión de Rajoy era decir vaguedades y no entrar en ninguna discusción de fondo. Debemos deducir que si se explica asustará al electorado de centro.

    Había que despejarles las ideas al 30% de indecisos. Los indecisos son los únicos votantes que piensan un rato sobre qué van a votar. Si hay algo que temer de la derecha, Rajoy dejó claro que hay que seguir temiéndolo. Por desgracia -pero también de acuerdo con la lógica- no hay nada que esperar del PSOE. Está kaputt hasta la siguiente convocatoria como mínimo, así que quien los vota lo hará sólo para evitar que el PP disponga de una mayoría absoluta y vaya demasiado lejos en sus oscuras intenciones (oscuras porque así lo quieren ellos mismos, negándose una y otra vez a despejar las ambigüedades).

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