La ratificación de las listas al Congreso y al Senado para las elecciones del 20 de noviembre por parte del Comité Federal del PSOE ha revelado que el poder es despiadado y la dirección del partido desprecia los servicios prestados. Algunos veteranos, como el extremeño Victorino Mayoral, ya habían sufrido el fenómeno y a otros les ha llegado el turno. Días atrás, Mayoral comentaba al cronista la dificultad de que la dirección rescatase a Francisco Fernández Marugán como número dos de la lista de Badajoz, detrás de Soledad Pérez Domínguez, ya que el secretario general de Mérida, ex vicepresidente de la Junta y portavoz en la Asamblea de Extremadura, Ignacio Sánchez Amor, no iba a cederle el puesto. Sin embago, José María Benegas, amigo y compañero de batallas parlamentarias de Marugán, confiaba en que el Comité Federal le rescatase y colocase en la lista. Pero, de rescate, nada.
Sorprendentemente el diputado que ha negociado y defendido todos los Presupuestos del Estado de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero ha quedado fuera de las listas socialistas. No es el único caso, pero sí uno de los que, por comparación, mejor revelan el grado de compromiso de Zapatero con los que le han apoyado y ayudado. La comparación es la siguiente: ante una tesitura similar –la que sufrió el responsable económico del PP, Miguel Árias Cañete, hace cuatro años en Cádiz--, Mariano Rajoy ejerció su autoridad y lo colocó en la lista de Madrid. Eso es lo que no han hecho ni Zapatero ni Rubalcaba con Marugán.
No ha habido pago de los servicios prestados para la mayor parte de los portavoces socialistas en las distintas comisiones parlamentarias. Algunos, como el castellano Jesús Quijano, el asturiano Alvaro Cuesta y la sevillana Carmen Hermosín, han quedado fuera por voluntad propia. Otros, sencillamente, han sido relegados. Olvidos tan relevantes como el de la responsable de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, otrora diputada por Valencia, se cruzan con indicaciones para relegar a la portavoz económica Marta Gastón y al portavoz de Defensa, Jesús Cuadrado, sacrificado en Zamora en beneficio del ministro del Interior, Antonio Camacho.
En pago de “los servicios prestados”, otros cadáveres políticos aparecen esparcidos por los campos: en Canarias, Pilar Grande, la portavoz que ha ayudado a las ministras Trinidad Jiménez y Leire Pajín a sacar sus leyes sanitarias adelante; en Castilla-La Mancha, Fernando Moraleda, otrora impulsor de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y ex portavoz del Gobierno, ahora relegado en la lista de Ciudad Real en beneficio del ex presidente regional José María Barreda; en Aragón, Jesús Membrado, el portavoz de la Comisión de Trabajo que se partió el pecho por la tardía reforma laboral de Celestino Corbacho…
En algunos casos, como el del ex alcalde de Palencia, Heliodoro Gallego, el partido ha entendido que sus servicios no fueron suficientes para proponerle de senador y han colocado a la joven Myriam Andrés. Nada que ver con Odón Elorza, que encabeza la lista de los socialistas guipuzcoanos al Congreso de los Diputados. Ni tampoco con el del alcalde de Zaragoza y ex ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, que volverá al Senado y renunciará a su sueldo de regidor como manda Rubalcaba y dispone la ley.
Del silencioso campo de agramante del que han salido las listas socialistas vale sacar varias conclusiones: la primera, que el trabajo parlamentario en Madrid no garantiza el aprecio del partido ni siquiera dedicando los fines de semana a “cuidar el huerto”. La segunda, que la dirección federal carece de autoridad suficiente. La tercera, que algunos derrotados el 22 de mayo no se resignan a hacer oposición donde les toca. Y la cuarta, que ante el riesgo de incriminación por parte del PP, determinados ministros y ex dirigentes autonómicos han buscado esa protección parlamentaria a la que llaman inmunidad.
Otra nota destacada de las listas socialistas ha sido el notable avance de la paridad: el 49% son mujeres y el 51% hombres. A Rubalcaba le habría gustado presumir de un 40% de féminas encabezando las listas, lo que exigía 20 y se ha quedado en 19, aunque el avance no es menor si consideramos que en 2008 fueron 12. La marginación de Marugán llevó a José María Benegas a votar abstención en el Comité Federal, y lo propio hicieron los representantes de Madrid, incluido su secretario general, Tomás Gómez, para expresar su malestar contra la decisión de la comisión de listas de relegar al representante de la corriente crítica Izquierda Socialista Juan Antonio Barrio de Penagos del 11 al 13 en la lista. Barrio se retiró voluntariamente. Así las cosas, las candidaturas que antes se aprobaban por unanimidad, registraron 14 abstenciones de los 187 asistentes al comité.
Dilema para los socialistas: ¿En el Campo de Agramante quijotil reinaba la confusión porque no había rey o había un rey porque reinaba la confusión entre tanto barón?
Me parece estupendo el avance de las mujeres que, curiosamente, no se da en los partidos de derechas ni tampoco veo en los llamados de izquierdas.
El señor que ha escrito el artículo no tiene ni idea de por dónde le da el viento. El único criterio que debería predominar en la elección de los candidatos al Congreso es el de su valía política y personal, y creo que esto no lo puede discutir nadie. Y, en segundo lugar, le ruego al articulista que mencione un solo nombre de candidato al Congreso por el PSOE que busque inmunidad parlamentaria. Bien está que cada uno exprese aquí su opinión, pero lo que nunca debe faltar en un periodista es rigor en lo que escribe. Como lector de esta web, nunca pensé que me iba a encontrar con un artículo semejante.
Los diputados que menciona Luis Díez en su artículo han hecho, efectivamente, una buena labor en el Congreso, pero muchos de ellos llevan ya varias legislaturas, y yo creo que está más que demostrado que el partido ha premiado su labor, al haberles propuesto como candidatos durante tanto tiempo. El problema es que si el agradecimiento fuera eterno, veríamos siempre las mismas caras y no habría apenas renovación en las listas. Dicho esto, entra gente nueva, de trayectoria amplia y reconocida en muchos casos, que pueden aportar su experiencia y realizar una labor igualmente buena. También hay gente prometedora de edades más jóvenes. Coincido con el mensaje anterior en el sentido de que el comentario de Luis Díez sobre la inmunidad parlamentaria está totalmente fuera de lugar. Saludos.
En vez de hablar de que entre los diputados del PSOE hay mucho «recolocado» y mucho «aprovechategui» (que habrá algunos, claro), me hubiera gustado leer una mención del autor del artículo a los candidatos del PSOE que, pudiendo haber vuelto a su trabajo fuera de la política, han decidido aceptar la propuesta de candidatura de sus direcciones provinciales, a sabiendas de las malas perspectivas electorales del PSOE y para facilitar que les releven otras personas válidas después de muchos años de trayectoria política. Entre ellos está por ejemplo, José María Barreda, expresidente castellano-manchego y profesor de universidad con plaza titular. Cuidado con las generalizaciones.
Si los del PP han llevado a los tribunales a un señor como Manuel Chaves, presidente del partido, que debiera estar jubilado y se ha colocado al Congreso en la cabeza de la lista de Cádiz, y si Cospedal está buscando papeles para acusar a Barrera, es de cajón pensar que el partido trate de evitar que un cuervo facha pueda enviar a la guardia civil a detenerlos cualquier día por la tarde para humillarlos. Ya sabemos cómo las gasta la derecha. ¡Claro que tienen que ir en las listas! Y tmbién Camacho. ¿Acaso nos hemos olvidado del famoso caso Faisán con el que la derechona quiere volar a Rubalcaba?
Parece mentira que con la buena gente que hay en Zamora y en las filas socialistas, nos traen un cunero! Pues no pienso darle mi voto lo siento por el PSOE.