Prórroga indefinida en la guerra de Libia hasta liquidar a Gadafi

El objetivo de derrocar y liquidar al dictador libio Muamar el Gadafi y terminar así con la amenaza que representa para la gran mayoría de su pueblo llevó ayer a los diputados del PSOE, el PP y el PNV a respaldar la “prórroga indefinida” de la misión aeronaval en Libia, en la que participan 405 militares españoles bajo el mando de la OTAN con un coste cifrado en 43 millones de euros desde el mes de marzo hasta ahora y en 14,4 más cada mes.

Las ministras de Asuntos Exteriores y de Defensa, Trinidad Jiménez y Carme Chacón, respectivamente, ofrecieron datos contradictorios sobre el curso de la guerra y el liderazgo del país tras el conflicto. Según Chacón, “el frente del Este, en Altavilla y Brega, se encuentra estabilizado y se lucha en el Norte y en la frontera con Túnez”. La titular de Defensa afirmó que “el liderazgo postconflicto lo debe tener la ONU”. En cambio, la ministra de Exteriores dijo que el Consejo Nacional de Transición “ya trabaja activamente en la reconciliación y posee una hoja de ruta clara sobre el futuro del país, con una oferta de Constitución”.

El del lunes era el tercer permiso que el Gobierno de Rodríguez Zapatero solicitaba al Congreso desde que en marzo pasado se integrara en la coalición encabezada por Estados Unidos para frenar la masacre del dictador Gadafi contra su pueblo. Entonces el líder del PP, Mariano Rajoy, manifestó su escepticismo sobre el plazo solicitado (un mes para la fuerza aérea y dos para la naval) y lo consideró escaso. Tenía razón. A mediados de mayo, el Ejecutivo pidió permiso para prorrogar por dos meses la misión aérea en la que participan cuatro cazas F-18 y un Boeing 707 de abastecimiento en vuelo, al que añadió un Hércules cisterna. Ayer, pese a que la OTAN sólo ha pedido una prórroga de tres meses, hasta final de septiembre, el Ejecutivo prefirió no “pillarse los dedos” por si tiene que convocar elecciones generales anticipadas y solicitó una prórroga ilimitada.

Ni Chacón ni Jiménez supieron explicar la razón por la que el Gobierno renunciaba a poner límite temporal a la misión. El vasco Joseba Beloki y los dirigentes de UPyD y de IU-ICV, Rosa Díez y Gaspar Llamazares, respectivamente, reclamaron un fundamento, pero la única respuesta fue la determinación de “mantener la presión el tiempo que sea necesario hasta que el pueblo libio recupere su libertad”, según Chacón, y el hecho de que “España es un país soberano”, según Jiménez. Después de lo cual, Díez, que representaba también al Grupo Mixto, dijo que no apoyaría esa prórroga, con lo que misión pierde apoyo parlamentario. Los diputados de CiU en la Comisión de Defensa ni siquiera acudieron a la sesión, si bien, el presidente del grupo y de la Comisión de Exteriores, Josép Antoni Durán i Lleida, presidió la reunión conjunta de ambas comisiones.

Más allá de los datos sobre las horas de vuelo, el combustible gastado –casi dos millones de litros-- y de la firme voluntad de “apoyar y afianzar” la “primavera árabe”, la titular de Defensa dijo que los resultados obtenidos hasta ahora son “muy positivos”, pues además de proteger a los habitantes de Misratáh “hemos salvado la vida de miles de personas” que habrían sido masacradas por los blindados y los aviones de Gadafi. Este argumento fue reiterado por el socialista Jesús Cuadrado, quien apeló al “deber moral” de Rosa Díez para pedir su voto favorable a la prórroga y descartó cualquier negociación de paz o entendimiento con “el criminal de guerra, el sátrapa y el genocida Gadafi, que está en busca y captura”.

Como si quisiera adelantarse a Llamazares, Chacón afirmó que “hemos reclamado y volvemos a reclamar hoy a la OTAN que evite víctimas civiles; cualquier víctima civil es intolerable”. Horas antes, los bombardeos de la OTAN habían provocado 15 víctimas civiles en Surmán, a 80 kilómetros de Trípoli. Chacón justificó el empleo de helicópteros por parte de británicos y franceses “porque Gadafi utiliza zonas urbanas para esconder su armamento, junto a colegios y hospitales”. Sobre las víctimas provocadas por la OTAN, el socialista Cuadrado dijo que “ha habido funerales ficticios”, organizados por los seguidores del dictador.

Para reforzar el objetivo de acabar con Gadafi, el portavoz de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui afirmó que el líder libio “ya ha pactado y transmitido poderes a sus peores enemigos, Al Qaeda”. De Aristegui dudó de que “una parte del Consejo Nacional de Transición sea trigo limpio”. Pero la ministra Jiménez consideró “fiable” dicho Consejo y explicó que se ha ido ampliando con representantes de las distintas tribus y ya trabaja por la reconciliación nacional.

La intervención más contundente y el rechazo más nítido a la prorroga lo protagonizó el diputado de IU Llamazares, quien denunció: “No hay exclusión aérea sino intervención con helicópteros artillados Tigre y Apache en una guerra civil en la que la OTAN ha provocado 700 víctimas civiles, no refutadas por la propia OTAN, dentro de los 15.000 muertos contabilizados hasta ahora”. Para Llamazares se ha rebasando ampliamente las resoluciones de la ONU y se ha vulnerado la Ley de la Defensa Nacional con la intervención en una guerra civil que terminará dividiendo al país y obedece a “una concepción imperial del Mediterráneo”, motivos más que suficientes, dijo, para “no participar en la votación de una propuesta ilegal y en fraude de ley”.

La división de Libia también fue contemplada por Aristegui, quien subrayó “el estancamiento” del conflicto. Su compañera del PP y portavoz de Defensa, Beatriz Rodríguez Salmones, reprodujo el reproche del secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, el pasado jueves durante una visita a Madrid, en el sentido de que España estaba haciendo muy poco en Libia, a lo que Chacón replicó que “nuestra presencia es relevante, no hemos dejado de hacer ninguna misión ordenada por el mando” y reprodujo las palabras de Rasmussen: “Demasiados países han hecho demasiado poco”. En respuesta a Arístegui manifestó que “cada vez estamos más cerca del final, más del 80% de los instrumentos de Gadafi han sido eliminados, pero es verdad que Gadafi es un peligro y sólo podremos decir que no hay riesgo cuando los libios puedan decidir su destino sin Gadafi”.

Puesto que entre las 20 y 20:30 horas del lunes estaba previsto que llegase a Madrid el avión medicalizado con los cuatro militares heridos en Afganistán y había que acudir a recibirlos y a reconfortar a sus familias, el presidente Durán consideró agotado el debate y levantó la sesión.