En Sol no se escribe una elegía

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Pancarta en la Puerta del Sol, ayer por la tarde. / Javier Vaquero

Sé cómo me siento con el final de la acampada de Sol. Y no quiero ver el desmantelamiento de las últimas carpas, los libros de la biblioteca empaquetados. No quiero mirar los brazos agitándose en alto y pensar que es la última vez. No quiero escucharlos, a esos que debaten de política sin conocerse en un espacio público, e imaginarme Sol en silencio. No quiero escribir una elegía, pero este arranque me recuerda a Lorca: que no quiero ver la sangre sobre la plaza.

No quiero ir, pero debo hacerlo. Y cuando llego, dejo de pensar cómo me siento y pregunto cómo se sienten ellos, los que han vivido allí. “Muy cansada”, me contesta Ceballos, una actriz de 32 años. Un buen baño de pragmatismo, pienso. “Llevo sin dormir desde el viernes y… sí da un poquillo de nostalgia. Desmontando había mucha tristeza”. Ella pertenecía a la comisión de infraestructuras, que siempre tenía trabajo. Le pregunto si sentirá mañana un vacío y duda. Se queda con lo positivo: “Nunca había estado en ningún movimiento asociativo. Mi conexión con la política era cero. Ahora quiero asumir como persona todo lo que hemos aprendido aquí”. Relata su experiencia en las asambleas como un aprendizaje, desde la torpeza y la lentitud inicial hasta la comprensión del significado del consenso: “Al principio, los debates eran muy torpes, pero luego ya era todo mucho más ágil. En la asamblea éramos un grupo de personas solucionando un problema. La democracia de “una persona, un voto” fue un gran paso, pero las mayorías excluyen al individuo. La mayoría puede gobernar para todos obteniendo el poder, pero en la asamblea la mayoría no tiene el poder; el poder está en conseguir el consenso”.

En su mismo caso se encuentra Fernando, estudiante de informática de 22 años, que desde mañana se enfrenta a los exámenes finales: “Aquí hemos estado mucha gente estudiando, pero a partir de mañana va a ser duro”. Él había asistido a alguna asamblea de Juventud sin futuro, pero sin mayor vinculación. Sol ha sido su primera gran acción política.

Placa de cemento colocada bajo la estatua ecuestre de Carlos III. / yfrog.com/hsnvuqfj

Cuando les hablo de su vida sin Sol, me refiero a “lo de fuera”. Ellos lo llaman “el mundo real”. La experiencia de acampar en Sol ha resultado única para quienes la han vivido y son conscientes de que un lugar en el que no circulaba el dinero no terminaba de concordar con la realidad. “Pero nos llevamos Sol”, dice él. “Y nos vamos para no molestar, pero estamos aquí en espíritu”, glosa ella. Ninguno de los dos volverá a ser el mismo. Tampoco la plaza será igual. Y no sólo para ellos. Se ha convertido en un símbolo para el mundo. Bajo la estatua ecuestre de Carlos III queda una pequeña placa de cemento que nadie debería retirar: “Dormíamos, despertamos”, dice. Firmado: “La plaza tomada”.

Fernando ha trabajado estos días en la Comisión de Alimentación, que se ha encontrado con algunos problemas: “Había gente que contaminaba el movimiento. Ha sido muy intenso, siempre había trabajo, y eso era adictivo, porque te ibas un rato a casa y enseguida estabas pensando en volver, para seguir con las cosas que tenías pendientes”. Cuando me asegura que no va a llorar la elegía va dejando de parecer un género apropiado.

Cartel de despedida, en la estatua de Carlos III, ayer. / F. F.

Ceballos prosigue: “Ha sido un territorio conquistado, hemos ideado un nuevo modo de protestar, de manifestarnos, y eso no va a desaparecer. La acampada era un medio, pero ya llegó el momento de irse”. Al fondo, un cartel de despedida, el mismo que colgaron los egipcios en la Plaza Tahrir: “Sabemos el camino de vuelta”. ¿Habrá que regresar? “Si esto se apaga, sí. Si los políticos hacen oídos sordos, como hasta ahora, volverá la crispación y cuando pase el verano, quizá tengamos que volver”.

Creen firmemente en la leyenda del último lema de la plaza: “No nos vamos, nos mudamos a tu conciencia”. Lo importante es lo que se haga a partir de ahora en los barrios y los pueblos, en las siguientes manifestaciones. “Todo el mundo tiene que aportar”, insiste Ceballos, “hay gente que va a la asamblea del barrio para decir: pero bueno, ¿y vosotros qué queréis? No es eso, yo les digo: únete y di qué necesitas tú”.

Definitivamente, no hay elegía. Lástima de enterradores.

13 Comments
  1. Ricardo says

    Hoy aparece en El País un artículo de Félix Ovejero sobre los indignados con el que no se puede estar mas de acuerdo. Yo estoy con los indignados, pero al mismo tiempo observo que la gente con sus votos, que al fin y al cabo es lo que vale, ha vuelto a sentar en sus sillones a los corruptos en Valencia. Esto mal que nos pese nos debe hacer reflexionar sobre el movimiento de indignación.

    Mucha gente se ha llevado las manos a la cabeza al ver la foto del crucifijo en las Cortes Valencianas, cuando la realidad es que esa imagen tendría que haber salido mucho antes, nunca ha sido más necesaria en las Cortes de Valencia la Cruz que ahora. En el Gólgota Jesús estaba acompañado de dos ladrones, aquí, en las Cortes Valencianas lo está de diez. Por lo menos.

  2. celine says

    Me ha emocionado la imagen que publica cuartopoder con el silencio, brazos en alto, en Sol. Lágrimas en ristre, he leído tu artículo, Irene. Bravo por tu apoyo; también tienen el mío: nos corresponde clarificar esa confusión de que, como en Valencia han ganado los malos, de nada sirve el sacrificio de sacudir conciencias. Que el silencio de los poderosos y de la prensa internacional y propia no nos enmudezca: al tajo todxs. Al tajo: es lo que corresponde ahora.

  3. Pepito La Gomera says

    Si sumamos los votos de la abstención (son amplios y variados lo motivos), el voto en blnaco y el nulo obtenemos el 35;57% de los votos, mientras que el PP saca el 23,76% y el Psoe 17,60%.

  4. anick says

    LA gente con sus votos sentó a los Nazis en el poder en Alemania y pasó lo que pasó. La maquinaria de poder se retroalimenta y con el 99% de abstención llenarían parlamentos, asambleas y plenos municipales sin sonrojo alguno. Tienen el monopolio de la fuerza -policía y ejercito al servicio del poder legítimo o no, aquí y en Siria- pero no la Razón.

  5. Manolo says

    Esta semilla fructificará en un aumento de conciencia y de confianza en la capacidad de lucha.
    Pero cuando lleguen otras elecciones, por favor, que algunos indignados no se empeñen en facilitar el poder a los contentos.
    Una elección es una batalla democrática.

  6. Pepito La Gomera says

    Para Manolo, con todo el respeto por tu opinión, pudes pensar que el 15M le ha quitado votos al PSOE, pero me parece que más bien ha sido su política de derechas lo que le ha dejado la alfombra puesta al PP.
    ZP no nos ha fallao, nos ha follao y de que manera, a los jubilados, a los fuincionarios a los jóvenes.

  7. IGNACIO says

    Desde el primer día estoy con los indignados, y comparto las manifestaciones realizadas en las tomas de posesión de los nuevos ayuntamientos, con el grito de no nos representan, pero echo en falta que este rechazo no se haya explicitado también en los ayuntamiento con alcal de Bildu, por ejemplo San Sebastián. POSE y PP no nos representan, Bildu no nos representa y además amenaza, coacciona, siega las libertades y subvierte la democracia. Las cosas claras.

  8. FRANCISCO PLAZA PIERI says

    Hace un rato he pasado por la Puerta del Sol de Madrid y he contemplado cómo unos desarrapados construían un «chabolo» con cuatro tablas.
    Hoy, día de autos…
    O yo estoy mal de mi cabeza o no se nada de nada.
    Pero este alcalde, qué hace para evitar semejante desafuero?
    Acaso desea ver aquél espacio repleto de ocupas para, después decirle a el Ministerio del Interior que es culpable de tal situación?
    Puede o no, intervenir la policía municipal en semejante actitud ciudadana?
    Véase: por todo Madrid hay suciedad sin límite, alcantarillas atascadas también a tope, lo peor que se quiera, a tope, pero esto, que a las doce del mediodía te levanten un tenderete en la mismísima Puerta del Sol y no haya un sólo municipal que impida semejante acto, es inentendible, señor alcalde.
    ¡Ah! dígale a su teniente de alcalde de limpieza, que se digne asear un poco, al menos eso, un poco, esta capital de españa, Madrid.
    ¡Que salga ella misma a barrer!

  9. J.Favorite says

    No hay peor ciego que quien no quiere ver. A Bildu le han votado miles de vascos para bien o para mal. Porque… y en Madrid a veces no se quiere ver, los vascos son como son y no como los españoles quieren que sean. J.Favorite

  10. IGNACIO says

    A BILDU le han votado miles de vascos, cierto. Y al PSOE y al PP les han votado millones de españoles, de los que una parte son vascos. Los votos no quitan las culpas. Los votos al PSOE no quitan que Zapatero se equivocara con la crisis, los votos al PP no quitan el olor a podrido del gobierno de Camps, y desde luego los votos a BILDU no borran, en absoluto, algo mucho peor, los más de mil asesinatos de ETA y la agresión de los terroristas contra las libertades. Cierto, los vascos son como son, y bastantes vascos, por ser demócratas y no callar, no pueden vivir en su tierra, o tienen que vivir con escolta.

  11. J.Favorite says

    Démosle una oportunidad, (arriesgada sin duda), a BILDU porque sus 300.000 votantes ni son terroristas ni están a favor de la violencia. (Alguno habrá pero no la mayoría)

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