El patio del Congreso es particular

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(Actualización)

El diputado del PP, José Madero, protesta durante la intervención de Zapatero. / Naranjo (Efe)

La jornada se presentaba dura. En la bancada socialista sudaban y se temían lo peor. Y lo peor, en esta ocasión, era que el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mordiera el polvo por primera vez en su historia en el debate sobre el Estado de la Nación. Entre los diputados del PSOE había miedo. Mucho miedo a que una nueva estocada segase la escasa credibilidad que le queda, según se desprende de las encuestas, al presidente Zapatero.

Una hora y cuatro minutos después, José Luis Rodríguez Zapatero había arrancado hasta en 8 ocasiones los aplausos de sus compañeros de grupo parlamentario, pese a que su discurso estaba plagado de cifras malas o peores para la economía española. La diferencia, en esta ocasión, ha sido el intento de Zapatero por hacer pedagogía y explicar el por qué  y el para qué de esos recortes y sacrificios, algo que no hizo el pasado 12 de mayo, cuando sorprendió con su anuncio de recortes drásticos en el Congreso de los Diputados.

Cumplida la primera intervención de Zapatero, sus señorías abandonaban el hemiciclo. Los populares tachando de “plana” e “irreal” la exposición de Zapatero y los socialistas tratando de ver a un Zapatero crecido con respecto a días anteriores. Ni los unos ni los otros se imaginaban lo que iba a suceder en unas horas. Mariano Rajoy preparaba con Soraya Sáenz de Santamaría y sus más estrechos colaboradores un debate que, a todas luces, parecía predestinado a ganar.

Volvió Rajoy y salió con ímpetu a la tribuna. Y mientras el gallego desgranaba su discurso, basado en la supuesta incapacidad de Zapatero para gobernar, sus señorías transformaban en gallinero la casa de la palabra. Murmullos constantes de la bancada socialista eran acallados desde los escaños del PP con aplausos y jaleos a su líder. Los unos se chistaban a los otros cuando el diputado del PSC, Joan Canongia, le dedicó a Rajoy un palabra malsonante acabada en “ón”. Pío, pío, que yo no he sido: los diputados socialistas aseguran que Canongia dijo “cabezón”, mientras que los populares exigen la expulsión del diputado catalán, porque juran que lo que llamó a Rajoy fue “maricón”. Los diputados del Grupo Mixto ejercen de árbitros: “no, ha dicho ‘cabezón’”, asegura el diputado navarro, Carlos Salvador. Rosa Díez, por su parte, se decanta también por “cabezón” y asegura ante los periodistas que eso es lo que ha oído. Pero la gresca sigue cuando Rajoy pide por primera vez el adelanto electoral, porque el problema para España es Zapatero.

El presidente sube a la tribuna de oradores a replicar a Rajoy y se topa con un berrido como bienvenida: “estás muerto, Zapatero” y “éste es el estertor de un muerto”. Pero Zapatero sigue vivo y con el cuchillo entre los dientes, se emplea a fondo en el debate más agresivo que ha mantenido con Rajoy en toda su andadura. Rajoy le ataca con ironía, Zapatero con crueldad: le recuerda que no ha sido capaz de ganar unas elecciones, que fue elegido “a dedo” por Aznar y que su hoja de servicios está a cero. Desde las filas del PP aúllan de rabia y desde el PSOE, austeros hasta el momento en el aplauso, que no en las descalificaciones a los de los bancos de enfrente, piden más leña mientras dan gracias al Señor por haber respondido a sus plegarias y haber despojado de su proverbial talante a Zapatero. Alrededor de dos horas y media de insultos cruzados, provocan varias intervenciones del presidente de las Cortes, José Bono, que exige “el respeto que se merece el orador” y es replicado desde los escaños del PP al grito de “¡ninguno!”. A Zapatero le llueven los insultos “¡Pinocho!” “¡Mentiroso!” y las sugerencias “¡Que te calles!” o “¡Vete ya!”, mientras que las frases de Rajoy son coreadas desde los bancos socialistas con risas y burlas: “¡Oh!”, “¡No me digas!”. El ruido es tal en el hemiciclo que dejan de escucharse los unos a los otros. Ni María Dolores de Cospedal ni Leire Pajín, cuando les pregunto, dicen haber oído los cánticos de los diputados socialistas, que, como si de forofos de “la Roja” se tratasen, se arrancan a cantar “yo soy español, español, español”, cuando Zapatero asegura que, si tuviera que elegir entre los intereses del PSOE y los de España, se decidiría sin duda “por España”. Desde las filas de enfrente le vocean: “Zapatero, dimisión”, pero él sigue a los suyo. Los gritos, que se escuchan perfectamente desde la tribuna de prensa, no son percibidos con nitidez desde los escaños y pasan completamente desapercibidos para aquellos que siguen el debate desde una pantalla de televisión, ya que el sistema de audio de última generación con que se dotó el Congreso la pasada legislatura, discrimina el “ruido” que no esté en primer plano, ante el micrófono.

En medio de semejante descalzaperros, Rajoy sigue en sus trece: que Zapatero adelante elecciones y  el presidente en su estrategia: “atrévase a presentar una moción de censura”. Y cuando llega el turno del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, medio hemiciclo se vacía. Los populares proclaman desde los pasillos: “Ha quedado claro que el proyecto de Zapatero está agotado”, mientras que los socialistas están eufóricos: “Rajoy no volverá a tener otra oportunidad como ésta para tumbar a Zapatero -asegura un dirigente socialista- El presidente le ha dado hasta en el cielo de la boca y Rajoy se ha escondido cuando Zapatero le ha retado hasta 3 veces a que tenga el coraje de presentar una moción de censura”.

La sensación es que Zapatero sigue vivo y coleando, aunque en los pasillos los populares defiendan lo contrario. Los socialistas no disimulan su satisfacción, mientras empieza a circular la pregunta recurrente: ¿Quién ha ganado el debate, Rajoy o Zapatero?

LA AUSENCIA DE RAJOY

La pregunta en la segunda jornada del debate es otra: “¿dónde está Mariano Rajoy?” Ni está en el hemiciclo, ni se le espera, aclaran los servicios de comunicación del PP. Está en su despacho, en Génova 13. Mientras, en los pasillos del Congreso el comentario del día es la brillante ausencia del líder de la oposición y no tanto las de los portavoces de CiU o el PNV, Josep Antoni Duran i Lleida y Josu Erkoreka, respectivamente, desde Génova 13 nos indican que si Rajoy no ha ido es “porque su trabajo lo hizo ayer muy bien y tiene cosas que hacer en su despacho” y añaden que “alguien debe estar muy desesperado si pretende montar lío con este asunto”.

La cuestión es que evitar el lío era fácil: seguir trabajando con ahínco desde su despacho del Congreso, que lo tiene, aunque su presencia no fuera imprescindible ya que las votaciones no se producirán hasta la semana próxima. Así, podría haber seguido las intervenciones de BNG, CC, NaBai, UPN y UPyD desde su escaño, amén de las de Zapatero y el portavoz socialista, José Antonio Alonso. Por mera cortesía parlamentaria y porque cobra su sueldo como diputado en el Congreso. Pero él no lo ve así, porque como también recuerdan desde su entorno, no es la primera vez que no se presenta a la segunda jornada del debate más importante del año. ¿A qué viene tanta sorpresa?

VALORACIÓN DE 17 PERIODISTAS SOBRE EL CARA A CARA DE ZAPATERO Y RAJOY

Periodista y medio de comunicación Fondo* Forma*
Charo Zarzalejos
Redactora jefa de Vasco Press
Zapatero   6
Rajoy        6
Zapatero   4
Rajoy        6
Antonio Casado
elconfidencial.com
Zapatero   9
Rajoy        5
Zapatero   5
Rajoy        9
Raimundo Castro
Adjunto al director de Negocio
Zapatero   7
Rajoy        4
Zapatero   7
Rajoy        7
Susana Moneo
Corresponsal política Cadena Cope
Zapatero   5
Rajoy        6
Zapatero   6
Rajoy        7
José María Brunet
Redactor jefe La Vanguardia
Zapatero   7
Rajoy        6
Zapatero   6
Rajoy        7
Rafael de Miguel
Corresponsal parlamentario Cuatro
Zapatero   5
Rajoy        4
Zapatero   8
Rajoy        7
Gabriel Sanz
Corresponsal político ABC
Zapatero   6
Rajoy        7
Zapatero   7
Rajoy        6
Anabel Díez
El País
Zapatero   6
Rajoy        5
Zapatero   6
Rajoy        6
Fernando Jáuregui
diariocritico.com
Zapatero   4
Rajoy        4
Zapatero   4
Rajoy        6
Agustín Yanel
El Mundo
Zapatero   4
Rajoy        3
Zapatero   5
Rajoy        5
Curri Valenzuela
Directora Alto y claro, Telemadrid
Zapatero   3
Rajoy        8
Zapatero   5
Rajoy        7
Isabel Durán
Directora La espuela, Intereconomía
Zapatero   5
Rajoy        9
Zapatero   6
Rajoy        8
Ignacio Escolar
Columnista Público
Zapatero   6
Rajoy        4
Zapatero   7
Rajoy        4
Pilar Cernuda
Columnista y tertuliana
Zapatero   9
Rajoy        9
Zapatero   4
Rajoy        7
Josep Capella
Delegado TV3
Zapatero   6
Rajoy        4
Zapatero   6
Rajoy        6
Carlos Santos
En días como hoy, RNE
Zapatero   6
Rajoy        5
Zapatero   5
Rajoy        5
Esther Esteban
Columnista y tertuliana
Zapatero   4
Rajoy        6
Zapatero   5
Rajoy        6
Media Zapatero   5,8
Rajoy        5,6
Zapatero   5,7
Rajoy        6,4

*(De 1 a 10)

3 Comments
  1. Escamoso says

    Vaya! No se nota nada que el periodismo está polarizado :-/

  2. mithra says

    No es fiable la valoración. Periodistas? o sicarios a sueldo. Tenemos la herencia de Franco intacta. Casa Real, Conferencia Episcopal y el alto estamento judicial lleno de sarna y pús.

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