Los representantes de la patronal CEOE llevan una semana presionando a los dirigentes nacionalistas y al PP para que el martes no sólo convaliden en el pleno del Congreso el decreto con la reforma laboral, sino, sobre todo, para que incidan en la reducción de derechos a los trabajadores durante la veloz tramitación de la reforma como proyecto de ley. “Ustedes sabrán si prefieren una huelga de los sindicatos o de los mercados”, le espetó un directivo de la CEOE al portavoz de CiU en materia social, Carles Campuzano. “La patronal española es muy dogmática, está muy ideologizada”, decía el diputado tras el discreto encuentro.
El abaratamiento del despido a 20 días por año por unas causas económicas, técnicas, organizativas y productivas inconcretas –“ya se establecerán reglamentariamente”, dice el ministro Celestino Corbacho--, se combina en el decreto con una reducción del papel de los sindicatos y de la validez de los convenios sectoriales que ha llamado poderosamente la atención al diputado y jurista del PNV Emilio Olabarría, nada sospechoso de izquierdismo.
Con sólo leer la argumentación que hace el ministro Corbacho para reformar el artículo 82 del Estatuto de los Trabajadores y “favorecer la inaplicación salarial” de los convenios “cuando la situación y perspectivas de la empresa pudieran verse dañadas”, se descubre contra quién disparan. “Van a precarizar más el papel de los sindicatos en un momento en que hasta Obama entiende que son más necesarios que nunca y trata de fortalecerlos”, dice Campuzano. Olabarría coincide.
Si con la implantación de los despidos baratos por causas económicas, productivas, organizativas y técnicas, el Gobierno de Rodríguez Zapatero quiere acabar con los despidos “improcedentes” porque entiende que benefician a los que van a la calle y perjudican a las empresas que han de pagar la indemnización máxima, con la “inaplicación salarial” de los convenios da por sentado que los sueldos de los trabajadores amenazan a las empresas. La expresión “según convenio” se transforma en la reforma en “según convenga” al empresario.
La “literatura social” de Corbacho no deja lugar a duda: “La modificación del artículo 82 del Estatuto de los Trabajadores se dirige a favorecer la efectividad de los procedimientos de inaplicación salarial cuando la situación y perspectivas de la empresa pudieran verse dañados como consecuencia del régimen salarial establecido, afectando a las posibilidades de mantenimiento del empleo”. Ya no se pide al empresario que reinvierta, sino al trabajador que reviente. Al empresario se le abre la puerta “extrajudicial” para que baje los salarios. Y a los trabajadores se les dice que se olviden de los sindicatos y sean “flexibles” si no quiere ir al paro.
Tanto esas medidas como la carga al Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) de parte de las indemnizaciones por despido mientras no se ponga en marcha el “modelo austriaco”, es decir, esa ley del “fondo de capitalización” para que los trabajadores financien por adelantado su exclusión laboral o como la vuelta a escena de las famosas ETT, a las que de nuevo se permite contratar con las Administraciones Públicas, se acometen con el “mayor respeto y consideración” hacia los sindicatos y en aras del “interés general”. El presidente Zapatero no se cansa de repetir el “profundo respeto” que siente hacia las organizaciones sindicales, pero hasta la burguesía nacionalista se muestra perpleja por una “reforma a la carta” de la patronal que ni el PP se hubiera atrevido a realizar.
Zapatero acudirá el martes a votar con el PSOE. CiU le acompañara. El PP decidirá horas antes. Los de IU-ICV, Gaspar Llamazares y Joan Herrera, a los que el Gobierno excluyó de las consultas previas, lo mismo que al BNG y a Nafarroa Bai, denunciarán una desregulación dictada por los mercados y por la CEOE. Los mercados no votan a Zapatero, pero están contentos. La CEOE tampoco le vota, pero quiere más. Con un ejército de reserva de 4,5 millones de parados y la amenaza plasmada por el Gobierno en el BOE de que los parados ya representan “un lastre inasumible a medio plazo” --lo que significa el primer aviso del fin de los subsidios de paro-- no será difícil avanzar hacia el modelo chino. En frente, los sindicatos han subsumido la huelga general en la jornada europea de paro del 29 de septiembre. ¿Temor al fracaso? Qué va.
Una refoma para facilitar el despido y una verguenza ultraliberal y reaccionaria que quiere acabar con las pocas conquistas sociales arrancadas en los años ochenta. Esa es la heréncia del lider ZP
La generalización de la claúsula de descuelgue convierte a las llamadas «fuerzas sindicales», que ni fuerza son, en carcasas espaciales alejadas de la realidad. La reforma es deplorable y un atentado contra los trabajadores. ¡Ni un paso atrás!
Si ellos van a por nosotros, habrá que ir a por ellos, ¿no?
No es una reforma para crear empleo; nada más hay que ver las nuevas ventajas para generalizar las ETT. A los empresarios no se les obliga a nada. Se les dan más bonificaciones y más ventajas para despedir cuando quieran. Que no sea cínica la CEOE y que hable claro el PP, aunque no lo hará porque lo suyo es pescar votos con el mensaje de que defiende a los trabajadores y como dice De la Vega es capaz de abrazar el marxismo-leninismo.
Esta huelga general aplazada en el pago a 90 días tiene que salir bién a la contra incluso de los propios sindicatos. Ha de comenzar por una buena Manifestación el prox. día 30 UNITARIA pese a quién pese, y no permitir despues que el verano enfrie el ánimo.
Este mundo está al revés.:
El Psoe aplicando política de Derechas.( Porque Partido de Obrero no tiene nada)
El Pp ( ahora que es el partido de los trabajadores)
Los sindicatos (en vez de atacar se dedican a defenderse, ¿¿¿que propuestas han hecho???)
La Patronal y ricos ha salido de rositas.
Trabajadores, Funcionarios y Pensionistas han perdido derechos, y salarios.
Hay que asistir a la manifestación del 29 de Septiembre. BASTA YA!!!!!