Una buena salida

Es lo de siempre, pero toca hacerlo una vez más. Hay que especular sobre la crisis de Gobierno porque cuando José Luis Rodríguez Zapatero y su entorno aseguraban categóricamente, no hace mucho, que no habría remodelación gubernamental en julio, tras la presidencia española de la UE, lo hacían en unas circunstancias absolutamente diferentes a las actuales. El propio Jefe del Ejecutivo se preguntaba la semana pasada en el Congreso, cuando presentó el Plan de Ajuste al que no llama Plan de Ajuste (¿otra vez eso de no hay crisis económica sino recesión?) si el presidente Zapatero ha cambiado. Y se respondió a sí mismo que no, que lo que ha cambiado es la realidad después de aprobarse el fondo de rescate de 750.000 millones de la UE.

La aseveración es cierta. Con un matiz. Han cambiado los dos, Zapatero y la realidad.

Ante la emergencia de la situación, ambas circunstancias justifican una remodelación que incluso podría ser urgente. De hecho, en los dos días siguientes al anuncio, el jueves y el viernes pasados, un runrún se adueñó de la Cámara Baja. Ante la evidencia de que la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega ha quedado a los pies de los caballos tras el anuncio presidencial porque el compromiso salarial  que pactó con los funcionarios queda en ruinas, lo que debería obligarla a dimitir, el presidente, dicen, está decidido a proponerla como presidenta del Congreso.

Esa solución, que podría sacar adelante con una simple mayoría absoluta, aunque se opusiera el PP, permitiría, además, ofrecerle una salida digna a José Bono, evidentemente desgastado después del acoso mediático y político al que le ha sometido la derecha utilizando contra él su fortuna personal. Bono iría a ocupar el puesto de embajador en el vaticano que ostenta desde 2006 el ex alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez.

Dentro del encaje de bolillos a que se hace referencia se incluye otro cambio necesario. Vázquez, que no ha ocultado a amigos y adversarios su deseo de ocupar el puesto, pasaría a ser el nuevo Defensor del Pueblo porque Enrique Múgica concluye sus dos mandatos consecutivos cuando empiece el verano. Lo bueno que tiene el baile es que Vázquez se lleva perfectamente bien con Mariano Rajoy y éste podría ayudarle a conseguir el cargo, lo que requiere el apoyo de dos tercios del Congreso y en consecuencia el voto del PP.

Quienes especulan con esos ejes de la carreta de la crisis ministerial colocan al ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE,  José Blanco, en la vicepresidencia primera. Además, aseguran que el equipo económico seguirá igual, con Elena Salgado a la cabeza (si acaso con Miguel Sebastián fortalecido por sumar Ciencia e Innovación). Y hablan, finalmente, de que Zapatero también aprovechará la remodelación para reducir el Gobierno, no tanto eliminando ministerios como fusionándolos (ponen como ejemplo el de Educación, que recuperaría Cultura) y de que seguirá Bibiana Aído aunque Igualdad se subsume en otra cartera.

Es un ajuste ministerial que “se non é vero, é ben trovato”. Y, a la vista de los acontecimientos, no cabe duda de que sólo una remodelación profunda podría permitirle a Zapatero, con su nueva hoja de ruta, recuperar una parte de la iniciativa política perdida. Sería una buena salida.