No se analiza lo que hacen, sino el dinero que reciben. Las Organizaciones No Gubernamentales de tinte socialista se han convertido en objeto de diatriba política. El PP ha acusando al Gobierno de practicar el “favoritismo político” con Solidaridad Internacional y el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) y ha criticado que se ayude a las mujeres rurales agrupadas en torno a la UGT. El objetivo de extender el desprestigio político a las agrupaciones de solidaridad humana forma parte de la estrategia de la derecha, afectada por los más notables casos de corrupción de la última década.
El diputado del PP Gonzalo Robles denunciaba hace una semana ante el Pleno del Congreso la vulneración de varias normas legales por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores para favorecer económicamente a Solidaridad Internacional, una ONG vinculada al PSOE que trabaja en América Latina, Asia y Oriente Medio. Según Robles, a su vez vicepresidente de la Fundación Humanismo y Democracia, que también recibe el maná de Exteriores, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) se ha saltado el artículo 11 de la ley de subvenciones al financiar proyectos por valor de 29,8 millones de la mencionada ONG “socialista”. La ley fija un límite máximo por convenios de 20 millones de euros.
Según Robles, tanto Solidaridad Internacional como el MPDL se estarían beneficiando del doble sistema de subvenciones: como entidades “calificadas” y como participantes en las convocatorias abiertas de la AECI. Puesto que ambas vías son incompatibles según la normativa, y además la concurrencia a las convocatorias abiertas sólo son admisibles cuando se trata de agrupaciones de ONGs, estaríamos ante un caso de favoritismo y de “flagrante ilegalidad”, sostiene Robles.
El ministro Miguel Ángel Moratinos responde que se están cumpliendo los criterios establecidos en el plan director de la AECI, de acuerdo con las prioridades establecidas en el presente periodo, y rechaza las acusaciones de favoritismo por parte de quien conoce bien los procedimientos de obtención de recursos públicos para su Fundación Humanismo y Democracia. “No me haga usted decir los fallos de algunos tribunales”, contesta a Robles en referencia a la gestión de Humanismo y Democracia y los favores económicos que ha recibido de gobiernos del PP.
Con independencia de que personas tan sospechosas como Juan Manuel Eguiagaray, ex ministro y ex portavoz parlamentario del PSOE, y Virtudes Monteserín, diputada del PSOE por Asturias, ocupen la presidencia y la vicepresidencia, respectivamente, de Solidaridad Internacional, o de que Paquita Sauquillo y Manuel de la Rocha detenten puestos similares al frente del MPDL -una ONG volcada con los inmigrantes y auditada cada año por la Fundación Lealtad-, la derecha política intenta por todos los medios lanzar la especie de que las organizaciones más favorecidas y menos gubernamentales son las socialistas. El proceso de berlusconización de la política puede acabar afectando a la honradez y la dedicación de cientos de voluntarios comprometidos en la lucha contra la pobreza. De ahí que el propio Moratinos haya intentado cerrar el debate.
Pero las acusaciones de favoritismo se han extendido también a las mujeres rurales que a través de la UGT han solicitado ayudas del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (antes, Agricultura y Pesca) para promover actividades económicas, culturales y de desarrollo y liberación. Y en este caso han llevado a varios diputados socialistas a recabar datos sobre las subvenciones del departamento de Elena Espinosa a las dos asociaciones conservadoras de familias y mujeres rurales, Afammer y Amfar. Las cantidades que reciben oscilan entre 50.000 y 150.000 euros anuales por entidad. La primera está presidida por la diputada del PP por Ciudad Real, Carmen Quintanilla, y tiene como socia de honor a la reina Sofia y Ana Botella, experta frutícola en lo atinente a cestos de peras y manzanas. Y la segunda, por Lola Merino Chacón, una cazadora que pese a recibir ayudas del Instituto de la Mujer para la revista de su asociación, prefiere criticar a Cándido Méndez, María Teresa Fernández de la Vega, Espinosa y a las mujeres de la UGT, a las que tilda de “damas de compañía”, desde una revista de cazadores, lógicamente.
El asunto es si justifican el dinero que reciben y si lo emplean adecuadamente. Un ejemplo: mientras se limita la jurisdicción universal por los crímenes en Gaza, se le dan 300.000 euros al MPDL para que estudie el problema del apoyo a las víctimas. Es raro, ¿verdad?
Los políticos no resuelven ningún problema y crean demasiados. Hay que controlarlos mejor. ¡Listas abiertas ya!
No me convence.
Lo siento, pero aunque está criticando al PP por su postura, al final no hace más que jugar al «y tu más».
Los «capitostes» de los partidos políticos no deberían tener acomodo en este tipo de asociaciones y fundaciones «no gubernamentales». Huele fatal de lejos. No nos sacudimos la sensación de estar tirando el dinero por la ventana, o peor, enriqueciendo a una «casta» que cada vez está más lejos de la sociedad y cada vez se sirve más de ella.
Aquí se trata de denunciar todos los escándalos de favoritismos políticos de derecha e izquierda. Queremos transparencia e igualdad y libre concurrencia. He presentado proyectos de cooperación para la AECID y está claro que o tienes un padrino o no te aprueban nada, y eso es lo que tienen Solidaridad, el MPDL y otras ongds, un gran padrino que les «regala» el dinero. Esta Ejpaña cada día es más corrupta! Lo único que pido, es de nuevo, transparencia e igualdad, principios muy democráticos y cada vez más escasos en este país.