Día del periodista: una profesión precaria con poco que celebrar
- ¿Tenemos los periodistas algo que celebrar hoy? Los datos de la profesión, desde luego, no invitan al optimismo
- 2019 fue un mal año en cuanto al paro en el periodismo. Comparado con el año anterior, el paro registrado creció un 4,6%
24 de enero. Día del Periodista. Una fecha que muchos descubrimos en la facultad porque era fiesta y no había clase. Se conmemora siguiendo el santoral y en honor a San Francisco de Sales, “patrón” de periodistas y escritores. Las redes sociales se llenarán hoy, seguro, de mensajes alabando la profesión. La inmensa mayoría vendrá de nosotros mismos, de este gremio que a veces se mira demasiado el ombligo cuando toca sentar cátedra. ¿Tenemos los periodistas algo que celebrar hoy? Los datos de la profesión, desde luego, no invitan al optimismo. La precariedad y el paro están presentes en un sector tremendamente cambiante y que ha sido golpeado por los acontecimientos económicos desde hace más de una década.
Atendiendo a los fríos datos, 2019 fue un mal año en cuanto al paro en el periodismo. Comparado con el año anterior, el paro registrado creció un 4,6%. Se rompe así una tendencia de descenso en el desempleo que duraba cinco años. Los datos ya los anticipaba el Informe Anual de la Profesión Periodística 2019 editado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). “Los datos son indicativos”, señala a cuartopoder Luis Palacio, director de dicho informe. No obstante, hay que tener en cuenta que los datos solo reflejan una parte del paro ya que no todos los profesionales del sector acuden a las oficinas del Servicio de Empleo Estatal (SEPE) para pedir trabajo como periodista.
“Muchos se han cansado de inscribirse. Nosotros lo vemos en nuestros sindicatos, sigue aumentando la afiliación, cada vez hay más gente de la que se afilia nueva que son periodistas en paro”, afirma por su parte Agustín Yanel, secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP). El diagnóstico general de Yanel es claro: “El sector de la comunicación ha sido uno de los más afectados por la crisis económica. Se calculan más de 12.000 despidos en medios de comunicación. Aparte del cierre de varios centenares de medios. Esos efectos continúan. Por un parte las redacciones se han quedado diezmadas y por otra parte hay precariedad en las condiciones de trabajo”.
Para Palacio hay varias causas que explican esta tendencia laboral. “En términos económicos las empresas de medios han empeorado”. En el informe se puede comprobar como la facturación global del conjunto de medios ya había caído en 2018, pasando de 9.423 millones de euros a 9.362. Los descensos se han producido en televisiones, diarios y revistas. “Es muy probable que en 2019 cuando exista ese dato se confirme un poco más. Porque la facturación publicitaria y las ventas han caído. El sector no va bien y el reflejo que tiene es en los niveles de empleo”, destaca Palacio.
Una segunda causa habría que buscarla, indica Palacio, en todo el proceso de reorganización que se está produciendo con motivo de la digitalización. “Todavía la digitalización lo que está provocando es recortes en el empleo en el periodismo y resto de sectores”, destaca. “Hay un problema laboral, siguen faltando puestos de trabajo y siguen saliendo licenciados en masa. La sobreoferta devalúa el mercado de trabajo”, afirma por su parte Marta Barcenilla, coordinadora de la Agrupación de Periodistas de FSC-CCOO y vicepresidenta de la Federación Europea de Periodistas (EFJ). En el curso 2017-2018 se registraron un total de 43.712 matriculados tanto en grados de Periodismo como de Audiovisuales. Se graduaron ese curso 6.401 personas.
“En prensa sigue habiendo goteo de despidos importante, lo estamos notando por ejemplo con la fusión de Prensa Ibérica con el grupo Zeta. Se está despidiendo plantilla en muchos periódicos de Levante, Murcia o Cataluña”, alerta Cristina Bermejo, secretaria general del Sector de Medios de Comunicación de FSC-CCOO. “Los grandes ERES en la empresa sí se han frenado porque se hicieron tantos que ya no quedan opciones. Pero sí hay un continuo goteo de despidos”, añade.
Para Palacio, los medios “no supieron, no quisieron o no pudieron” ver la situación que se avecinaba. “Pero lo deberían haber visto. Los medios estaban viendo que en su negocio central, las ventas de ejemplares, las caídas venían de muy atrás. Se venían erosionando desde hace 15 o 20 años”. Para el director del informe de la APM ese dato debería haber hecho a los periódicos reaccionar. Y empezar a poner elementos diferentes sobre la mesa mucho antes.
Bajas retribuciones
Si nos adentramos en las condiciones laborales de los que sí trabajan, como apuntaba Yanel, el informe de la APM reflejaba una conclusión interesante. Lo explica Palacio: “En los años más duros de la crisis el principal problema cuando preguntabas a los periodistas, un porcentaje altísimo, que estaba en torno al 60% decían que era el paro. A lo largo de los últimos años y en paralelo a que el paro se fue reduciendo, éste fue perdiendo importancia como principal problema. Seguía siéndolo pero cada vez con menos porcentaje. Ahora se han ido igualando todos los problemas”. De este modo, este año, por primera vez, el mayor porcentaje, con un 18% es la mala retribución del trabajo periodístico.
“Hay muchísimos periodistas sin contrato, otros que trabajan como falsos autónomos. Y los que trabajan en plantilla en todos o casi todos ha habido recortes salariales. Hace años parecía que lo peor era ser mileurista. Ahora hay muchos que cobran eso o un poco menos”, afirma Yanel.
Por su parte, desde CCOO inciden en la desigualdad en cuanto a los convenios. “Las grandes empresas que tienen convenios propios están bastante por encima de los convenios sectoriales pero las pequeñas empresas de medios de comunicación están en unas condiciones considerablemente inferiores”, señala Bermejo. “El salario medio de un redactor en prensa diaria según el convenio estatal es de 20.000 euros. Pero en las grandes empresas es mucho mayor. Las patronales están viendo que la manera de generar más beneficios es recortando salarios”, añade.
Bermejo apunta a los problemas actuales en la negociación colectiva del convenio de producción audiovisual. “Los grandes grupos pretenden tener un convenio de mínimos para tener mucho margen de maniobra tanto si son licitaciones de televisiones públicas como independientes, para tener el control total de los salarios y negociar casi uno a uno las retribuciones”, apunta. “Les está costando incluso asumir los 14.000 euros de salario mínimo en el convenio que pactamos con la patronal. Estamos en una situación bastante crítica”, afirma. La sindicalista considera que en este ámbito audiovisual sí hay un repunte del empleo, por la entrada de las plataformas de pago. “Hay mucho trabajo pero temporal y precario”, destaca.
"Freelance" y becarios, especialmente castigados
El citado informe de la APM deja algunos datos interesantes respecto a las diferencias entre el personal contratado y los autónomos. Mientras el porcentaje de personas contratadas que trabaja más de 40 horas se ha reducido respecto a 2018, en el caso de los autónomos, los que dicen que trabajan más de 40 han aumentado. La misma situación se produce si nos fijamos en las respuestas sobre retribuciones salariales. “Si consideramos el nivel de 1.500 euros, los periodistas contratados han disminuido el porcentaje de los que trabajan por menos de eso. Pero sin embargo ha aumentado el número de autónomos, lo que indica que se han deteriorado sus condiciones”, explica Palacio. Las dos cosas son indicativas de la situación del sector.
“Luchamos por la igualdad de todos los trabajadores en los medios pero entendemos que los freelances son los que más desprotegidos están”. Habla Guillermo Martínez, integrante de la sección de Prensa y Medios de Comunicación de CNT. Consideran desde el sindicato que aunque la legislación es laxa sobre las personas contratadas lo es más aún sobre este tipo de trabajadores. “Su inseguridad les hace no trabajar en condiciones dignas. Hablamos de fotoperiodistas que van a cubrir zonas de conflicto sin saber si un medio les respalda o cuánto les pagarán. O si te roban una foto y no sabes cómo actuar”, afirma.
CNT está realizando una ofensiva intensa en este sector. Y reciben muchas consultas, muchas de ellas sobre los falsos autónomos. También han realizado tareas de investigación sobre las tarifas, dispares, que se pagan en los medios por colaboraciones. “Medios más humildes con menos capital pagan mejor o más rápido que otras grandes cabeceras. Había sorpresas”, afirma. Y pone encima de la mesa que “la poca libertad que tienes como freelance es poder elegir y a veces no es así, hay coacciones veladas” para no escribir en otros medios.
“La solución que damos desde nuestra sección es que la unión es decisiva. Los otros trabajadores tienen que entender que los freelance son compañeros más de la redacción. Sería muy curioso saber cuántos periódicos pueden salir al día siguiente si hubiese una huelga de colaboradores, sería curioso como experimento”, comenta Martínez.
“Vamos a incidir en los profesionales freelance, hay que intentar que se organicen. Su situación es el mal endémico de nuestras redacciones, tenemos freelances haciendo trabajo estructural que no deberían. Ahora mismo la precarización va por ese punto”, afirma Barcenilla desde CCOO.
Por otro lado, CNT también pone el foco en las personas becarias. “El becariado es mano de obra gratuita que tiene que intentar meter cabeza en un mundo hipercompetitivo donde tu firma es lo único que se tiene o así te lo venden”, argumenta. Para el sindicato, “no existe control en las universidades sobre lo que se está haciendo, hay convenios de prácticas sin remunerar y son créditos obligatorios por lo que están pagando por trabajar”.
¿Qué se puede hacer?
Todos los sindicatos reivindican aquí su papel. “Somos necesarios para mantener las relaciones laborales con las empresas y tenemos encomendadas la negociación de los convenios”, destaca Yanel. El periodista recuerda que los sindicatos de periodistas surgieron hace veinte años “porque los grandes sindicatos se ocupaban poco de la parte profesional de los periodistas”. “Ahora ha mejorado un poco”, comenta. Yañel destaca que la gente acude mayoritariamente cuando tienen problemas o los despiden, “en vez de organizarse antes para ser más fuertes”.
Tanto la FesP como otras organizaciones constituyeron hace una decena de años el Foro de Organizaciones de Periodistas. Se presentó un borrador de proyecto de ley para regular la profesión y un borrador de proyecto de ley de relaciones de derechos laborales de los periodistas. No se aprobaron en el Congreso. “Seguimos pidiendo que se regule la profesión. Con una ley de comunicación que regule quién es periodista y quién no, el tema de los freelances qué derechos tienen y qué obligaciones porque también hay que hacer autocrítica”, apunta Yanel.
Desde la FeSP consideran que todos los partidos conocen sus propuestas. Y Yanel confía en que el nuevo gobierno progresista se acuerde de sus peticiones. “No estamos hablando de privilegios para los periodistas sino porque recibir información veraz, plural y de calidad es un derecho constitucional. En condiciones de precariedad eso no se cumple. No puede haber una información rigurosa y de calidad cuando las redacciones están trabajando en condiciones de mucha precariedad. Un periodista que no tiene contrato y sabe que si no hace lo que le dice su jefe va a quedarse sin trabajo, no digo que vaya a mentir en la información pero la puede acomodar a lo que le digan por intereses económicos o políticos. Eso es lo peor que puede ocurrir a la libertad de información”.
Desde CCOO afirman que uno de los puntos de trabajo principales este año va a ser la transposición de la nueva directiva de copyright para conseguir que los periodistas puedan cobrar derechos de autor. “En España está mal regulado”, afirma Barcenilla.
“La prensa siempre ha sido un mundo muy competitivo y muchas veces nuestros compañeros de rotativas o puestos técnicos siempre han tenido mayor ambiente de reivindicación que otros”, destaca Martínez. “Nuestra sección no para de crecer, vamos a empezar a movilizarnos”, concluye.