Cándido Monedero

No está pasando sus días más felices el autor de Curso urgente de política para gente decente. Pero al menos la experiencia acumulada en las últimas semanas –las que lleva encerrado en una ratonera fiscal de la que él tenía la única llave de entrada pero no el juego completo que franquea la salida- le debería servir a Juan Carlos Monedero para añadir dos capítulos a su libro. Y también a no confundir nunca más la urgencia con la improvisación, porque dar un paso en falso en política es regalarle un gol al contrario. Lo más asombroso de todo este esperpento fiscal no es la dudosa veracidad tributaria del interesado –aunque también–, sino la mala elección de los tiempos por su protagonista.

La razón ética

Abolido el Tribunal del Santo Oficio, corresponde al señor Monedero y a sus asesores defender su versión en los procedimientos administrativos que se incoen. Sólo ellos conocen la verdad de los hechos en sus justos términos. Visto desde fuera, el depósito de cuentas del ejercicio 2013 realizado por la sociedad que administra Juan Carlos Monedero tiene, prima facie, demasiados ingredientes de ficción. El principal -probablemente el único- quizás haya sido presentar en el Registro Mercantil una fantasía. Si la cifra de negocios declarada en 2013 se corresponde realmente con unos servicios prestados en 2010 –año en que  “Caja de Resistencia Motiva 2” ni siquiera estaba en el limbo-, va de suyo que la sociedad se habría constituido ad hoc simplemente para dar cobertura a un tercero real, el verdadero prestador del servicio. Los motivos de esa interposición formal han podido ser varios, pero desde el punto de vista fiscal, se quiera o no, el resultado ha sido óptimo para el contribuyente por la diferencia de tipos de gravamen del IRPF (mucho más elevados) en relación con el Impuesto sobre Sociedades. Esa impresión sale reforzada después del análisis del balance y la cuenta de resultados de “Caja de Resistencia Motiva 2”, que reflejan una ausencia prácticamente total de los recursos humanos y materiales necesarios para generar la cifra de negocios declarada. A lo que habría que sumar la enmienda que Monedero se ha hecho a sí mismo con la presentación de una declaración complementaria.

La razón instrumental

Podemos es la pesadilla del bipartidismo español desde mayo de 2014, tras su presentación estelar en las elecciones europeas. Desde ese momento viene escribiendo con mucho carácter en la agenda política de nuestro país. Con el carácter y la determinación de un actor nuevo y sin complejos que ha llevado el desconcierto a los partidos tradicionales. Podemos ataca y el PP y el PSOE hacen catenaccio. Podemos lleva la manija, ha cogido la batuta y amenaza con la jubilación anticipada a los actuales directores de la orquesta. El partido va cojonudamente pero alguien desde dentro –el famoso factor humano– la pifia. Nadie es perfecto.

Pocos días más tarde de las elecciones europeas de mayo vi al profesor Monedero en la Feria del Libro de Madrid. Exultante, firmaba como churros los ejemplares de su Curso urgente de política para gente decente. Observados los hechos en retrospectiva, estoy seguro de que hoy el autor sustituiría la urgencia por la prudencia. Pocos días después de presentar su libro en sociedad, el profesor Monedero se colgaría, libre y voluntariamente, del árbol del ahorcado. Es posible que incluso antes, al retratarse con la formulación de cuentas en el Registro Mercantil. En cualquier caso,  en julio de 2014 las sociedades mercantiles declararon el Impuesto sobre Sociedades de 2013 y depositaron sus cuentas en el Registro. Y ya sabemos lo que hizo nuestro hombre. El profesor ha convertido a Cristóbal Montoro en el Franz Beckenbauer de la democracia española. Ahí es nada. ¿Y sus amigos?: prietas las filas. Atentos. El 15 de febrero comienza el Carnaval.