Se acerca la hora de la verdad para UGT y CCOO

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Ignacio Fernández Toxo, a la izquierda, y Cándido Méndez, ayer,  en una jornada debate sobre las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo para mejorar el mercado laboral español. / Paco Campos (Efe)
Ignacio Fernández Toxo, a la izquierda, y Cándido Méndez, ayer, en una jornada debate sobre las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo para mejorar el mercado laboral español. / Paco Campos (Efe)

“El sindicato, empezando por su dirección en sentido amplio, tiene que tomar conciencia de una vez por todas de que nosotros no somos una isla impoluta en medio de un mar de corrupción y descrédito. Pero es que aunque lo seamos y nos sepamos a años luz de otros, no es así como lo percibe la sociedad”. Este es uno de los párrafos del discurso que el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, dedicó a la autocrítica en su intervención ante el Consejo Confederal de CCOO en octubre de 2013.

Lo cierto -y visto el lamentable espectáculo que han dado los representantes de las fuerzas del trabajo tirando de 'tarjeta negra' en Caja Madrid- es que parece que algo se barruntaban desde hace tiempo. En febrero de ese mismo año, Toxo salía reelegido secretario general en el XI Congreso de CCOO. Según se publicaba en este blog por aquel entonces, el flamante secretario general se preguntaba si merecía la pena participar en unos órganos como los consejos de administración, antes de las cajas, ahora de las grandes empresas.

“Puede que no merezca la pena, teniendo en cuenta la experiencia, mantener la actual presencia en los consejos de administración de las empresas”. ¿Y por qué? Porque, en la práctica, estos consejos están “cautivos de la dirección real de las compañías”. Esto es, que su aportación efectiva a la hora de afrontar las decisiones de las empresas es prácticamente nula. "Y es en este punto", decía Toxo con mucho tino, "donde la duda corroe a los ciudadanos: si lo que hacen allí no sirve para nada, ¿para qué van?, ¿solo para cobrar?".

No andaba desencaminado el secretario general de CCOO. Ahora, veinte meses después, y tras la dimisión de Rodolfo Benito como secretario de Estudios de la Ejecutiva Confederal por su presencia en la lista de usuarios de las 'tarjetas negras' de Caja Madrid,  lo sabemos bien. El caso es que las restricciones a la participación de CCOO en ese tipo de órganos quedaron expuestas ante el plenario del XI Congreso, pero en lo relativo a las cajas, el debate llegaba tarde porque el mal ya estaba hecho.

Estas cosas, conductas como las que hemos visto en el consejo de Caja Madrid por parte de los representantes sindicales, son un directo en el hígado para los interlocutores de los trabajadores en el momento en el que son más necesarios que nunca. Cuadros de CCOO han informado a cuartopoder.es que tras la publicación de la lista de afectados en el caso de las 'tarjetas negras', durante una negociación, los representantes sindicales fueron recibidos al murmullo de "ya vienen los de las tarjetas". Ese, desde luego, no parece el mejor escenario para negociar.

"Los representantes de CCOO en Caja Madrid han actuado con ocultación a la organización. Entregaban el 66% de las retribuciones en A que recibían como consejeros de Caja Madrid, pero nada de lo que percibían en B, asunto del que la dirección no tenía conocimiento", aseguran a cuartopoder.es fuentes próximas a la Ejecutiva confederal del sindicato. ¿Es suficiente la explicación? Y lo que es más imporante: ¿Sirve para algo?

El 13 de abril de 2013, Cándido Méndez resultaba reelegido, por sexta vez, secretario general de UGT con el voto del 86% de los delegados en el 41 Congreso de la organización. Méndez, que tal y como contábamos entonces no optará a una nueva reelección, aprobaba una enmienda que limitaba a tres los mandatos de los futuros secretarios generales. Todo un ejercicio de adaptación a los nuevos tiempos.

Pero lo cierto es que este último no pasará a la historia como el mejor de sus mandatos. De hecho, la explosión judicial y mediática del caso de los ERE en Andalucía en el verano de 2013 estuvo a punto de suponer un punto y final en su carrera sindical. Fuentes próximas al secretario general de UGT han confirmado a cuartopoder.es que la reflexión en voz alta que hizo a la periodista Ana Pastor durante una entrevista en La Sexta en noviembre del pasado año fue algo más que un titular y que fueron sus más directos colaboradores los que le disuadieron de convocar un congreso extraordinario para afrontar, de una vez por todas, la renovación de la organización.

Vistas las cosas once meses después, con el sindicato paralizado por el virus de los ERE en Andalucía y descabezado en Madrid tras la dimisión de José Ricardo Martínez como secretario general por su implicación en el caso de las 'tarjetas negras', uno duda de que el consejo de sus más directos colaboradores fuera el acertado.

¿Y si se va Cándido, qué? ¿Alguien conoce a alguien? ¿Alguien sabe de qué va esto? Precisamente, José Ricardo Martínez había sido considerado siempre como uno de los posibles tapados -en su caso no tan tapado- para la sucesión. ¿Y ahora qué? ¿Queda alguien por ahí? ¿Me escuchas...?

La cruda realidad siempre acaba imponiendo las reglas de juego. En este momento de catarsis pública, en estos días en los que todo está cuestionado, en estos tiempos en los que los grandes partidos afrontan una crisis de legitimidad como nunca habían conocido, nos encontramos con unos sindicatos zarandeados por los de siempre, la derecha reaccionaria -política y mediática- que se frota las manos con la desgracia ajena, la de los otros, la de los currelas. Eso no cambiará nunca, con o sin renovación sindical.

La catarsis de las organizaciones sindicales, recuperar la credibilidad ante los ciudadanos, es fundamental para todos los que vivimos de un salario en unos tiempos en los que resulta difícil vivir de un salario. Los sindicatos son necesarios, imprescindibles en esta batalla de los que lo tienen todo contra los que cada vez tienen menos. Mientras tanto, ya los ves,-como decía Rosendo- seguriemos esperando...

7 Comments
  1. juanjo says

    Lo repito: Merecen la horca. Entre ellos y los ERREs andaluces acaban de cargarse los sindicatos de clase y los partidos de izquierdas, justamente cuando más falta estaban haciendo…

    . ¿Que joven va a confiar en la UGT, en CCOO, en el PSOE o en IU, después del asunto de las tarjetas?

    No, no es suficiente con que los interfecto dimitan tras devolver lo robado, sino que sería conveniente y hasta quizá necesario, que dimitieran los respectivos comités directivos enteros, comenzando por sus secretarios generales.

  2. Au trueba says

    Las dimisiones de Marinez y Benito no deben ser solas Mendez y Toxo se lo tienen que pensar ya en irse ambos y convocar congresos exteordinarios con urgencia si quie salvar el maltrcho sindicalismo, antes de que terminen sindo casta si sus dirigentes no lo son ya,

  3. Au trueba says

    DESPUES DE LA CONDENA DEL JUZGADO DE LO SOCIAL Nº 4 DE SANTANDER DE 155.800€ POR VULNERAR LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DE UNA TRABAJADORA A LAS FEDERACIONES DE AGROALIMENTARIA DE CC.OO DE ESPAÑA Y CANTABRIA NADIE DIMITE Y ESO QUE ESTAN VULNERANDO LOS ESTATUTOS FUNDAMENTALES DE CC.OO

  4. Jaime says

    En estos tiempos en los que se clama por la regeneración mantener a este par de ancianos y a su innumerable séquito agarrados al poder y sus muchas prebendas resulta vomitivo

  5. Maruxiña says

    Toxo: ¡cómeme o matoxo!

  6. juanjo says

    Jaime No, no se mantiene a estos 2 ancianos y a su séquito; no. Es al contrario, los sindicatos, lo mismo que los partidos políticos clásicos, se han hecho tan herméticos y tan verticales que son esos ancianos y su séquito los que mantienen a todos los demás

    Es decir, los demás soló son lo que son, sirven para lo que sirven, hacen lo que hacen y votan lo que votan en tanto en cuanto esos ancianos lo deciden y demandan. .

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