El pasado jueves, a las 19 horas (más o menos), las élites financieras y políticas estaban desoladas. En serio. La tenue esperanza de un nuevo Gobierno que nos guiara por esta crisis al menos con un mínimo de limpieza y, más que eso, sentido común, caía fulminada. El nombramiento como consejero de Red Eléctrica de España de Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, fue un bombazo. La sorpresa y la indignación estallaban por partes iguales. Una cosa es colocar a gente del partido en puestos más o menos cómodos, pero otra a familiares y amigos sin más. Esto era un dedazo escandaloso y el pasado de López del Hierro, además, no es como para enmarcar.
Para empezar, hay que decir en una pincelada qué es Red Eléctrica de España (REE), rebautizada como Red Eléctrica Corporación. Es una compañía Ibex, que vale unos 4.800 millones de euros en Bolsa, de la que la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI; el antiguo INI) tiene el 20%.
La empresa es la propietaria de las redes de alta tensión. Es el gestor de la red, aunque no comercializa, es decir, no vende electricidad a clientes finales. Es la última gran empresa en Bolsa semipública: la gestión es del Gobierno y la nombra la SEPI, pero la mayoría del capital es privado.
Groseramente, se puede decir que la compañía ha servido para pagar servicios prestados a determinados políticos. Así, el anterior presidente, Luis Atienza, fue ministro socialista y en su consejo están aún personalidades como Miguel Boyer o Ángeles Amador, ambos miembros de Gobiernos socialistas en su día.
A la ciudadanía no le gustan estas cosas, pero puede discutirse que un ex ministro merezca una prebenda así, debido al desgaste enorme que ha sufrido como servidor público. Incluso cabe la remota posibilidad de que sea un consejero válido y pueda aportar algo a la compañía. Luis Atienza, sin ir más lejos, es experto en energía.
Red Eléctrica gana dinero sola. El año pasado, 460 millones de euros, un 18% más, lo que permite a su presidente ingresar unos 600.000 euros al año y a sus consejeros unos 170.000 cada uno. Cifras que se acercan a la primera división empresarial, pese a que los consejeros los nombra el Gobierno. Sinceramente: un chollo.
A nadie chirría más de lo necesario el nombramiento, por ejemplo, de Juan Iranzo, convertido ahora (salvando las distancias) en una especie de ‘Emilio Ontiveros del Gobierno del PP’, es decir, un economista de prestigio, afín al partido pero en ningún cargo público ni ejerciendo militancia, al frente de una organización con respeto académico y que en ocasiones ha sido suministrador de ideas o incluso portavoz oficioso del PP.
Pero lo de López del Hierro clamaba a los cielos. Su nombramiento iba contra la lógica y era una muestra de pura desfachatez. Este hombre viene del ladrillo, y ha estado como consejero o ejecutivo en muchas de las inmobiliarias que han caído con estrépito. Pero, además, ha estado muy ligado a la CCM, cuya corporación industrial nació pensada para salir a Bolsa. La caja fue la primera en ser intervenida y es un claro ejemplo de lo que han sido estos tiempos.
Su pasado, unido a su condición de pareja de la secretaria general del PP era un insulto a la sociedad y levantó ampollas muy serias en el partido. Un jefe de gabinete de un ex ministro popular comentaba que “el PP auténtico; los de toda la vida, Arenas, Rita Barberá, María Sangil; seguro que Rato también… está que echa humo. No se pueden cometer estos errores. Esto es de alucinar”.
Golpe de Rajoy
Rajoy, poco amigo de gestos grandilocuentes, tumbó el nombramiento esa misma tarde y, de paso, se marchó también el hermano de Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica; Alberto, en un gesto de vergüenza, aunque este último era vicesecretario de la CEOE y sin intereses empresariales.
La reacción de Mariano Rajoy infunde algo de esperanza. Al menos, al frente de La Moncloa no hay un loco de la colina que lo mismo le da tragar con 8 que con 80. Colocar a dedo al marido de la secretaria general del PP en una empresa Ibex habría sido un error histórico, cuando no se han cumplido aun los tres meses de Gobierno.
También hemos tenido esta semana otro pequeño resquicio a la esperanza, con el revolcón judicial que ha recibido la ex directora general de la CAM.
Al final, se trata de eso: nadie pide milagros ni gestos heroicos, pero sí al menos que no se rían en la cara de la sociedad con total desfachatez e impunidad.
Pero lo compendsamos, colocando a Ricardo, hermano de Cospe, la bien pagáde Director de la fundación Carolina, entidad mixta dedicada a la promoción de las relaciones culturales entre España y Lartinoam-erica. España es ahora la Granja orwelliana del PP dirigida por una PPecracia fascista.
Compensaciones o no, es una buena noticia, en efecto, que ese enchufe no se haya realizado. Aún así, la tibieza con que Cospedal está «limpiando» de socios a dedo del PSOE en la administración castellanomanchega es decepcionante. Y un agravio comparativo que esos carguetes digitales sigan mandando a trabajadores y funcionarios que ven sus sueldos mermados y sus condiciones de trabajo endurecidas. Una pena.